Duro Golpe a Erdogan, Le Ganaron al Sultán
Duro Golpe a Erdogan, Le Ganaron al Sultán
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Por: Erreh Svaia
El poder absoluto empieza a terminársele a Recep Tayyip
Erdogan, casi 15 años han tenido que pasar para que la muralla que rodea el
poder de Erdogan en Turquía comience a cuartearse y hacerse de grietas, hace
semanas vimos como el partido del “Sultán” perdía Estambul, vimos como el AKP
consiguió maquinar para anular la elección y buscar que ésta se repitiera, la
gran sorpresa para Erdogan debió ser el triunfo nuevamente por parte del
candidato Ekrem Imamoglu, por un margen aún mayor al de la primer ocasión (un
54%), convirtiendo a Imamoglu, además de alcalde de Estambul, la ciudad más
poblada (en donde vive una quinta parte de la población total de Turquía), y
una de las principales de Turquía, en el principal adversario de Erdogan, y una
figura que de crecer políticamente podría convertirse en el hombre que pudiera
poner fin al régimen autoritario de quien ha gobernado Turquía por casi dos
décadas para el 2023.
Mucho hemos hablado de la “liquidez” de los tiempos modernos
y la hoy fragilidad con que se mantiene el poder, ante la velocidad en que
fluye la información, y la imposibilidad de mantener a la gente aislada o desinformada
por mucho tiempo, hemos visto a los políticos populistas aprovecharse del
momento y capitalizar no sólo el enojo de la gente, también su miedo y explotarlo
con fines electorales, usando la democracia para llegar al poder, y después
usar éste para desmantelar el sistema democrático, conseguir una concentración
mayor de poder con fines de perpetuarse en éste, fue así como llegó Erdogan,
con dos frases icónicas que parecieran casi proféticas hoy en día, la primera,
aquella sobre “subirse al tren de la democracia, y una vez alcanzado el
destino, bajarse de él…”, la segunda, esa de “Quien gana Estambul gana el país”,
la primera nos queda claro desde un principio cual era la intensión de Erdogan
al llegar al poder, la segunda, podría convertirse en una maldición en su
contra, y de entrada una señal de hacia dónde Erdogan enfocará sus baterías con
el fin de no perder el poder (ya ha iniciado una serie de amenazas y de
acciones legales para buscar amedrentar el avance de Imamoglu).
Resulta paradójico que Erdogan buscaba convertirse en la
figura política más importante de Turquía desde el legendario líder Kemal
Ataturk, al tiempo que Erdogan iba de frente contra el legado de éste, orientando
al país hacía una dictadura y usando al fundamentalismo islámico como una
herramienta para consolidar, controlar y conservar su poder, es ahora un
candidato como Imamoglu, empresario y miembro del Partido Republicano del
Pueblo, partido fundado por Ataturk, quien se enfila a poner en jaque el poder
absoluto que Erdogan ha ostentado por más de una década, con un discurso extremadamente
diferente al de Erdogan, quien ha buscado la polarización del pueblo turco, y
que ahora encuentra su contrario, en un Imamoglu cuyo discurso triunfador se ha
basado en la unidad, incluso tendiendo una mano a Erdogan para trabajar juntos
para el desarrollo de Turquía.
El triunfo de Imamoglu sin duda trae un momento de esperanza
y confianza para Turquía, le brinda alegría a un pueblo que ya siente la
asfixia del régimen de Erdogan, y le da confianza a los mercados, quienes ven
sin duda la posibilidad de cambio y el debilitamiento de un régimen autoritario,
lo cual ha dado un fuerte impulso a la moneda turca, que en meses recientes se
había visto muy debilitada, lo que estamos viendo actualmente en Turquía, y que
pudiera darnos algunos indicios del futuro de ésta importante nación, puente de
civilizaciones, es sin duda un evento que alienta la esperanza y disipa las
oscuras sombras que en ocasiones parecen acumularse sobre el futuro del mundo
libre.
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