Vender es Humano, Evolucionar También
Vender es Humano, Evolucionar También
HYPERDRIVE
Por: Erreh Svaia
Entiendo que el valor del “toque humano” sea hasta cierto
punto un factor determinante en las fuerzas de venta de las empresas hoy en
día, “estar cerca de los clientes”, el “seguimiento” y de más temas, y por
supuesto, el enorme papel de la venta hoy en día, luego de leer “Vender es
Humano”, de uno de mis autores favoritos, Daniel H. Pink, de quien ya había
leído anteriormente “Drive”, refuerzo mi convicción de que todos vendemos,
hasta ese que dice “a mi no me gustan las ventas”, “a mi no se me da vender”,
pues déjenme decirles señores (y no es porque lo haya leído hace poco, porque
lo piense desde hace mucho”, “Todos somos vendedores” y aunque yo no venda
productos de puerta en puerta, todos los días vendo mis ideas, las vendo con mi
esposa, con mis hijos, con mis compañeros de trabajo, incluso cuando predo la
luz direccional de mi auto para cambiar de carril, estoy vendiendo una
intención, y el concepto me encanta porque conlleva temas que me resultan fascinantes,
la influencia y la persuasión.
Aún y que reconozco la importancia de la cercanía para las
ventas, también considero importante el futuro de ésta profesión, así como
recientemente lo discutía con un conocido que hablaba sobre el libro de Andrés Oppenheimer,
“Sálvese Quien Pueda”, sintiéndose tranquilo porque su trabajo como vendedor
parecería no estar amenazada por la automatización, considero que aunque la
labro del vendedor podrá permanecer sin cambios por unos años, es posible que
estemos viendo hoy en día las últimas generaciones de vendedores “a cota
distancia”, esos que van y hablan con los clientes, esos que van, los visitan y
platiquen con ellos, ¿De verdad se puede pensar que eso es lo que necesitarán
los clientes en el futuro? Esto considerando las nuevas generaciones que ya no
pueden esperar, que piden su comida con una aplicación y la esperan en menos de
30 minutos, que ya no salen a la calle a buscar taxis, sino que lo piden desde
su teléfono inteligente, o esos que dejaron de ir a las tiendas físicas a
rentar películas y ahora no esperan días para ver varios capítulos de su serie
favorita, gracias a Netflix, si el futuro es ansioso e hiper acelerado.
Si yo fuera vendedor, además de estar leyendo Vendedor del Mundo
de Og Mandino, todo un clásico, estaría pensando en aprender a programar, en
aprender sobre neurociencia y en programación neurolingüística, ya que la
competencia de ventas en un futuro será a nivel global y no a nivel local,
podré seguir vendiendo a mis clientes en la ciudad, en el estado o en el país,
pero eso no me dará las ventajas de un Amazon, de un Alibaba o de alguna
plataforma digital basada en la India, por ello al día de hoy, si estuviera
pensando en lo que los vendedores del futuro necesitarían, además de sus obvias
habilidades de venta, estaría pensando en saber programar y diseñar una atractiva
página en Internet, es un hecho que tarde o temprano las tiendas físicas habrán
de desaparecer, y es un hecho que quien quiera vender, lo tendrá que saber como
hacerlo a nivel mundial a través de un portal de internet lo suficientemente
atractivo para crear empatía con un cliente a miles de kilómetros de distancia.
Vender es humano, como dice Pink, claro que lo es, y vender
ideas se ha vuelto parte de una labor fascinante, el como poder involucrar a
los demás, persuadirlos, todos vendemos, y eso me resulta tan atractivo, porque
una vez que lo entendemos se vuelve fácil, sencillo, se vuelve casi adictivo,
no porque sea algo profundamente disruptivo o innovador, sino porque es encontrar
y reconocer parte de nuestra misma naturaleza humana.
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