Toy Story 4, Una Historia No Tan de Juguete





Toy Story 4, Una Historia No Tan de Juguete

HYPERDRIVE

Por: Erreh Svaia

"Is this the real life?
Is this just fantasy?
Caught in a landslide
No escape from reality"

Debo decir que de las 4 películas de Toy Story, la que más me ha parecido interesante ha sido ésta cuarta entrega, aún y que la rutina de rescate del insoportable Vaquero Woody es llevada hasta el hartazgo en ésta parte, y la película pareciera centrarse por completo en éste personaje, hay más cosas sucediendo de las que uno pareciera poder captar a simple vista, dosis generosas de existencialismo permean la cinta y la hacen disfrutable hasta cierto punto, incluso entrañable, no me atrevería a decir que es el fin de la franquicia, pero definitivamente es el cierre de un ciclo, y sin duda aparece de una manera bastante atractiva, uno podría esperar en cualquier momento la canción “Let It Go” de la cinta Frozen, apareciera aconsejando al Vaquero Woody, que me recuerda bastante al insoportable Colin Farrell en la cinta de Dumbo de Tim Burton, al tiempo que el Vaquero se convierte  en el tipo de personaje que hace pensar al espectador que ha llegado hasta su límite y ya no puede avanzar, no obstante lo hace y al final, ese personaje que parecía involucrarse hasta la medula (o hasta el plástico) en el bienestar de sus compañeros, finalmente decide “madurar”, moverse, cambiar y evolucionar, decide dejar de ser parte de su “clan”, se una pertenecía de un niño, y de ser el salvaguarda de los demás, así Woody pareciera convertirse en aquel millenial que a sus 30 y tantos años deja el hogar de sus padres, deja a sus amigos y parte a la aventura de lo que podría ser la vida en pareja.

Es interesante la manera en que la cinta maneja conceptos no muy infantiles, como los traumas “infantiles” como el personaje del muñeco Duke Caboom, quien tiene que superar la necesidad de valoración por parte de su anterior dueño, la muñeca Gabby Gabby, villana con mucha humanidad (a diferencia del villano cliché Lotso, en una de la cintas anteriores, cuya necesidad de cariño la llevó por malos caminos, los cuales son de inmediato abandonados al encontrar aquello que buscaba, o el tema de la “voz interior”, sin duda cada uno de éstos aspectos me parece fascinante y podrían implicar todo un profunda análisis de manera individual, sin duda aspectos incómodos que podrían aparecen desapercibidos para los niños, pero que sin duda causan una suerte de incomodidad en el adulto, al final el reconocernos como seres que tuvimos en algún momento que dejar la seguridad de la vida con nuestros padres y enfrentar un mundo más vasto de lo que imaginábamos, dejando ir una etapa de nuestras vidas, para asumir la incertidumbre de una nueva que llega.

La cinta bien pudo llamarse “Woody el Vaquero”, ya que éste se convierte en el personaje principal de la cinta, dejando de lado a todos los demás, aunque las sub tramas no dejan de hacer de la cinta un robusto espectáculo, por un lado la metáfora de una delicada figura de cerámica convirtiéndose en una experimentada “exploradora del mundo”, por otro, el mejor amigo de Woody haciendo a un lado “la voz de su conciencia” para poder accionar, por otro la muñeca un tanto siniestra que al final demuestra vulnerabilidades y deseos casi humanos, a la par de un “juguete” creado con basura, que al final debe asumir un rol para el cual pensaba no estar destinado a existir, al final, Toy Story 4 no deja de ser una cinta para el disfrute de los niños, pero también no deja de ser una cinta para la reflexión, para la transmisión de un mensaje incluso duro para las generaciones mayores, la necesidad de hacerse a un lado y de dejar que las nuevas generaciones asuman sus propias responsabilidades, es un mensaje duro, podría ser hasta difícil de entender para aquellos con los egos demasiado inflados, pero uno que necesitamos entender en éstos tiempos en que los jóvenes no parecen querer salir del hogar de los padres, no quieren asumir responsabilidades e incluso buscan en personajes de edad avanzada dentro del mundo de la política, para sumir el papel del padre que toma las decisiones y nos dice que hacer.

Para mí no fue sencillo dejar la casa de mis padres, la casa en dónde pasé casi toda mi infancia, siendo que siempre me consideré una persona que no difícilmente se adaptaría a una cama que no fuese la mía, pero a final de cuenta a todo nos adaptamos, y a todo nos aprendemos a sobreponer, incluso a compartir la vida con otra persona, de inicio puede sonar complejo, y lo es, pero aprendemos a hacerlo, después nuestros hijos nos hacen padres, y nos convierten en eso, literalmente de un día para otro, habrá muchos que no quieran afrontar tal reto, y buscarán excusas, no tengo auto, no tengo casa, ¿Para que traer hijos a éste mundo?, pero el reto está ahí para quien quiera aceptarlo, hay que aprender a dejar cosas atrás, hay que aprender a cerrar ciclos, a pasar a la “siguiente etapa”, a enfrentarnos a la incertidumbre, adaptarnos a los cambios y a dejar la comodidad, sólo así crecemos y nos convertimos en mejores personas. 

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