Política Virtual





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Por: Erreh Svaia

¿Sería durante la campaña por la gubernatura de Nuevo León que escuché semejante estupidez? El entonces candidato a la gubernatura, Jaime Rodríguez, alias “El Bronco” prometía “gobernar por Facebook” y “combatir a la delincuencia por Facebook”, semejante cosa sonaba como algo sumamente novedoso e inusual, por lo que supongo que muchos se emocionaron ante la posibilidad de tener toda la novela política en sus teléfonos “inteligentes”, la realidad dista mucho de la promesa, de la utopía de la transparencia, de lo que parecía y embelesaba a muchos como un contacto directo con su gobernador, que incluso daba su número y su whatsapp para que “el pueblo estuviera en contacto directo con él”, pero las promesas se fueron con la campaña, y aquel candidato que parecía irrumpir como tornado en el estatus quo político, terminó reprobado en la ejecución, por demás está visto que los de Rodríguez sólo fue demagogia y populismo, pero causó tal nivel de compromiso público, que admitir posteriormente la vergüenza de haber caído en el engaño populista se convirtió en una cortina que protegió por un par de años al gobernador “independiente”, pero tanta fue la decepción, que Rodríguez pasará a la historia como uno de los peores gobernantes del estado, el peso de sus promesas irrealizables terminará aplastándolo tarde o temprano.

Hoy por hoy es Nayib Bukele, presidente de El Salvador, el mandatario más popular por lo menos de América, a diferencia del “Bronco”, Bukele “gobierna por Twitter”, y sus mandatos directos se transmiten por ésta vía, ante la presencia de sus casi un millón de seguidores, ordenes que supuestamente denotan un nivel de transparencia y en el cual ordenes ejecutivas y despidos de funcionarios son indicados por Bukele de ésta forma, reafirmando así su cercanía con aquellos que lo eligieron como presidente, en un fenómeno que se antoja irrepetible, de un momento, y que seguramente se convertirá en una formula desgastada en poco tiempo, como le pasó a Rodríguez; Bukele, a pesar de su “cercanía” con la gente, es un hombre que se acerca a los ciudadanos de El Salvador vía las redes sociales, no en un contacto directo, no a través de la vieja herramienta del político, el mitin, Bukele podría ser el caso más particular de la mezcla de política, la tecnología y las redes sociales, un hombre que definitivamente hizo política de una manera inusual, y ganó la simpatía de muchos, pero como bien es sabido, tarde o temprano será víctima de la sobre exposición y del rechazo, como si fuera una estrella de rock.      

Otro ejemplo de la política moderna sería el presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, quien gobierna amenazando y maldiciendo, considerado a nivel mundial como uno de los mandatarios más populares, Duterte se elevó desde el cacicazgo que ejercía desde una provincia de aquel país, hasta convertirse en el presidente que “mataría” a los delincuentes y que también “violaría” a las mujeres, si éstas son lo suficientemente bellas, un hombre que no teme “mandar al diablo” al mismo Papa y que asegura curó el mismo su homosexualidad, la realidad es que así como hay “artistas” sin ningún talento, que adquieren popularidad mediante el escándalo, pareciera que así es como le funcionan las cosas a Duterte, al tiempo que sus escándalos se vuelven más continuos y su popularidad crece con ellos, dirían algunos, “mejor mala publicada, que ninguna publicidad.”

Y pues ya ni que decir del “Bully” mayor de la red, el “Twittler”, Donald Trump, quien ha hecho de las redes sociales un instrumento de comunicación altamente eficaz, no es sorpresa que todos estos mandatarios hayan tenido altercados fuertes con la prensa, ya que han decidido tomar la comunicación en sus propias manos, lo cual sin duda les ha resultado altamente redituable en el corto plazo, pero habremos de ver, si en el largo plazo la sobre exposición no resulta en un fenómeno totalmente diferente y que termine generando gran rechazo.


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