¿El Fin de las Tiendas Físicas?

¿El Fin de las Tiendas Físicas?

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Cuando era un niño pequeño, la visita obligada los fines de semana a las grandes tiendas departamentales era como ir de vacaciones a un lugar fantástico lleno de novedades, colores y sorpresas, así fue mi niñez en un México que empezaba a abrirse al mundo y a dejar entrar en su anterior cerrada economía, productos principalmente del vecino país del norte, luego vino el gran auge de los enormes centros comerciales, que realmente nos pusieron a la par con países más desarrollados, más recientemente, podemos afirmar que las cadenas de alimentos ya preparados ha sido el último furor de las tiendas físicas, hoy en día vemos como el autoservicio y otras tiendas departamentales, ya sea que se estén preparando para adoptar el comercio en línea, o empiezan a sucumbir ante el embate de gigantes como Amazon, el “todo bajo un mismo techo”, empieza a ser desplazado por el “todo con un solo click”, e incluso las tiendas de ropa y las de alimentos, comienzan a sufrir los estragos, es posible que en los próximos años seamos testigos de la muerte de la tienda física, y de las pantallas digitales como el próximo gran escaparate global para la venta.

Lo platicaba con una persona hace unos meses y le decía que el vendedor el día de hoy, preparándose para el futuro, debería estar aprendiendo programación para crear un portal atractivo y dinámico, además de aprender sobre temas como el neuromarketing, con el fin de ser los bastante atractivo para los consumidores en otros países y del otro lado de la pantalla, en sus computadoras o en sus modernos teléfonos inteligentes, pero eso no es todo, ya que los consumidores del mañana demandarán más información en sus pantallas, más personalización y una mayor velocidad en los esquemas logísticos o de entrega de los productos, hemos visto como en algunas salas de cine las compras ya se realizan de manera automática por teléfono y a través de modernas pantallas digitales, limitando el factor humano a la entrega del producto solamente, también hemos visto que aquellos negocios que tienen el producto en tiempo y forma, entregándolo a la mayor velocidad posible, serán aquellos que sobrevivirán y dejarán atrás a sus competidores, ¿Garantías de 30 minutos o producto gratis? Serán cosa del pasado, los consumidores demandarán tiempos más cortos.

Nos encontraremos con los clientes cada vez demandando una mayor personalización en los productos o servicios adquiridos, lo cual requerirá una mayor capacidad de adaptación, flexibilidad y velocidad, con productos casi “a la medida del cliente”, que sin duda representarán una competencia encarnizada, ya no por precios, sino por la capacidad de diferenciarse en la oferta a los consumidores, quienes cada vez pondrán menos atención en los precios y podrán un énfasis casi total en el servicio y la capacidad de los negocios para cumplir sus más demandantes deseos, a la medida y al instante, así veremos como las tiendas físicas irán poco a poco desapareciendo, los grandes almacenes, las tiendas de la esquina, los centros comerciales gigantescos y las numerosas cadenas de alimentos, un servicio y una logística a la velocidad de la luz será la nueva prueba de fuego no para las viejas “cadenas de suministro” sino para las nuevas redes de suministro que permitirán poner casi “todo” a disposición del nuevo consumidor. ¿Estamos listos?

Cuando me preguntan ¿Cuál es el futuro de la tienda física? No tengo dudas al afirmar que el fin de ésta ya se aproxima, y que probablemente esto afectará otros sectores como el de la construcción, y verá robustecerse área de tecnologías de la información y logística, que se convertirán en piezas clave de las nuevas formas de comercializar, desaparecerán empleos en las tiendas físicas, seguramente, pero otros surgirán en áreas operativas, con puestos que demandarán una mejor preparación para los candidatos, conocimientos de programación, logística y mercadotecnia más informada en la psicología se convertirán en habilidades indispensables, así como la capacidad de organizar redes cada vez más vastas de cooperación, el futuro se empieza a revelar como un mundo más demandante, más desafiante, pero capaz de llevarnos a nuevos niveles de profesionalización.