Teuber y la Teoría de la Barra
Teuber y la Teoría de la Barra
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Una de las analogías que utiliza el escritos Nassim Nicholas
Taleb, para explicar la famosa “teoría de la barra”, utilizada para la toma de decisiones
y manejo de riesgos, es la del individuo que tiene un trabajo normal, y aspira
a ser escritor (o músico si gustan), de ésta forma, el individuo mantiene su
trabajo de día, y en sus horas libres sigue escribiendo, o en el caso del
músico, hace presentaciones los fines de semana, esto hasta que el individuo
encuentre cierto nivel de éxito como escritor o músico, que le permita dejar su
trabajo, o lo contrario, decida mantenerse en su trabajo ante la falta de éxito
como escritor o músico, dejando ésta actividad como mero hobby, suena simple,
poder realizar ambas actividades a la vez y pensar cual de las dos nos podría asegurar
un mejor futuro, como se suele decir, “no poner todos nuestros huevos en una
sola canasta”, para muchos, es un escenario complicado de ver, para otros, es
simplemente el día a día, gente como Pedro Almodóvar, el famoso director de
cine español, mantuvo su trabajo por muchos años en la compañía Telefónica, aún
y que ya había empezado a destacar como cineasta.
Un caso más que me viene a la mente es el del “diseñador de
juegos de mesa”, Klaus Teuber, técnico dental por muchos años en su natal Alemania
y que en sus ratos libres descubrió su afición por la creación de juegos de
mesa, poco a poco Teuber fue progresando en su “hobby” al grado que algunos de
ellos llegaron a ser considerados y adquiridos por varios fabricantes de juegos
y comercializados en su país natal, lo que permitió a Teuber un ingreso extra,
nada extraordinario, y que como a muchos “diseñadores de juegos de mesa”, les
requería mantener su trabajo regular, aunque para Teuber, un trabajo que soñaba
con dejar, debido a que ya no le resultaba satisfactorio.
En 1995, Teuber lograría llevar a cabo su más ambiciosa
creación, un juego llamado Catán, que se convertiría en un gran éxito de
ventas, con alrededor de 18 millones de juegos vendidos a nivel mundial, un
juego traducido a más de 30 idiomas y que finalmente, permitiría a Teuber
retirarse de su trabajo regular y dedicarse al 100% a su afición por el diseño
de juegos, Catán se convertiría en todo un imperio, con varias extensiones y
derivaciones que poco a poco harían más robusta la línea al grado de llegar a
incursionar a los modernos juegos digitales en línea, la estrategia de Teuber
sin duda sería exitosa como pocas, al grado de asumir gran control creativo
sobre la comercialización de su juego, al grado de convertirse en accionista de
la misma empresa que se encargaba de fabricar el juego, convirtiéndose en una
empresa global que conseguía los materiales para la fabricación del tablero,
las tarjetas y varias piezas de madera en varios países del mundo.
Otro apunte importante respecto a la creación de Teuber, es
su capacidad de cambiar las “reglas del juego”, poniendo contra las cuerdas a
un juego de mesa clásico como el Monopoly, que sin duda ha sido la principal víctima
del éxito del Catán, que se ha convertido en el juego pro excelencia de las
nuevas generaciones, las cuales disfrutan su combinación de teorías económicas
(un tanto controversiales), manejo eficaz de recursos y estrategia en desarrollo
de territorios, que me recuerda un poco el juego digital que solía disfrutar en
los inicios del Internet, llamado Sim City, algunos dirán que Catán es el “asesino
del Monopoly”, y podría ser, considerando que Teuber ha cambiado las “reglas
del juego” y ha llevado un curioso juego que nuevamente hace de las teorías
económicas, un asunto de convivencia familiar o entre amigos, y que se consolida
como uno de los eventos más valorados por las nuevas generaciones.
Nada mal para un técnico dental que tomó las decisiones
correctas y aplicó de manera correcta no sólo su conocimiento sobre teorías
económicas, también la “teoría de la barra”.
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