“La Nueva Libertad Cristiana”




“La Nueva Libertad Cristiana”

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Parte de las conclusiones del porqué el estallido inicial del comunismo no encontró repercusiones mayores, fue según lo analizado por los intelectuales de izquierda (como Antonio Gramsci) como la resistencia de los valores occidentales como la libertad, la familia, y el principal de ellos la religión, no es sorpresa que el totalitarismo soviético no sólo emprendiera una lucha sin cuartel contra la religión primero, y después, viendo que esto generaba más resistencia, buscó infiltrarse al interior de ella mediante una de las conocidas creaciones de la KGB, la “teología de la liberación” que integraba los cánones de la “dictadura del proletariado” dentro del contexto de la religión católica, la conclusión era lógica, colocando un “caballo de troya” dentro de la religión, era más fácil infiltrar el núcleo familiar más allá del mero discurso propagandista del proletariado, de ésta forma, las figuras del Che Guevara y de Jesucristo eran fusionadas de manera grotesca ante la imposibilidad de convencer, por lo menos poder confundir y de ésta manera ganar terreno internándose en las líneas del “enemigo” principal.

Hoy en día, lamentablemente nos encontramos que el discurso de infiltración dentro de las líneas de cristianismo ya se ha convertido en un método común de propaganda no sólo para los viejos sectores de la izquierda, sino que también para la ultra derecha quienes tienen de alguna manera más territorio en común, de ésta forma, el discurso del cristianismo y los valores se han convertido en una nueva punta de lanza para el avance de políticas más y más autoritarias, de ésta forma, personajes como Vladimir Putin, Donald Trump, Matteo Salvini (en Italia), Viktor Orbán (en Hungría) y Jaroslaw Kaczynski (en Polonia) han abrazado el discurso del cristianismo para descubrir una manera de ocultar el autoritarismo de su régimen, crear un nuevo “dogma” incuestionable, una nueva “identidad cristiana”, de ésta forma, Putin se convierte en el “defensor” de los valores en Rusia, con el respaldo incondicional de la iglesia ortodoxa rusa, y carga contra las juventudes liberales “pervertidas” por Occidente, Trump se convierte en “el elegido” y consigue el apoyo mayoritario de sectores influyentes de evangélicos, que se congregan a su alrededor como un culto ante su líder, casi señalando a sus adversarios políticos como lacayos de Satán.

El espejismo del cristianismo como la nueva fachada de los regímenes autoritarios es como un virus que se propaga de manera veloz, así Salvini, Orbán y Kaczynski arremeten contra las instituciones autónomas y contra sus opositores, en el nombre de los “valores cristianos”, atacando así de manera despiadada a la migración ilegal (herejes) proveniente de África, al “libertinaje” de la oposición (los movimientos LGBT), predicando una “libertad cristiana” que no es otra cosa que valores ultra conservadores y fascistas que buscan imponerse por encima de la libertad y de la democracia no sólo de las masas, incluso de los individuos, con el líder autoritario por encima de toda autoridad de manera indefinida, casi como un “representante de dios en la Tierra”, en quien las leyes humanas no parecieran tener efecto alguno.



Un caso curioso, si, pero México no es la excepción, y por su peculiar contexto, parece llevar un avance más sólido en ésta “transformación” del autoritarismo en la “nueva libertad cristiana”, México es un país profundamente conservador y religioso, tanto que la caída del régimen del viejo “PRI Sistema” en el 2000, no vino de la izquierda, sino de un partido conservador de derecha, el PAN, tanto que la nueva “derrota del sistema”, en el 2018, vino de un partido profundamente conservador MORENA (con una clara referencia a la Virgen de Guadalupe, la Virgen Morena), y no de la izquierda moderna que podríamos esperar y desear muchos, el actual presidente, Andrés López, es un personaje que pareciera esbozar más un estilo de “pastor” religioso, pregonando temas de moral, humanismo y cristianismo, al tiempo que insulta a la prensa y a sus críticos, es de ésta forma como el presidente López va consolidado su régimen autoritario y destructor de la democracia, bajo la bandera de la “libertad cristiana”, esa que le permite callar sobre temas como la legalización de las drogas y el aborto, esa que habla del perdón, de “abrazos y no balazos”, en el cual se liberan narcotraficantes y se perdonan a políticos corruptos, eso sí, siempre y cuando abandonen su “vieja fe”, y se sumen a la “nueva fe” de su partido, todo esto en sermones al más puro estilo religioso, pronunciados cada mañana desde el nuevo púlpito de las redes sociales.

Así, la “nueva libertad cristiana”, que no es más que el autoritarismo disfrazado de cristianismo sigue ganando terreno en México y en el mundo, imponiendo una versión fraudulenta de la religión y la política, que busca llenar el vacío que la modernidad actual deja sobre el hombre, sometiendo la voluntad de las masas a la visión dogmática del autoritarismo de los líderes nacionalistas populistas en el poder, estamos ante una corrompida versión del fanatismo que cada vez se vuelve más presente en nuestras vidas.

                

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