Emerson, Lake and Palmer, Brain Salad Surgery, 1973, Una Reseña




Emerson, Lake and Palmer, Brain Salad Surgery, 1973, Una Reseña

Por. Erreh Svaia

El Craneoscopio

El título original de éste disco era Whip Some Skull On Ya, una oscura referencia al sexo oral, denotando el perverso humor de los Emerson, Lake & Palmer, que debería descartarlos como una aburrida banda de rock progresiva, después de todo, no sólo se trataba de “masturbación musical”, lo que cualquiera podría asociar con las infinitas demostraciones de virtuosismo instrumental por parte de los miembros del equipo, considerando que ninguno de ellos se había quitado quirúrgicamente ninguna de las costillas, como se rumoraba con Marilyn Manson, podemos asumir que el sexo oral vendría de “alguien más”, descartando lo de la masturbación, al final, el titulo del disco se cambio por el de Brain Salad Surgery, “otra” referencia, oscura también al sexo oral, ésta vez tomado de una delas canciones del célebre Dr. John.

Todo esto sucedía en 1973, al tiempo que los ELP se embarcaban en una gira por Europa y Keith Emerson tenía la oportunidad de conocer al entonces poco conocido artista visual Hans Ruedi (H.R.) Giger, de quien Keith quedó fascinado por su arte que mezclaba de manera surrealista figuras humanas con máquinas, de ahí que sin duda, Emerson quedará prendado de las obras de Giger, considerándolas en sintonía con la alucinante música de su grupo, que sin duda llevaba el virtuosismo a los extremos de los humano, al grado de conseguir una evolución artística casi inesperada en aquella época, y que podría incluso considerarse más allá de lo humano.

Lejos del frío progresismo, Brain Salad Surgery es un disco feroz, con los tres miembros de la banda ejecutando cada una de las piezas con un intenso grado equivalente de rabia y de virtuosismo, así, nos encontramos primero con Jerusalem, suerte de himno épico con los majestuosos teclados de Emerson, quien estrenaba aquí instrumentos de vanguardia como el sintetizador Moog, además de los monumentales arreglos de batería de Carl Palmer, que constituían una pieza de orgullo británico que pocos tomaron con seriedad en su época y la consideraron más una suerte de broma retorcida por parte de banda.


Para Toccata, la banda libera el mismo infierno en la tierra con la tremenda interpretación de un clásico del compositor argentino Alberto Ginastera, uno de los compositores más importantes del siglo 20, con Emerson llevando el instrumento a niveles inéditos en aquellos años y que lo colocaban justo a la par de un Jimi Hendrix pero en los teclados, como un personaje que había  redefinido el instrumento, convirtiéndolo no en un objeto complementario, sino en un feroz protagonista de una visión musical prodigiosa y llena de ambición.



Temas como Still…You Turn Me On muestran la faceta más accesible del grupo, gracias a la excelsa interpretación de Greg Lake, con un formidable trabajo de guitarra aquí, apoyado de forma sutil por Emerson, en un tema que permite percibir el detalle y la delicadeza en un grupo que en ocasiones llegaba a los extremos de lo esperado y se podía convertir en una mera parodia repleta de sobre indulgencia, lo cual, al parecer el grupo trataba de contrarrestar con curiosos ejercicios del más puro humor inglés con temas como Benny the Bouncer, que aunque pueden resultar inusuales, hasta cierto punto, funcionan evitando al grupo perderse en algo cercano a la megalomanía.

Y si hablamos de megalomanía, ahí está Karn Evil 9, una suite en varias piezas que la banda desata al final del disco y que resulta exquisita a pesar de las connotaciones negativas derivadas de los excesos musicales de la banda, aún así, el trabajo de Emerson y Palmer es sobresaliente a lo largo del tema, con un Greg Lake portentoso de igual forma en el bajo, proporcionando la base para los ejercicios brutales de Palmer y la pirotecnia a cargo de Emerson, que por momentos cae en el surrealismo puro, mostrando que la banda, más que ser una obra de snobs musicales, era más un trabajo demencial de verdaderos personajes obsesionados con sus instrumentos al grado de llevarlos a niveles no explorados en los 70s.

Brain Salad Surgery podría caer fácilmente en la categoría de lo excesivo, pero es fácil hacer a un lado los excesos de la banda en sus instrumentos si consideramos la calidad, y la ferocidad de los temas a lo largo del disco, de la alucinante portada y de los momentos de retorcido humor que la banda era capaz de escupir en la cara de sus más feroces críticos, al final, la última risa y la mejor sería la de los ELP, y Brain Salad Surgery, con todo y su oscura y perversa referencia es prueba de ello.         



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