The Damned, Machine Gun Etiquette, 1979, Una Reseña





The Damned, Machine Gun Etiquette, 1979, Una Reseña

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

El debut como guitarrista del Captain Sensible con los Damned, Machine Gun Etiquette, seguramente es uno de los discos más exuberantes de la primera ola punk inglesa, con unos Damned que suenan renovados en 1979 y dispuestos a “tragarse” al mundo por completo, luego de que su disco debut los había colocado como la primer banda de punk en grabar un disco y un sencillo, con un segundo disco en el que trataron de desmarcarse del movimiento con un arriesgado experimento que casi los hunde, producido por Nick Mason, baterista de los Pink Floyd (con quien la banda se tuvo que conformar cuando Syd Barrett, la opción original, no estuvo disponible), y del que apenas salieron bien librados, los Damned tenían mucho que demostrar dentro de una escena en la cual no querían quedar atrapados, pero de la que se sentían precursores y definitivamente uno de los líderes de éste, lo que los obligaba a seguir avanzando.

Love Song es el tema encargado de abrir el disco, en el cual es notable el brutal trabajo en el bajo del recién llegado Algy Ward, así como la increíble guitarra del Captain Sensible, anterior bajista del grupo y decididamente un guitarrista más creativo que su antecesor Brian James, gracias a Sensible, la banda es capaz de abrir su paleta de sonidos y crear una versión mucho más ambiciosa de si mismos, mientras que el tema que da título al disco es una arma de destrucción masiva, gracias al baterista Rat Scabies y a su obsesión con el genial Keith Moon, así la banda se da permiso de liberarse de las ataduras del genero y obsequiarnos un disco desenfrenado y a la vez sumamente inteligente que habría de poner a la banda en una situación privilegiada.



Temas como I Just Can´t Be Happy Today, gracias a las enormes aportaciones musicales de Sensible apuntan hacia una banda con un gran futuro y con un Dave Vanian aprovechando la oportunidad para ampliar también su rango vocal, en un ejercicio que sorprendentemente va transformando a la banda en una maravilla pop que ya empieza a dar forma a la new wave casi a punto de desembarcar, la cual consigue acercarse a la perfección con la increíble Melody Lee, en la cual la banda ya no suena como un grupo de músicos excéntricos de moda, sino como a una feroz banda clásica de rock de vanguardia, dándole la oportunidad al punk, genero que ayudaron a crear, de crecer y evolucionar apuntando ya hacia otros territorios.

Hay momentos brutales como Anti Pope, un duro y reflexivo ataque a la figura papal, la gótica oda al cine de serie B, Plan 9 Channel 7, homenajes a grupos como los MC5, de quienes toman Looking At You, los Sweet y su Ballroom Blitz o la gran sorpresa del disco, el White Rabbitt de los psicodélicos The Jefferson Airplane, todos ellos con estupendos resultados, al igual que con una suite titulada Smash It Up, dividida en dos partes, una instrumental que sirve de introducción para la segunda parte que nuevamente muestra lo genial que era capaz de ser ésta banda, yendo más allá de los clichés del género, asumiendo riesgos y haciendo acopio de valor y de talento para trascender todo genero y conseguir un sonido que les permitiera seguir creativos y relevantes, así, Smasht It Up prácticamente se convertiría en la nueva bandera de los Damned, quienes junto a los Clash, que por aquél entonces publicarían su legendario London Calling, se encargarían de llevar al punk a lugares que originalmente se pensaba, el generó no alcanzaría a visitar, basta escuchar a los Damned reconciendo dentro de sus influencias a bandas como los Sweet, los MC5 y posiblemente a los Jefferson Airplane, con un disco que pudo bien haber sido ese que soñaban lograr con la producción de Syd Barrett, aunque aquí sin Barrett, con el Captain Sensible en la guitarra y con osadas opciones para homenajear, los Damned nos brindaban uno de sus mejores discos, y uno de los más célebres de la era punk.             

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