The Bee Gees, Main Course, 1975, Una Reseña
The Bee Gees, Main Course, 1975, Una Reseña
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
1975, y los Bee Gees buscaban la manera de reinventarse tras
su éxito inicial como banda inglesa de rock en la época de apogeo de los Beatles,
los Bee Gees habían conocido el éxito desde sus primeros discos que incluso se
sospechaba, eran los mismos Beatles y otro de sus conocidos “alter ego”, la
realidad es que la banda de los hermanos Gibb eran formidables compositores al
grado de ser admirados por personajes como Lennon y McCartney y el Beach Boy
mayor, Brian Wilson, por otro lado poseían una dinámica vocal que los
distinguía y los volvía todo un referente de la época, Neil Young había decidido
grabar junto a Crazy Horse, entonces una incipiente banda de doo-woop, buscando
tener parte de ese sonido vocal que tanto admiraba de los Bee Gees.
Para mediados de los 70s, los hermanos Gibb buscaban
reinventarse y adentrarse en el espíritu de una nueva época, bajo recomendación
de Eric Clapton, los hermanos Gibb viajaron a Florida para cambiar de ambiente
y empezaron a adentrarse en la innovadora música R&B de personajes como
Stevie Wonder que entonces se inspiraba en personajes como Marvin Gaye, que
habían roto los clichés del R&B convirtiendo el género en un motor del
vanguardismo de la época, el mismo Wonder produciría una serie de discos
ambiciosos que llevarían a la música pop a nuevos niveles de sofisticación,
tanto que otro grande, Phil Collins empezaría a poner atención en éste tipo de
música.
Main Course sería el gran viraje de los Bee Gees hacia el
mundo del R&B, integrando fuertemente elementos de funk que empezarían a
enviar a los hermanos en un viaje al corazón de la música bailable de los 70s y
al centro de las pistas en las discotecas en los EEUU y en el resto del mundo,
Nights On Broadway, pieza que abre el disco es fabulosa y monumental, como una
dura patada en la puerta, siendo así la manera en que los hermanos Gibb
comenzaban una nueva época, apoyados fuertemente en la guitarra de Alan Kendall
y en los prodigiosos ritmos del baterista Dennis Byron, quien formaba una
sólida sección rítmica con Maurice Gibb, quien no dejaba de desbordar
creatividad en el bajo, adaptándose a la nueva dirección musical del grupo.
Sería Jive Talkin´ la pieza verdaderamente disruptiva de
Main Course y sin duda la punta de lanza en la nueva visión de los Bee Gees,
una que sería profundamente futurista en su propuesta al grado que personajes
como George Michael, los Flaming Lips y los Red Hot Chilli Peppers tomarían
inspiración de estas piezas, aún décadas después, resultando no muy complicado
escuchar como con este tema, los Bee Gees prácticamente inventaban la carrera
musical de un George Michael al dejar a los Wham!, mientras que otros temas
como Wind of Change, serían el escaparate perfecto para las incursiones de
sintetizador del tecladista Blue Weaver, que ayudarían sin duda a impulsar el entonces
futurista sonido de la banda.
Hay momentos en que resulta imposible olvidar los orígenes de
la banda, como extraordinarios forjadores de temas musicales y extraordinarios
cantantes, lo que queda bien asentado con temas como Songbird, o Fanny (Be
tender With My Love), ésta última, un genial enlace entre el pasado y el
presente de la banda, o All This Making Love, que conservaba algo de ese
espíritu de los 60s, y la deuda que la banda tenía aún con los geniales Beatles,
y que sería la base hasta cierto punto para los trabajos de finales de los 70s
de Roger Waters y Pink Floyd, hablando específicamente de The Wall de 1979, con
Another Brick On The Wall, básicamente un clásico del rock, a ritmo de música
disco, acorde a la época.
Hay temas como Come Over que denotan una curiosa influencia
country, posiblemente derivada de la fascinación que entonces experimentaban
los hermanos Gibb con los EEUU y un “nuevo mundo” que prácticamente se abría
ante ellos, una muestra más de las capacidades compositivas de la banda,
repletas de opciones y posibilidades, que cerraban un extraordinario y
visionario disco con Edge of the Universe, que captura a la perfección el espíritu
de la época de una manera tan amplia que resulta sorprendente, no resulta
extraño que el mismo David Bowie, otro visionario de primer nivel, haya
desviado su atención al R&B y a los EEUU, en su búsqueda por dejar su
pasado como Ziggy Stardust y perseguir nuevas inquietudes en Berlín, unos años
más tarde.
Baby As You Turn Away sería una hermosa balada con una
obsesión por el detalle y con arreglos prodigiosos que se encargarían de cerrar
un disco que si bien dista de ser perfecto, representa un giro enorme en la
dirección musical de los 70s, uno que inspiraría a muchos y confundiría a
otros, que llevaría a los hermanos Gibb a explorar territorios inéditos en el
mundo del rock y que los llevaría camino a convertirse en uno de los grupos más
inmensamente populares de la historia de la música, quizá, sólo superados por
los Beatles.
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