¿Eres Tú, Lulu?
¿Eres Tú, Lulu?
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
He hablado sobre Lulu muchas veces, siempre haciendo mención
de lo mismo, es uno de los mejores discos realizados por Lou Reed, tal vez ni
la pena vale hablar de Metallica, Lulu no es un libro de Metallica, es un disco
de Lou Reed, y claro, hay la participación de James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk
Hammett y Robert Trujillo, pero para los incautos metaleros que esperaban un
nuevo Master of Puppets, o un Black Album, Lulu no lo es, otra vez, Lulu es un
disco de Lou Reed, y no espero que muchos fans de Metallica escuchan a Lou
Reed, ni que conozcan el Berlín, el The Blue Mask, el Coney Island Baby, el The
Bells, o el Magic & Loss, menos que conozcan el legendario Metal Machine
Music, si lo conocieran, tal vez ni siquiera escucharían a Metallica en primer
lugar, o tal vez los hubiesen dejado de escuchar luego del disco negro,
seguramente los fans de Metallica y del heavy metal en general detestaron y
odiaron al Lulu, después de todo, el fan común del heavy metal no se caracteriza
por su intelecto, y el genero no brilla por su inteligencia, el heavy metal no
se trata de eso, es algo más primitivo, y lo entiendo como tal, en cuanto a
Lou, un hombre decidido siempre a romper paradigmas y a retar lo común, y lo
establecido, jamás hubiera esperado que las masas le adoraran, sabía que la
innovación siempre traería resistencia, y que mejor que usar al mismo heavy
metal, al estridente género musical, a su favor.
Lou Reed se despidió de éste mundo con el puño en alto, con
el aterrizaje de un concepto que ideó hace más de 4 décadas, en el que buscaba
vincular sus poderosas letras con música igualmente provocadora, así lo hizo en
algunos momentos, pero nunca de una manera tan palpable y con todos los
reflectores mirándole, no sólo Lou tuvo el valor para crear uno de sus trabajos
más valientes, sino que lo hizo, en público y con gran publicidad, algo no muy
común en él, pero había que entender, que era su despedida de éste mundo, así que
en lugar de “fade away”, o sea, de desaparecer en el olvido, optó por “burn out”,
o “reventar” frente a las masas, como aconsejó Neil Young, no era través de un tiro en la cabeza, como malinterpretó el desubicado
de Kurt Cobain, era mediante el disco más inesperado y el que más valor debió
requerir del músico neoyorkino, un disco que hasta la fecha escucho con gran devoción y que no deja de sorprenderme, que me resulta imprescindible.
Lulu se convertiría en la personificación del gran mito, en
el aterrizaje de la visión siempre adelantada años luz de Lou, comparable
apenas con sus extraordinarios primeros discos con los Velvet Underground, con
su brutal Metal Machine Music, con sus discos con Bob Ezrin, Don Cherry, con
Robert Quine, con John Cale o con sus Metal Machine Trio, Lulu era todo eso y
más, se trataba de finalmente de materializar y compartir con las masas ese
concepto y esa filosofía que llevó siempre en alto durante toda su carrera,
vulgarizada por algunos cuando se quejaban porque James Hetfield cantaba “I Am
the Table”, claro, los fans de Metallica, la gran banda clásica de Heavy Metal
jamás entenderían el trabajo de Lou, menos sus letras, pedirles que
comprendieran un trabajo literario, era mucho pedir, por eso Lulu nunca fue un
disco de Metallica, por eso se trataba de Lou y músicos que le acompañaban y
que estaban completamente sujetos a la visión de compositor.
Lou nunca hizo nada a la ligera, sus ejercicios musicales
siempre fueron brutales, concebidos para sacudir, para llevárselos a la cama y
pensar una y otra vez, para filosofar, para sentirse incómodos tratando de
encontrar el significado, para tener pesadillas con ellos, para sufrir el ataque
o el desprecio de los que no podían entender en el momento, pero que décadas después
aceptarían que Lou tenía razón, así escucho el Lulu, como algo que se concibió
con la brutalidad del presente, con el coraje de apuntar al futuro una vez más,
claro, se requería de músculo adicional y de traducir un poco al sentido
contemporáneo, ese fue el gran regalo de Lou, ese era el gran significado de
Lulu y por eso sería el último gran regalo de Lou, se trataba de todo en una
sola entrega, la entrega final, sin dejar nada en la mesa, apostando el todo
por el todo, no quedaba nada más, y yo probablemente no hubiera pedido nada más,
era la culminación de una gran carrera, han pasado casi 10 años, y
probablemente pasarán otros 10 para que la gente empiece a hablar del Lulu con
la devoción con la que hoy se habla de los Velvet Undeground, la realidad es
que el mito apenas lo han empezado a digerir, apenas.
Comments
Post a Comment