Led Zeppelin, II, 1969, Una Reseña
Led Zeppelin, II, 1969, Una Reseña
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Escuchar los primeros riff de Whole Lotta Love, primer tema
del legendario segundo disco de Led Zeppelin del año 1969, es un choque
indescriptible de emociones, la idea de que finalmente Led Zeppelin ha conseguido
una identidad propia y una confianza asombrosa luego de un primer disco que los
mostraba un tanto erráticos, es una suerte de venganza de éstos hombres,
dotados de capacidades increíbles para la creación musical, y cuyos orígenes obviamente
los llevaron a tomarse un tiempo para encontrarse a si mismos y poder mostrar
éste grado de seguridad, con un Page experimentando con alucinantes ideas en la
guitarra y con un Plant finalmente tomando un papel más preponderante, empezando
a rivalizar con Page hasta cierto punto.
El primer disco de Led Zeppelin de 1968 había sido un
arrebato de ideas un tanto incoherentes, por un lado, Page, un hombre que se
había forjado como músico a sueldo en los estudios de grabación, aún se
encontraba indeciso entre dejar su lucrativa carrera en los estudios o emprender
una carrera más o menos estable con un grupo de su propiedad, Page había
conseguido convertirse en uno de los guitarristas más valorados para sesiones
de estudio en Inglaterra, se había vuelto famoso por su habilidad de imitar con
facilidad varios estilos de guitarra, así podía por momentos copiar los riffs
brutales de Keith Richards y Brian Jones, los sonidos blues de la guitarra de
un Peter Green y la delicadeza de un George Harrison en las seis cuerdas, incluso
adentrarse en los mundos de la guitarra folk británica, por si esto fuera poco,
conocía a la perfección los estilos de guitarristas consagrados como Eric
Clapton o Jeff Beck, muy cercanos a él.
La idea de formar un grupo de su propiedad fue más bien una
idea desperada, luego de presenciar el estallido musical que suponía la llegada
del Jeff Beck Group y lo que parecía la invención de un nuevo sonido, con Beck
buscando ir más allá de la obsesión inglesa por copiar a los legendarios “blues
men” del delta del Mississippi, por un lado estaba la guitarra visionaria de
Beck, la estructura musical de los Who, el sonido titánico de las baterías
grabadas a volúmenes estruendosos y la inclusión de un vocalista que mezclara
dramatismo, romance y testosterona en la manera que Rod Stewart lo había hecho en
el disco Truth de Jeff Beck, y aunque Page no había obtenido la banda ideal con
la que soñaba (que se puede escuchar en el (Beck´s Bolero), y que Keith Moon de
los Who, había predicho se precipitaría como un “zeppelin de plomo” de ahí el
nombre Led Zeppelin.
La idea original se cristalizó como los “New Yardbirds”,
buscando rescatar algo de la fama de los legendarios Yardbirds, asombrosa banda
de la que Page, Beck y Clapton habían sido parte en algún momento, Page quería
un bajista poderoso al estilo de John Entwistle de los Who, y en su lugar sólo
encontró a otro veterano de los estudios, John Paul Jones, quien no sólo era diestro
en el bajo, y buscaba hacer del instrumento un elemento líder y no sólo de
acompañamiento, Page no pudo encontrar al vocalista que añoraba, y en su lugar
le recomendaron a Plant, a quien Page trató de formar inicialmente a la imagen
de Stewart, posteriormente, por recomendación de Plant, trajo de la desconocida
Band of Joy a otro personaje oscuro llamado John Bonham, a quien Page buscó
grabarlo a volúmenes ensordecedores en el estudio.
El primero disco de Led Zeppelin no fue muy bien recibido, Page
aún no desarrollaba un estilo propio, John Paul Jones aún no se hallaba cómodo en
el ambiente de un grupo, Plant estaba en un duelo interno tratando de encontrarse
a si mismo y no terminar como una mera copia de Rod Stewart, mientras que
Bonham estaba en procesos de adquirir la confianza suficiente para empujar sus
intervenciones al nivel de sus 3 compañeros, el resultado fue un disco
despreciado por la crítica y por las masas, que los veían como una mera copia
de los que Jeff Beck y compañía habían conseguido meses antes con el disco
Truth, pero un año más tarde, ya con tiempo juntos y con una identidad propia
ya surgiendo, el disco II de Led Zeppelin se convertiría en uno de los
vehículos favoritos del arribo del sonido que se conocería como heavy metal.
Whole Lotta Love, el poderoso blues metálico de What Is and
What Should Never Be que ya denotaba a un Plant menos derivativo, a un John
Paul Jones más integrado y a un Bonham exquisito, con un Page tal vez aún
indeciso por momentos sobre hacia que estilo inclinarse, pero capaz de desenfundar
atronadores riffs de guitarra cuando conseguía enfocarse, con una The Lemon
Song aún tímida, pero ya mostrando el talento individual de forma más
detallada, como quien festeja haberse encontrado a si mismo por primera vez, atreviéndose
a abordar temas más complejos como en Thank You, que ya mostraba a la banda por
encima de sus contemporáneos y con un sonido y una identidad que ya podrían
considerarse como propias del grupo, con una Heartbreaker que ya no dejaban
duda del talento de Page en la guitarra que ya no dependía de imitar a otros
famosos guitarristas.
Y si a alguien le quedaba dudas sobre la épica llegada del “Zeppelin
de Plomo”, ahí estaban las fabulosas y punzocortantes Living Loving Maid (She´s
Just a Woman), con el dúo de Page y Jones perfectamente bien acompasados,
Ramble On, con un Bonham en pleno estallido de poder, conectando con la portentosa
Moby Dick, que le abriría el paso para empezar a ser notado como un digno rival
de Keith Moon o de Ginger Baker, si el Zeppelin era de plomo, era gracias a las
durísimas baterías de Bonham, que se ponía al tú por tú con el maestro de los solos
de batería, Ginger Baker, y la banda cerraba éste portento de disco con Bring
It On Home, que definía de forma perfecta la poderosa amenaza metálica con
corazón de blues en que se convertían los Led Zeppelin, la leyenda aquí
comenzaba, Led Zeppelin llegaba con éste segundo disco al tiempo que los Beatles se despedían con el Abbey Road.
Comments
Post a Comment