Cuando las Máquinas Nos Reemplacen al Votar

¿Cederemos a las máquinas nuestro derecho al voto? 

En una visita a México, mi primo residente en Europa compartió una revelación: muchos jóvenes europeos emplean páginas web y encuestas en línea para orientar su voto en las elecciones. Esto me llevó a reflexionar sobre las diferencias entre Europa y América en cuanto a la percepción de la democracia. Mientras que en Europa el enfoque se centra en cómo las propuestas políticas se alinean con los intereses del votante, en América el protagonismo individual de los candidatos suele eclipsar al partido que representan.

Un ejemplo palpable es Donald Trump, cuya personalidad carismática lo catapultó por encima del partido republicano. Otro caso es el de Javier Milei, presidente de Argentina, cuya influencia superó la del partido que lo apoyó. Sin embargo, ahora nos enfrentamos a un nuevo elemento que moldeará las decisiones electorales: la inteligencia artificial. 

Mi primo mencionó la utilización de encuestas en línea para perfilar las preferencias de los votantes, pero ahora la IA jugará un papel crucial al proporcionar información y aclarar dudas para los nuevos electores. Es crucial comprender que herramientas como ChatGPT o Gemini son modelos en constante evolución, alimentados por datos de internet, lo que implica la posibilidad de respuestas erróneas. Por ello, es esencial formular preguntas precisas y tener claridad sobre qué se busca obtener.

En la era de la información digital, la toma de decisiones no debe depender únicamente de una fuente. Es vital investigar y considerar diversas perspectivas para formar un criterio informado. Confiar ciegamente en respuestas de internet o chatbots sin una verificación adecuada es un grave error y refleja una falta de discernimiento humano.