Metallica, Master of Puppets, 1986


1986, el gran año del thrash metal y Metallica pública el mejor disco de su carrera. 


Recuerdo cuando una compañera de la secundaria solía decirme: "No entiendo cómo te gusta eso del trash metal". A pesar de mis intentos por corregirla, explicándole que no era "trash" sino "thrash", algunas personas simplemente no lo captan. El año 1986 marcó el apogeo del thrash metal. Megadeth y Slayer lanzaron dos discos clásicos del género, seguidos un año después por Anthrax. Mi primer encuentro con Metallica fue a través de ...And Justice for All en 1989. Tras escucharlo, me lancé en busca de los discos anteriores de la banda. Primero llegó Ride the Lightning, que se convirtió en mi favorito durante mucho tiempo, y luego Master of Puppets, lanzado el 3 de marzo de 1986, uno de los álbumes más influyentes en la historia del heavy metal. Decidir si Master of Puppets o Reign In Blood es el mejor disco de thrash de todos los tiempos sería una tarea ardua.

Una de las claves del éxito de Master of Puppets fueron sus letras, que abandonaron los temas de guerra y violencia para adentrarse en reflexiones más introspectivas, añadiendo una profundidad y alcance sin igual. La producción del álbum, como he mencionado en numerosas ocasiones, fue directa y sin adornos excesivos. Metallica estaba decidida a crear algo completamente opuesto al sonido glamoroso del hair metal de Los Angeles. Battery estableció el tono frenético y técnico que caracterizó al resto del álbum. Canciones como Master of Puppets y Disposable Heroes destacan por sus intrincados riffs y cambios de tempo vertiginosos, mientras que la balada Welcome Home (Sanitarium) ofrece un breve respiro antes de sumergirse nuevamente en la furia con Damage, Inc.

Temas como el control, la manipulación y la adicción se convirtieron en el núcleo del álbum, mostrando a Metallica adelantándose a su tiempo con letras que resonarían en la década de los 90. La combinación de riffs, ritmos y profundidad lírica dotó a Master of Puppets de una complejidad sin precedentes. Esta amalgama de elementos catapultó a Metallica al éxito, algo que pocos hubieran predicho para una banda de thrash metal. Una gira con Ozzy Osbourne les llevó a la cima de la popularidad en Estados Unidos. En 1986, Metallica se jactaba de ser la banda de heavy metal más influyente del momento.

Para mí, Master of Puppets fue quizás el disco más difícil de entender de Metallica. Sin embargo, al encontrar versiones remasterizadas de otros álbumes como Kill 'Em All, Ride the Lightning y ...And Justice for All, mi aprecio por ellos se renovó. La remasterización les infundió más potencia, profundidad y vitalidad. Aunque no experimenté lo mismo con Master of Puppets, ahora entiendo que la intención de la banda era crear un trabajo en blanco y negro, directo y sin adornos superfluos en la producción, como una declaración en oposición al sonido predominante de la época, y lo lograron.

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