Brian Eno And Karl Hyde- Someday World (2014)




Brian Eno And Karl Hyde- Someday World (2014)

“Cada colaboración ayuda a crecer, con Bowie, cada vez es diferente, se cómo crear escenarios, ambientes sonoros inusuales, eso lo inspira.”
Brian Eno

Robert Fripp, David Bowie, Tony Visconti, John Cale, David Byrne, Devo, U2, Seun Kuti, Coldplay, Ben Frost, Damon Albarn, y la lista podría seguir, tal vez Eno de alguna manera inicio esa tendencia de volverse ecléctico a base de trabajar con infinidad de músicos, como hace Bjork, Eno se ha convertido en un colaborador por excelencia, siempre inquieto y siempre dispuesto a intentar cosas nuevas y como no, si este siempre ha sido uno de sus principios para estimular la innovación, saliéndose de su zona de confort para buscar nueva inspiración.

Someday World es el resultado de la más reciente colaboración de Eno, en la cual se reúne con el miembro de Underworld, Karl Hyde, ¿El resultado? Nada radical definitivamente, nuevamente Eno se aproxima al pop inteligente, aunque en cierta forma algo conservador, el sonido de este disco me recuerda mucho aquel que grabo con John Cale, en el que muchos esperábamos saltaran chispas y el resultado fue un buen ejercicio de inofensivo, pero encantador pop meloso, aquí, hay que agradecer a ambos músicos el mantener las cosas movidas, el añadir energía a sus composiciones y aunque el trabajo de Eno es sobresaliente y Hyde se luce, hay que reconocer que dista mucho de ser lo mejor en el catálogo de cualquiera de los dos músicos, claro hay grande temas, pero con un disco así Eno no se hubiera convertido hace más de tres décadas en la leyenda que es hoy.       

The Satellites recorre ese terreno de pop reflexivo y de fondo que tantas veces ha transitado Eno, tenemos bajos sintéticos robustos, inquietas baterías, momentos de pausa y las voces siempre bajas de ambos protagonistas, claro, hay toques movidos de metales que elevan la moral de las grabaciones, pero nada que nos ponga los cabellos de punta, se acerca a un krautrock muy accesible, como si Neu! nos mostrara su lado más pop y comercial, tal vez trayendo a la mente algunos recuerdos de los primeros Simple Minds, aunque a la vuelta de la esquina en Daddys Car, hay agradables sorpresas en la forma de la integración de una batería bastante con fuertes influencias del afro beat que Brian Eno tanto ama, hay una base y ecos a esos discos que Eno hizo con Byrne o con los Talking Heads e incluso alguna cercanía a ese disco que les produjo a los Coldplay, algo que no sorprenderá del todo ya que el percusionista de la banda se les une aquí, en un tema bailable, con influencia africana y con arreglos bastante contagiosos.

Hay temas como Man Wakes Up que muestran mucha promesa de inicio pero después se deslizan sin remedio en la autocomplacencia, denotan una cantidad enorme de estilo y de ingenio en la ejecución, pero los temas carecen de carisma y de personalidad única, hay momentos rescatables en este tema, la inquita guitarra, el bajo dinámico e infeccioso, pero mientras algunos detalles brillan, otros se vienen abajo, como la ausencia de un trabajo de ritmos más congruente al resto de los instrumentos, aunque de sobra sabemos que a Eno le gusta mantener las cosas incongruentes e inesperadas, y lo consigue, aunque hay algo que lo arrastra a lo seguro en lugar de adentrarse en lo desconocido, que es cuando más le disfrutamos.

Hay brillantes ideas en temas como Witness, y podemos aseverar que es otro momento bastante rescatable en el disco, en este tema que destila una buena coordinación entre ritmos, melodías y las nostálgicas notas que alcanzan las vocales, lo mismo sucede a Strip It Down, otra joya de pop bastante elaborado, cuidado e incluso apasionado, pero que no hace mucho ruido, el factor azar que tanto gusta a Eno pareciera no salir a flote en este disco, y eso resta impacto al trabajo que se podría esperar de Eno, aunque a su vez esa falta de apego a los dogmas de la música bailable dejan a Hyde en un terreno poco favorable para él, pero que sin duda la experiencia debe ser lo que al final le deje satisfecho.

Hay temas como Who Rings The Bell que debieron sonar maravillosos con la compañía necesaria, pareciera ser que gente como Thom Yorke están haciendo hoy en día los discos que Eno debería crear, no cabe duda que el bajo de Flea, las percusiones de Tony Allen, las guitarras de St Vincent y el apoyo de Byrne harían de temas como este una verdadera delicia de explosivo encanto, aun así, a pesar de lo confortable de este pop, hay buenos momentos de profundidad y sonido robusto que exuda algo de atractivo como en When I Built this World, en dónde Hyde encuentra territorios familiares y consigue hacer funcionar de buena manera el tema, y Eno se permite soltarse en medio del azar, es aquí, cuando uno en verdad consigue disfrutar la colaboración entre ambos, un disco del que no se esperaba mucho, a pesar de la expectación que siempre me causa Eno, pero que no resulta ser tan malo como uno podría imaginar.     

       
  

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