Fu Manchu- Gigantoid (2014)



Fu Manchu- Gigantoid (2014)

“La rebelión sin verdad es como la primavera en un desolador y árido desierto.”
Khalil Gibran

En una época en que China y Rusia buscan asociarse para contener los avances del imperialismo estadounidense, llevar el nombre de Fu Manchu, un súper villano chino podría no serlo más indicado, aunque estos Fu Manchu resultan ser al desierto lo que los Beach Boys eran a la playa, un conjunto de músicos pesados en verdad, que igual toman inspiración de los Black Sabbath que de la escena punk californiana de los 80s, estos Fu Manchu no buscan conquistar el mundo robando una bomba o planeando un envenenamiento masivo, lo de ellos es más crear un plan maestro de destrucción, Gigantoid es el regreso de esta banda y bien pudiera ser el nombre de una creatura monstruosa creada por el súper villano de donde toma su nombre esta banda Californiana. 

Fu Manchu es una banda que derrocha testosterona, sus guitarras son de sonido bajo y profundo, intensas, obsesivas, de esas que toman un riff y lo machacan a morir, robóticos, si un poco como los Devo, con mucha influencia de una de las originales bandas afines al desierto, los legendarios Kyuss, con quienes alguna vez compartieron giras y miembros, otra poderosa arma son sus bajos reptantes que resuenan de manera estruendosa poniendo a temblar el suelo a nuestros pies cual serie de movimientos telúricos abrumando el ardiente suelo del desierto, por su fuera poco, sus baterías son intensas, con un rango amplio que va del lento doom de los ya mencionados Sabbath a las poderosas descargas del surf punk más salvaje, sólo que aquí se surfea sobre las dunas quemadas por el sol.

Gigantoid arranca con Dimension Shifter, una pieza que la batería se encarga de poner en movimiento y de aumentarle la temperatura hasta que el ruido hace ebullición, un estallido de instrumentos aparece y nos derriba con su punk desértico, con un Scott Hill al mando de esta unidad de destrucción, la banda se muestra ágil, a pesar de las influencias suenan modernos, vigentes, no como un instrumento del pasado, a pesar de las conexiones obvias con unos Black Sabbath a quienes referencian constantemente, eso sí, haciendo suyo el sonido para sus descargas más hardcore.

Bajos y guitarras estallan a la señal de la batería en Invaders On My Back, lo de estos Fu Manchu es la ciencia ficción, por momentos podríamos pensar que estamos ante una banda cercana en su mística con unos White Zombie, con quienes de hecho hay cierta cercanía, y ni que decir de esas guitarras bañadas en wah que derraman acida magia, a pesar de no estar ante algo completamente trascendental no deja de deleitarnos con su sonido imparable que pareciera un vehículo en marcha aplastando todo a su paso, para después reproducir el pesado avance de un mastodonte y más magia acida de las guitarras en Anxiety Reducer, una suerte de blues que invoca a la misma magia negra de los primeros discos de Ozzy, Ward, Iommy y Butler.

Al llegar a Radio Source Sagittarius a pesar de la fuerte descarga empieza a sobresalir el hecho de que son pocos los trucos que la banda guarda bajo su manga, ya que empezamos a identificar cierta redundancia, cierta carencia de imaginativa, exceptuando el cowbell, la banda pareciera reciclar no sólo riffs de sus anteriores discos, sino de los mismos temas anteriores de este disco, aún y que Mutant ofrezca un poco de novedad, a pesar de lo poco cohesivo del tema que parece deshacerse en pedazos sin llegar a mucho.
No Warning despierta algo de interés, pero es un estallido punk que salvo la energía no aporta nada relevante, podrá sonar bien a todo volumen mientras avanzas a toda velocidad por el desierto con las puertas abiertas y el viento haciendo volar tu larga melena, pero al bajarte del vehículo, te quedarás con nada trascendental.

Gigantoid no promete mucho y tal vez eso es lo que lo salva, es un modesto disco de rock, es ruidoso, pero se atreve a muy poco, da muestras de un avance y una evolución nula en la banda, nos da momentos de intensidad y adrenalina al por mayor, pero como como en la montaña rusa, a pesar de ponernos al límite, no es algo que quisiéramos repetir todo el tiempo.   



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