Diabetes, una epidemia que se esparce rápido como el fuego



Diabetes, una epidemia que se esparce rápido como el fuego

“Mantener el cuerpo con buena salud es un deber…de otra manera no seremos capaces de mantener nuestra mente fortalecida y clara.”
Buda

Por cuestiones de salud de un familiar me vi un par de días acompañándolo en el IMSS, el sistema de salud y seguridad social del país, para los que no lo sepan, un instituto víctima de ¡incontables fraudes y robos en su interiores de corrupción y malos manejos administrativos, los cuales lo han llevado al borde de la quiebra en diversas ocasiones, como es de esperarse, el servicio que dan a la población, es deplorable, instalaciones sucias, insuficientes y oscuras, un trato grosero y prepotente por parte del personal, que debiera agradecer al derechohabiente, ya que con los impuestos paga sus sueldos, ¿Cómo podemos hablar de un instituto encargado de cuidar nuestra salud, dónde siquiera hay papel, jabón o agua en los sanitarios para visitantes? ¿Cómo podemos hablar de seguridad, cuando la única seguridad que hay dentro del instituto es la certeza de que uno será maltratado y humillado en incontables ocasiones? Agréguenle a eso que aun faltando tiempo para finalizar su turno, el personal se niega rotundamente a seguir laborando con la excusa de que ya se va a terminar su turno y ya se van.

Hay que reconocer una cosa, hay personal ahí dentro en verdad dedicado, y no por uno debemos generalizar, pero por cada buen elemento, es casi un hecho que nos encontraremos por lo menos cinco malos, cinco groseros, irresponsables y déspotas.

Se dice trágicamente que al IMSS va uno a morir, en una sala para 5 personas pusieron a mi familiar, enfermo del corazón junto a por lo menos 20 personas, si, 20 personas en un espacio para 5, mi familiar y yo tuvimos que esperar casi dos horas a que fuera movido a otra sala porque no había camas, camillas ni sillas, 20 personas, en un espacio para 5, sin una cama, o camilla por lo menos, sentados a pesar de sus delicadas condiciones, en el caso de mi pariente, enfermo del corazón, si ser monitoreado por ningún aparato.

Pero dentro de toda aquella pesadilla, lo que más llamó poderosamente mi atención, es que de las 10 personas ahí enfermas (las otras 10 éramos acompañantes) salvo mi familiar y otras dos señoras, una enferma de colitis y otra de cálculos biliares, el resto de los enfermos, o sea 7, padecía diabetes y se hallaban ahí por alguna complicación de esta, una señora (diabética) recientemente amputada de su pierna, una mujer (diabética) con un dedo completamente putrefacto luego de enterrarse una astilla mientras plantaba unas semillas en su jardín, un hombre (diabético) con un talón del cual se le había desprendido la piel debido a la aplicación errónea de un ungüento fungicida, lo más probable es que estos últimos dos sufrieran la mutilación de alguno de sus miembros, el otro restante, cuatro personas, su situación no era tan dramática, pero también eran diabéticos, en resumen, un potencial pueblo de mutilados.

El ex presidente Vicente Fox dijo recientemente que consideraba el azúcar como algo pero que la mariguana, aunque definitivamente considero que dicha aseveración requeriría forzosamente una valoración científica y técnica (y estoy seguro que Fox no hizo ni lo uno ni lo otro, como de costumbre), es un hecho que la diabetes, se ha convertido en una pesadilla para la población mexicana, pésimos hábitos alimenticios, falta de información oportuna y falta de un adecuado sistema de salud más humano e inteligente que prevenga y no que reaccione, han arreciado el problema.

Si el problema de la diabetes en México es un problema fuerte, nuestros índices actuales de obesidad dan una clara señal de que este es un mal que está por incrementarse aún más, mientras que en otros países los productores de alimentos invierten fuertemente en alternativas al azúcar como la sucralosa o el stevia, en México, esta no es una opción, se siguen ofreciendo descaradamente productos que en otros países, por sus estándares sanitarios, muy seguramente serían rechazados, y que aquí, autoridades incapaces o corruptas han permitido se sigan manejando, claro, muchos objetarán acerca de los nuevos impuestos a bebidas azucaradas o a productos con alto contenido calórico, ¿Pero es esta la solución? ¿Así es como se educará a la gente para mejorar sus hábitos alimenticios? ¿Se va a destinar a alguna institución de seguridad social? ¿O sólo es un tema recaudatorio para beneficiar los bolsillos de algunos cuantos? Urge que México definan bien una estrategia integral, que no sólo imponga sanciones a las industrias despreocupadas por la salud de sus consumidores, sino que haya una regulación para los alimentos y los endulzantes que se usan, y por si fuera poco, que lo que se recaude por estas sanciones se destine de una manera transparente a instituciones de salud que hagan buen uso de estos recursos, pero sobre todo, sobre todo, educar, educar a la gente para alimentarse de una manera adecuada, fomentar el ejercicio y la prevención, como una estrategia completa para combatir este mal, que afectará a muchos mexicanos y que implicará en unos cuantos años una carga imposible de solucionar por nuestro muy mediocre sistema de salud.        

     

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