El Juego del Hambre
El Juego del
Hambre
“El futbol es popular porque la estupidez es popular.”
Jorge Luis Borges
Mucho se podrá decir sobre las metáforas, fabulas o moralejas
que nos deja el futbol, muchos se sintieron más mexicanos que nunca por el
hecho de que nuestra selección venció a Camerún (una selección que se negaba a
jugar por no estar de acuerdo con sus pagos por parte de su Federación), a
Croacia (que dejó en evidencia que a pesar del buen futbol, la condición física
sigue siendo un gran talón de Aquiles) y se puso al tú por tú con Brasil; y que
la gran lección que esto nos dejaba es que ya estábamos al nivel de los mejores
en el mundo, primera gran decepción, o amarga lección, si estamos igual que
Brasil, NO estamos al nivel de los mejores del mundo, sino al nivel de una selección
decadente y en franca agonía (el pasado no vale, el presente ya se fue y hay que
pensar en el futuro de inmediato), muy distante de sus glorias pasadas y que
ellos definitivamente no estaban al nivel del sueño de Lula y Dilma, y si insistimos
en lo de los niveles, fue por un gran trabajo de un portero, no por los muchos
goles anotados por nuestros delanteros, de no ser por él portero, nos hubiese
ido francamente muy mal.
Pero lejos del nacionalismo embriagante de lo que me di
cuenta aquí es del atrasadísimo nivel del futbol, y de la horrible pasión que
desata, por un lado, ¿Cómo es posible que siendo el rey mundial de los
deportes, su sistema de arbitraje siga ubicándose en el pasado, en la visión y percepción
humana y en el criterio del silbante principal? Se han desarrollado tecnologías
increíbles en el mundo del béisbol, el basquetbol, y el futbol americano en los Estados Unidos de
América, que no dejan nada al criterio y que aplican la ciencia para disolver
dudas, ¿Por qué no se aplica esta tecnología al arbitraje en el futbol soccer? ¿Para
dejar una laguna en la cual se pueden manipular juegos? ¿Para diseñar guiones de
cómo se llevaran a cabo los partidos? ¿Para asegurar una hegemonía futbolística?
Porque mucho se dijo de cómo el arbitraje parecía favorecer al equipo local en
los juegos, cosa que la contundencia Alemana tuvo que demostrar sobrado para no
enredarse en el juego de la manipulación, por otro lado, las demostraciones
violentas por parte de los aficionados quemando autobuses como reacción por la pérdida
humillante de su equipo me deja claro que esto no sucede en otros deportes, sólo
en el futbol con su atracción animal, su oscurecimiento del razonamiento y sus
reglas y procedimientos laxos abiertos a ser manipulados, ¿Dónde quedo el espíritu
sano de competencia? Cuando de sobra nos hemos dado cuenta que se práctica una
y otra vez el “clavadismo” por parte de delanteros para obtener ventaja,
convirtiendo al deporte en un juego de mequetrefes mañosos.
La ambición del gobierno brasileño y de la mancuerna de Lula
y Dilma de demostrar al mundo la grandeza de Brasil se vino abajo, la gran
perdedora resulto ser Dilma, que seguirá soportando la molestia y el malestar de
su pueblo y que probablemente se empiecen a disolver sus aspiraciones futuras,
el “gran momento”, resulto una gran humillación, la gran moraleja resulto venir
de Alemania, con su contundencia, la constancia, disciplina, sencillez y dedicación,
si se maneja la política en el futbol, Alemania está apunto no sólo de
declararse los número uno como economía europea, sino también los número uno en
futbol a nivel mundial ganando en América, con una gran fiesta de coronación patrocinada
generosamente por el pueblo brasileño que demanda mejoras sociales en lugar de
futbol, por si fuera poco y para agravar la humillación, Argentina, con su
desastre económico causado por los Kirchner tiene una oportunidad también de
alzarse con la copa y dar brillo al liderazgo mediocre de Cristina Kirchner y a
sus malos resultados, y aquí nuevamente la fiesta la termina patrocinando
Brasil.
Vladimir Putin, presidente de Rusia debe estar en verdad
preocupado en estos días, a cuatro años de ser anfitriones del mundial el
futbol, porque si al día de hoy, la lección de sensatez la está recibiendo
Dilma y el gobierno brasileño, Putin que debe pretender usar el mundial de
futbol como escaparate personal de su gobierno, deberá meditar si su estrategia
no terminará convirtiéndose en lago re contraproducente como la ha sucedido a
Brasil, el triunfo de la selección de Estados Unidos de América, Inglaterra o de
Ucrania podría convertirse en un golpe muy bajo para Vladimir, que ya tuvo su trago
amargo en Sochi.
Ahí están las grandes lecciones a las que hay que poner
verdadera atención.
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