Brian Wilson- Brian Wilson (1988)
Brian Wilson- Brian Wilson (1988)
“A veces me pongo un poco paranoico cuando me ponen demasiada atención,
pero suelo acostumbrarme.”
Brian Wilson
Es a veces difícil ver el disco titulado Brian Wilson de
1988 como el primer disco solista de Brian Wilson, discos como el monumental
Pet Sounds, el legendario e incomprendido Smile y el estupendo y sorprendente Beach
Boys Love You prácticamente fueron discos solistas de Brian usando al resto de
los Beach Boys como vocalistas o coristas, pero si nos vamos a un tema oficial,
este disco es el inicio de la carrera solista, pero otra vez, si nos vamos a un
sentido estricto otra vez, tendríamos que pensar si la colaboración del
psiquiatra de planta de Brian Wilson, el tristemente célebre Doctor Eugene
Landy no calificaría como colaborador en gran parte de este disco, se dice que
en la época que fue grabado, Landy había conseguido sacar a Wilson de su
encierro, de su letargo y de su hacinamiento en la cama de su mansión en
California, Landy consiguió mediante un muy estricto régimen alejar a Wilson de
los excesos de droga y alimentos en los que Wilson había caído completamente
preso desde los 70s, luego de su crisis emocional al no poder terminar el
Smile, se habla de cómo Landy condicionaba ciertos privilegios a Brian, en
cuanto a comida y bebidas a cambio de que Wilson accediera a cambiar letras o
arreglos a este disco, God Only Knows
lo que hubiese resultado sin Wilson hubiera actuado completamente libre de la
fuerte influencia de Landy, por un lado: “¿Habría sido un disco muy
diferente?”, tal vez la cuestión trascendental sería si Brian hubiese tenido la
intención y voluntad de terminarlo.
Aunque en lo personal Gettin In Over My Head es uno de mis
discos favoritos de Brian como solista, definitivamente este disco de 1988
simplemente llamado como su creador califica como su disco más fuerte, gracias
a Landy o no, desde el inicio de la grabación con la enorme Love And Mercy,
Wilson inicia la entrega de un disco que en espíritu se empareja fácilmente con
el Pet Sounds, sufre un poco la suerte del Beach Boys Love You en el hecho de
que no cuenta con una correcta dirección musical y el uso de colaboradores poco
afines a Wilson (el ELO Jeff Lynne) o el uso excesivo de tecnología de la
época, como sintetizadores y baterías eléctricas termina restando el efecto que
se hubiera deseado de un disco de Brian, imposible restar valor a este tema con
la línea vocal de Wilson impecable como siempre arreglos que muy posiblemente
en los 60s o 70s, con la tecnología de aquellos años y con los músicos de
estudio en los que confiaba tanto Wilson hubieran hecho del tema un clásico
rotundo, Walkin The Line se acerca a esa temática de inocencia adolescente que Wilson
explotaba perfectamente en los 60s, hay ese espíritu un tanto ingenuo, eso sí,
realizado impecablemente por Wilson, y después, Wilson nuevamente da en el
blanco con la hermosa Melt Away, tema que nuevamente nos remite a las mejores
melodías de Brian, controlado o no por Landy, sin estar al 100% de sus
capacidades, quizá en una situación similar a cuando grabaron el Sunflower,
Brian demuestra que su genialidad, aunque en situaciones turbulentas mantenía
mucho de su potencial de años atrás.
Baby Let Your Hair Grow Up sigue reforzando el espíritu de
evocación al entrañable Pet Sounds (tal vez una continuación del Caroline No,
en que la protagonista se cortaba el pelo), filtrando ese arrastre emocional
que caracteriza sus composiciones y añadiendo ese poder wagneriano, aprendido del gran Phil Spector hacen de esta pieza
algo en verdad sobresaliente, incluyendo unas guitarras un tanto sintetizadas
pero que añaden una nueva textura en los temas de Brian, Little Children, el
tema siguiente es tal vez demasiado ingenuo para la época, pero es congruente
viniendo de Brian, un hombre, que como Peter Pan, busca seguir conservando ese
niño que lleva por dentro.
Si se extrañan un poco las legendarias vocales de gente como
Carl Wilson, la cuales en conjunto con las de Brian, poseían un ejemplo casi
angelical, un toque que pudo haber elevado a otro nivel el intro de One For The
Boys, un tema que aunque hermoso, ya no posee esa frescura de los 60s y que se
siente un tanto acartonada su invocación a la nostalgia, mientras que Night
Time sufre fuertemente por ese deseo de usar la instrumentación característica
de los 80s, con muchos sonidos generados en sintetizadores, que en su intento
de sonar modernos, al paso del tiempo terminan haciendo sonar anticuadas las
grabaciones, algo que sin duda Wilson sabía cómo sortear, y que denota el
estado mental, aún no completamente recuperado, en el que se encontraba en esa
época.
El disco cierra con la monumental Rio Grande, especie de
suite a la Pet Sounds en la cual Wilson obviamente puso gran atención con el
fin de demostrar que en realidad estaba de regreso y con sus cualidades
compositivas intactas, Rio Grande es un tema que de manera un tanto forzada
retoma esos experimentos audaces de Brian, varios temas unidos para formar una
sola pieza, la obsesión con la cultura e historia de los Estados Unidos de
América, la añoranza del pasado, de la infancia, y otras tantas cosas que
obsesionaban a Brian y que algunas quedaron plasmadas en el Smile (algunas
referencias a ese disco son fáciles de identificar en el tema).
Si pasamos por alto la elección de instrumentos, este disco
de 1988 resulta asombroso y de un alto nivel, a pesar de la condición de Wilson
durante su grabación, hasta dónde afectó o ayudó la influencia de Landy sería
imposible determinarlo, si fue mucha, también queda de manifiesto que la
audacia, ambición y talento de Wilson era imposible de restringir, con un Rio
Grande soberbio, desbordante y prueba imposible de negar de un talento muy
lejos de poderse decir acabado.
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