Omar Souleyman-Bahdeni Nami
Omar Souleyman-Bahdeni
Nami
“No puedes hacer guerra en el Medio Oriente sin Egipto, y no puedes
hacer paz sin Siria.”
Henry Kissinger
Por: Ghost Writer
Si me preguntan, Omar Souleyman ha perdido algo de filo
debido a las producciones "occidentales" que ha experimentado si
trabajo, no con esto trato de minimizar el tremendo impacto de este hombre pero
su peligrosamente intensa m煤sica ha reducido la vertiginosa velocidad y lo
c谩ustico d茅 su m煤sica intercambiando todo esto por un sonido m谩s claro y temas
mejor estructurados, el mundo es el l铆mite y Omar parece buscar ciertas
estructuras para no limitar el impacto de su m煤sica en un entorno global.
Bahdeni Nami arranca con Mawal Menzal, tema lento y vibrante en el cual el saz, instrumento de cuerdas del medio oriente toma el protagonismo (a diferencia de los primeros discos de Souleyman en que 煤nicamente escuch谩bamos los teclados y una baja de ritmos)y acompa帽a a Omar en esta su segunda incursi贸n producida por occidente, grabado en Estambul y mezclado por varios productores, ente ellos Four Tet que repite tras la consola en un disco de Souleyman, el disco pierde algo de su aspereza y a pesar de la siempre centellante ejecuci贸n del tecladista Rizan Said, el disco muestra a un Souleyman y compa帽铆a un tanto cansados y renuentes a tomar el fren茅tico paso de sus primeros discos, Omar busca una identidad m谩s global, pero el procesos parece estarle costando la contagiosa y 谩spera chispa de sus inicios.
Para Tawwalt El Gheba el intercambio de serpenteantes l铆neas entre Khaled Youssef en el saz y Rizan en los teclados adquiere cierto ritmo vertiginoso y hace que el disco adquiera un mejor paso, mismo que las candentes percusiones programadas de Leil El Bareh se encargan de mantener, reencontrando a Souleyman en plan brutal con su 谩spera poes铆a improvisada y dictada telep谩ticamente por el poeta Ahmad Alsamer a Omar al frente, ese tren fren茅tico de m煤sica al que nos hemos acostumbrado cada vez que escuch谩bamos un disco de Omar, aqu铆 resurge como un eco lejano.
Lo arreglos de saz y esos rebuscados teclados brillan en Darb El Hawa, destacando nuevamente la curiosa direcci贸n de este disco con temas lentos que permite que los instrumentos resuenen mejor a costa de sacrificar energ铆a, perdi茅ndose un poco y divagando bastante extensamente en un buen n煤mero de pasajes instrumentales que suenan un tanto cansados.
Lo que dio a conocer a Omar fueron sus participaciones en festejos en su natal Siria y precisamente en Enssa El Aatab consigue retoma ese esp铆ritu jovial e intenso un tanto ausente en la mayor parte de este disco, es posible que los presentes conflictos en Oriente Medio y en su natal Siria est茅n empujando a Omar a desligarse de su herencia m煤sica y de su identidad como m煤sico sirio, tal vez Omar haya perdido un poco el rumbo al absorber otros sonidos ahora que se ha convertido en un acto de clase mundial, tal vez, los productores occidentales como Four Tet no han acabado de asimilar la ra铆z milenaria del sonido de Souleyman y simplemente buscan, como Von Oswald y Villalobos, con Tony Allen, encontrar un punto com煤n entre la m煤sica africana y el techno occidental, la moneda a煤n sigue en el aire, y los intentos, a pesar de ser interesantes y motivadores, a煤n no nos han tra铆do el gran disco pragm谩tico que rompa los moldes y las fronteras y nos muestre el nuevo ritmo mundial.
Bahdeni Nami arranca con Mawal Menzal, tema lento y vibrante en el cual el saz, instrumento de cuerdas del medio oriente toma el protagonismo (a diferencia de los primeros discos de Souleyman en que 煤nicamente escuch谩bamos los teclados y una baja de ritmos)y acompa帽a a Omar en esta su segunda incursi贸n producida por occidente, grabado en Estambul y mezclado por varios productores, ente ellos Four Tet que repite tras la consola en un disco de Souleyman, el disco pierde algo de su aspereza y a pesar de la siempre centellante ejecuci贸n del tecladista Rizan Said, el disco muestra a un Souleyman y compa帽铆a un tanto cansados y renuentes a tomar el fren茅tico paso de sus primeros discos, Omar busca una identidad m谩s global, pero el procesos parece estarle costando la contagiosa y 谩spera chispa de sus inicios.
Para Tawwalt El Gheba el intercambio de serpenteantes l铆neas entre Khaled Youssef en el saz y Rizan en los teclados adquiere cierto ritmo vertiginoso y hace que el disco adquiera un mejor paso, mismo que las candentes percusiones programadas de Leil El Bareh se encargan de mantener, reencontrando a Souleyman en plan brutal con su 谩spera poes铆a improvisada y dictada telep谩ticamente por el poeta Ahmad Alsamer a Omar al frente, ese tren fren茅tico de m煤sica al que nos hemos acostumbrado cada vez que escuch谩bamos un disco de Omar, aqu铆 resurge como un eco lejano.
Lo arreglos de saz y esos rebuscados teclados brillan en Darb El Hawa, destacando nuevamente la curiosa direcci贸n de este disco con temas lentos que permite que los instrumentos resuenen mejor a costa de sacrificar energ铆a, perdi茅ndose un poco y divagando bastante extensamente en un buen n煤mero de pasajes instrumentales que suenan un tanto cansados.
Lo que dio a conocer a Omar fueron sus participaciones en festejos en su natal Siria y precisamente en Enssa El Aatab consigue retoma ese esp铆ritu jovial e intenso un tanto ausente en la mayor parte de este disco, es posible que los presentes conflictos en Oriente Medio y en su natal Siria est茅n empujando a Omar a desligarse de su herencia m煤sica y de su identidad como m煤sico sirio, tal vez Omar haya perdido un poco el rumbo al absorber otros sonidos ahora que se ha convertido en un acto de clase mundial, tal vez, los productores occidentales como Four Tet no han acabado de asimilar la ra铆z milenaria del sonido de Souleyman y simplemente buscan, como Von Oswald y Villalobos, con Tony Allen, encontrar un punto com煤n entre la m煤sica africana y el techno occidental, la moneda a煤n sigue en el aire, y los intentos, a pesar de ser interesantes y motivadores, a煤n no nos han tra铆do el gran disco pragm谩tico que rompa los moldes y las fronteras y nos muestre el nuevo ritmo mundial.



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