Tecnología y Leyes, Un Oscuro Futuro
Tecnología y
Leyes, Un Oscuro Futuro
“Se ha vuelto apabullantemente obvio que nuestra
tecnología ha rebasado nuestra humanidad.”
Albert Einstein
Por: Erreh Svaia
Dijo Abraham Lincoln, presidente de los EUA:
"Lo mejor del futuro es que llega un día a la vez", posteriormente, diría
el activista afroamericano Malcolm X: "El futuro pertenece a aquellos que
hoy se preparan para él", Winston Churchill dijo: "Siempre será sabio
ver hacia adelante, aunque difícil ver más allá de lo que la vista
permite", pienso que de los tres personajes tan dispares, aquel con la
visión más acertada es el legendario primer ministro inglés, y es que contradiciendo
un poco a Lincoln, el futuro nos ha empezado a llegar de una forma tan
atropellada y fugaz, que hablar de un día a la vez, resulta lento para los
estándares de la vida moderna que tenemos en la actualidad, pensando en las
palabras de Malcolm X, estamos viviendo con tanta velocidad esta era repleta de
avances tecnológicos, que prepararnos para el futuro empieza a resultar una
labor compleja.
La necesidad de ver hacia adelante se ha vuelto
imperativa, y aunque debemos aceptar la dificultad de querer ver más allá de lo
que nuestro entendimiento nos lo permite, la tecnología ha dado pasos
gigantescos y el tratar de ir a la par con ella se vuelve complicado, ya que
los avances de los últimos años parecen superarnos, dando pasos agigantados día
a día, y con su llegada nos presentan escenarios diversos, muchos de ellos que
ni siquiera habíamos podido prever ni en nuestros locos sueños.
Los tan comentados drones no han podido aún surcar libremente nuestro espacio ya que la legislación que pueda prever situaciones adversas respecto a su uso no se ha podido concretar de manera adecuada, aún no sabemos qué pasará cuando estos aparatos sean usados de manera adecuada, si hay un accidente, si el mal tiempo los derriba, si se quedan sin baterías y caen ocasionando un daño personal o material, peor aún ponernos a pensar en el sin fin de usos equivocados que se les podrían dar (ya se usan como armas de guerra drones, bots), y es que temas éticos y morales empiezan de inmediato a surgir y las posibilidades están siempre presentes de que estos avances pudiesen volverse contra nosotros en algún momento, situación que ha surgido desde la época en que la clonación llegó a nuestras vidas y la posibilidad no sólo de clonar animales, sino de clonar órganos o personas completas llegó a nuestras vidas.
Hoy en día Elon Musk y la gente de Google se
enfrascan en competencias por crear autos cada vez más modernos que no
requieran gasolina o incluso que no requieran pilotos, tal vez nosotros seamos
de las últimas generaciones que aprendamos a manejar un coche y esto
posteriormente caiga en la obsolescencia permitiéndonos dormir, comer o leer en
nuestros vehículos mientras estos nos llevan a nuestro destino, ¿Las
implicaciones? Un ajuste en las industrias automotrices y periféricas, ya que
se abren las posibilidades de adquirir autos de manera colectiva, y que estos
lleven a cada individuo a su destino para después guardarse en un garaje
público, ¿Bajara esto las ventas de la industria automotriz? ¿Y la industria de
seguros ya estará preparada? Teóricamente los accidentes disminuirán afectando
fuertemente a esta industria, Pero si hay un accidente ¿Quién será el
responsable si no hay un ser humano al volante?
Hoy en día vivimos todo un debate sobre la propiedad intelectual de películas, discos y libros, ya que la internet ha otorgado la libertad para la libre propagación de estas obras, afectando a algunos artistas, y hay que decirlo, beneficiando a muchos otros, culturalmente incluso abriendo las puertas de acceso a mucho material que de otra forma hubiese sido imposible conocer, pero ¿Qué pasará con la industria manufacturera cuando las impresoras 3D lleguen a los hogares? ¿Qué sucederá cuando el individuo común sea capaz de crear sus propios muebles, sus propias herramientas, sus propios utensilios y sus propios juguetes? Una revolución industrial llevada directamente al hogar está por surgir, en el cual la manufactura se volverá irrelevante quedando al alcance de todos con una revolución de diseños por llegar en el cual se volverá primordial diseñar y crear en lugar de simplemente armar o construir un objeto físico, seremos capaces incluso capaces de escanear ropa e imprimirla a nuestro gusto, del color que queramos, en el color que deseemos, incluso pudiéramos llegar más lejos e imprimir figuras de acción, como esas con las que solíamos jugar de niños, sólo que para esta ocasión en lugar de soldados o superhéroes, pudiéramos crear figuras de nosotros mismos o de nuestra familia, lo cual abre otra torcida posibilidad ya que se pudieran crear figuras “no autorizadas” de personas en nuestro entorno, de la vecina, de los niños de la cuadra y demás figuras que irían de lo mañamente entrometido a lo perversamente horripilante.
Hoy en día vivimos todo un debate sobre la propiedad intelectual de películas, discos y libros, ya que la internet ha otorgado la libertad para la libre propagación de estas obras, afectando a algunos artistas, y hay que decirlo, beneficiando a muchos otros, culturalmente incluso abriendo las puertas de acceso a mucho material que de otra forma hubiese sido imposible conocer, pero ¿Qué pasará con la industria manufacturera cuando las impresoras 3D lleguen a los hogares? ¿Qué sucederá cuando el individuo común sea capaz de crear sus propios muebles, sus propias herramientas, sus propios utensilios y sus propios juguetes? Una revolución industrial llevada directamente al hogar está por surgir, en el cual la manufactura se volverá irrelevante quedando al alcance de todos con una revolución de diseños por llegar en el cual se volverá primordial diseñar y crear en lugar de simplemente armar o construir un objeto físico, seremos capaces incluso capaces de escanear ropa e imprimirla a nuestro gusto, del color que queramos, en el color que deseemos, incluso pudiéramos llegar más lejos e imprimir figuras de acción, como esas con las que solíamos jugar de niños, sólo que para esta ocasión en lugar de soldados o superhéroes, pudiéramos crear figuras de nosotros mismos o de nuestra familia, lo cual abre otra torcida posibilidad ya que se pudieran crear figuras “no autorizadas” de personas en nuestro entorno, de la vecina, de los niños de la cuadra y demás figuras que irían de lo mañamente entrometido a lo perversamente horripilante.
Hemos visto imperios como The Silk Road creados en
infra ciber mundos como la llamada Deep Web o el Dark Internet en dónde sitios
que no cualquiera sería capaz de imaginar, si bien pensaba en el internet común
como algo parecido al viejo oeste, la Deep Web me trae memorias de ese fondo del
mar profundo en el cual ni la luz llega, en dónde las creaturas navegan en una
profunda oscuridad y que monstruos conviven uno junto al otro de manera amenazante,
muy lejos de la luz, el mundo se vuelve más grande y las creaturas de las
sombras cada vez tienen más espacio para habitar lejos de la sociedad y en
mundos muy lejanos y que carecen de toda regulación, ya que esta se ha negado a
evolucionar a la misma velocidad, permitiendo que estas creaturas deambulen
libres y cazarlas se vuelve imposible, urgen leyes agiles que protejan a los
ciudadanos y que hagan de los avances tecnológicos elementos útiles y no armas
contra la misma humanidad.
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