El Aniversario de la Criminal Revolución Cubana
El Aniversario de la Criminal Revolución Cubana
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
“No se establece una dictadura para salvaguardar una
revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.”
George Orwell
Se cumplen 60 años de la revolución cubana, uno de los grandes
mitos Latinoamericanos a nivel global, la “revolución” que sustituyó en
importancia a la revolución mexicana que en aquel entonces se presumía como el
movimiento social por experiencia surgido en LATAM, resulta paradójico que la
revolución mexicana perdió brillo cuando
empezó a salir a la luz la naturaleza real de ésta, cuando empezó a volverse
notorio que no había sido un movimiento social realmente y que sólo había
implicado el establecimiento de una nueva élite de poder y de un nuevo aparato
de gobierno que buscaba su preservación en el tiempo, la revolución cubana fue
recibida con “bombo y platillo” a todo lo largo y ancho del continente, pero al
igual que la mexicana y que muchas otras “revoluciones” poco a poco fue
revelando su verdadera naturaleza violenta, hegemónica y dictatorial, lo que en
un inicio comenzó como una idílica pelea de un David contra un Goliat, en el
caso de un pequeño grupo de revolucionarios salidos de México en una muy
lastimada nave y que a su arribo a Cuba enfrentó una dura resistencia por parte
del gobierno del entonces dictador Fulgencio Batista, poco a poco la “revolución”
encabezada por Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, entre otros iría tomando
fuerza entre la población hasta el grado de convertirse en el referente de los
movimientos sociales de izquierda en el continente.
Pero además de la mítica figura del “Che” Guevara, más un
mito idealizado y creado a forma de culto a la personalidad, que un verdadero
personaje ejemplar, la Revolución Cubana se convertiría en otro gran mito que
el tiempo iría desmintiendo, en primer lugar, lejos de ser un movimiento social
antimperialista, terminó precisamente convirtiéndose en un movimiento autoritario
y represivo que entregaría parte de su soberanía a la en aquel entonces vigente
Unión Soviética, poco a poco la hasta entonces competitiva economía cubana iría
perdiendo vigor ante la dependencia de los subsidios Soviéticos y de un embargo
comercial impuesto por los EEUU, que lejos de crear una verdadera ofensiva ante
el dictatorial régimen, le proporcionó excusas suficientes para tratar de
justificar el fracaso del experimento comunista llevado a cabo por los hermanos
Castro (Fidel y Raúl) en la isla, primero con una dependencia extraordinaria en
la Unión Soviética, después en el narcotráfico (gracias a su posición
geográfica) y finalmente encontrando en Venezuela su nueva “gallina de los
huevos de oro”.
La influencia soviética condenó a Cuba a una vida de dependencia
económica perpetua de otros países, perdiendo su liderazgo en temas como la
producción de azúcar y café, y enfrentando un duro golpe tras la disolución de
la URSS, sería hasta que Castro, un astuto estratega, encontrara la manera de ejercer
influencia sobre la Venezuela rica en petróleo, que Castro iniciaría su nueva “revolución”
en búsqueda de asumir poder regional sobre un gran número de países en LATAM y
consiguiendo un nuevo auge gracias al “boom” de las materias primas demandadas
por China, aunque lo que los hermanos Castro no supieron ver, fue la transformación
de países “socialistas” como China, Vietnam o Laos hacia un modelo de
capitalismo autoritario como el que tan exitosamente surgió en Singapur, tras
la muerte de Castro, su hermano Raúl pareció contemplar la posibilidad, pero el
miedo a abrir la isla a la influencia del exterior y a perder su pequeño
paraíso-prisión impidió que Cuba aprovechara su momento y realmente obtuviera
un despegue económico aplicando una buena dosis de pragmatismo.
Difícilmente se podría argumentar a favor del experimento “revolucionario”
en Cuba, un país convertido en una prisión para sus habitantes, constantemente
vigilados por un cuerpo policial represivo, el empobrecimiento general de su
población en pro de una supuesta igualdad y el manejo de las estadísticas por
parte de su gobierno con el fin de ocultar tasas de mortandad infantil y
estándares de vida además de una educación que pareciera no ser un instrumento
para la emancipación y progreso del hombre, sino para el adoctrinamiento y la
perpetuidad de la dictadura de los Castro.
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