Mala Estrategia y Nueva Tragedia





Mala Estrategia y Nueva Tragedia

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

Habíamos hablado ya de como la “guerra” frontal contra el narcotráfico del ex presidente Felipe Calderón empezaba a mostrar similitudes respecto a la mala planeación y peor ejecución con la “guerra” contra el robo de combustibles emprendida por el presidente Andrés López, pero dentro de los trágicos primeros pasos, se desprende una nueva triste casualidad, la explosión de un ducto de combustible perforado ilegalmente y del cual pobladores del estado de Hidalgo robaban el líquido en contenedores de todo tipo, ante la presencia de un ejército incapaz de actuar de la manera debida, algo señalado en varias ocasiones e ignorado al grado de incluso buscar una mayor participación del ejército en éste tipo de situaciones, error grave de López, el ejército no debe estar para éstas tareas, no está ni capacitado ni preparado para atender de manera preventiva.

Más de 60 muertos que para algunas almas podridas es sólo la muerte de ladrones de combustible que no merecen ninguna consideración, se repite el triste fenómeno de alegrarse por la muerte desafortunada de un posible adversario político, como sucedió tras el accidente del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle y su esposa, declaraciones inhumanas en las que partidarios del gobierno actual se regocijan de la muerte de gente por el simple hecho de ser ladrones, más de 60 muertes de seres humanos calcinados tras intentar robar unos cuantos litros de combustibles, más de 20 víctimas de la 43 que nunca se le perdonaron al gobierno de Enrique Peña, estudiantes secuestradores de autobuses, que incluso llegaron a incendiarlos con riesgo de haces estallar gasolineras, como el caso de Gonzalo Rivas (el llamado héroe de la gasolinera”), premiado con la medalla Belisario Domínguez nos mostró, 43 estudiantes vistos hoy por el gobierno como "héroes", a pesar de que el secuestro de un autobús que servía para transportar drogas los convirtió en víctimas de la más salvaje venganza por parte del crimen organizado coludido con el gobierno local y bajo la vista impávida del ejército, ya no son 43 ahora, son más de 60, 80 como cifra no oficial, nuevamente ante los ojos incapaces del ejército y ante la ineptitud del gobierno.

Casos como la llamada "guerra" de Calderón, los 43 estudiantes de Ayotzinapa durante el gobierno de Peña y ahora los oficialmente 66 fallecidos del estado de Hidalgo durante la "guerra" contra el robo de combustible de Andrés López, denotan una clara falla en la planeación de las estrategias ejecutadas, el papel fallido del ejército para labores de vigilancia, seguridad, contención y resolución de situaciones críticas se ha vuelto más que evidente, es momento de que se cuestione fuertemente la estrategia de profundizar la militarización en la vida civil mediante la Guardia Nacional, cuyos elementos provendrán principalmente del ejército, la armada y la marina, lo que hemos visto en los dos sexenio anteriores y en los 50 convulsionados días que llevamos de éste, es que el ejército no debe tener lugar dentro de la vida civil del país, su estancia en las calles aunque coadyuva a la seguridad sin duda, no representa una solución y es un riesgo latente de un enfrentamiento de fuego contra fuego con una posible carga grande de daños colaterales, una de las promesas del ahora presidente López, fue la de replegar al ejercito a los cuarteles, no vemos que se cumpla, por el contrario, pareciera que lo que se busca es que permanezca permanentemente en las calles, señal de peores cosas por venir.

Fueron 43 con Enrique Peña, van 66 con Andrés López apenas en 50 días, es tiempo de volver a pensar cómo solucionar el tema de seguridad considerando que el ejército en las calles no es la solución, es tiempo de empezar a cumplir promesas de campaña.

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