Julieta, Pedro Almodóvar, 2016
Julieta, Pedro Almodóvar, 2016
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
Luego de la comedia ligera Los Amantes Pasajeros que le
causara tan malas críticas a Pedro Almodóvar (un regreso un tanto superficial a
su desenfrenado pasado, aunque ya quisieran muchos poder tener un “tropiezo” de
éste tipo), éste regresa con el que pudiera ser su mejor guion al día de hoy,
Julieta, basado en tres historias de la "maestra" del cuento corto,
la canadiense Alice Munro, varias veces he mencionado que aunque surgen fuertes
críticas ya que muchos no conocemos a gran parte de los ganadores del Premio
Nobel de literatura, éste siempre sirve para darles exposición a maestros de
arte que en verdad la requieren, pudiera ser el caso de la Munro con Almodóvar,
quien parece haber descubierto a la canadiense luego de su Nobel ganado en el
2013, Almodóvar parece haber desarrollado una afinidad con la prosa de Munro,
que se centra principalmente en mujeres de carácter fuerte y de vida compleja,
es precisamente ésta, parte fundamental de la temática de la sensacional Julieta.
Julieta es un gran guion de Pedro, el cual además cuenta con
la interpretación de dos grandes actrices Emma Suárez y Adriana Ugarte quienes
interpretan al personaje principal durante su madurez y durante su juventud
respectivamente, la estética vuelve a convertirse en una constante en el cine de
Almodóvar, la escenografía, los colores, los guiños a la música, la literatura,
la escultura y demás, pero por si esto fuera poco, los clásicos guiños a
Hitchcock (el tren, la tensión, los giros de tuerca, la culpa) o al director alemán
Rainer Werner Fassbinder (la tortura teatral aplicada a sus personajes, su
dictatorial cuidado a todo detalle, la estridencia emocional, y más culpa),
éste último a quién Almodóvar ha hecho referencia durante gran parte de su
carrera, en algún lugar leí que cuando Pedro conoció a la diva del cine “Fassbinderiano”
Hana Schygulla, éste se presentó como el “Fassbinder español” (aunque en sus
inicios parecía más un John Waters español), Julieta es una oda, un tango o un
fado a la culpa, a la culpa como una pesada carga, como una bola y cadena que
arrastramos muchas veces voluntariamente como una maldición, como una condena,
como una adicción que nos destruye y como una auto profecía que heredamos.
Almodóvar se apunta un triunfo más en su ya de por sí
exitosa carrera cinematográfica y retoma el poderoso rumbo de sus películas más
introspectivas que más éxito le han dado a nivel mundial, claro, su estética
característica nunca es abandonada y menos su famoso humor negro que en
ocasiones surge por aquí y por allá para dar ciertos toques insólitos a sus brutales
tramas, un viaje en el tren, encuentros inesperados, imágenes oníricas, y una
trama repleta de tragedia, una mujer perseguida por la culpa y por un trágico destino
que al final parece heredar a su descendencia, Pedro disfruta torturando a sus
protagonistas, dándoles pequeños momentos de felicidad para después arrebatárselos
de forma despiadada para así lograr un drama de poderosa naturaleza, las actuaciones
de Suarez y Ugarte son impecables, muestra de poder como director de Pedro y
del abandono total a que siempre se someten sus protagonistas, que transforman
a Julieta en una obra completa y de gran trascendencia, un “regreso” de Pedro a
su mejor forma y una muestra más de su arte tan personal y tan poderoso, capaz
de llevar a la tragedia y al sufrimiento a niveles universales.
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