El Rock Está Muerto y Lou Reed Lo Mató






El Rock Está Muerto y Lou Reed Lo Mató

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

¿Qué sería mejor que pensar que el rock ha muerto y que hoy en día existe la oportunidad de empezar de nuevo, de empezar algo realmente disruptor como lo fue el rock n roll en sus inicios? Algo verdaderamente rebelde y que nos sacuda la existencia misma ¿Qué podría resultar mejor que pensar que el mismo Lou Reed mató al rock n roll con su extraordinario e inesperado disco Lulu en el que Metallica fue su banda de compañía? Lou Reed ya lo había hecho antes, había creado discos como el legendario Metal Machine Music de 1975, legendaria grabación consistente en ruido blanco considerada como un suicidio profesional, o en su Hudson River Wind Meditations disco en plan ambient que resultó más estrujante para sus seguidores que el mismo MMM, a ello podemos sumar el disco que editó con su Metal Machine Trio, un concepto de improvisación en vivo en el que nuevamente Lou se “jugó el pellejo” con un show en vivo de pura improvisación instrumental que enfureció a sus seguidores que le pedían desesperados Sweet Jane o Rock N Roll al tiempo que Lou y sus acompañantes respondían con sonidos inesperados creados en el momento.    

Lulu es un disco que si lo aprendes a escuchar como un disco de Lou Reed, resulta maravilloso, una suerte de resumen de la carrera de Lou, si lo quieres escuchar como un disco de Metallica, es un obvio fracaso, algo así como Rayuela de Julio Cortázar (o quizá el “interactivo” Bandersnatch de los creadores de Black Mirror)  en el que tú eliges la manera en que lo quieres escuchar, es un disco que definitivamente “destruyó” a Metallica, que ya venían malheridos luego de sus coqueteos con el “Metal Alternativo”, Lou Reed los llevó a los difíciles y destructivos ambientes musicales en los que siempre se supo manejar, pero para Metallica la suerte no fue nada favorable, al grado que su carrera pareciera estar pendiendo siempre de un hilo, imposible imaginar que un nuevo Master of Puppets, Ride the Lightning o …And Justice For All estuviera dentro de ellos, en el caso de Lou, Lulu fue el perfecto cierre para su carrera, el máximo insulto al escucha casual, ¿Más “interactivo”? Imposible, ¿Bob Dylan con Slayer? Inimaginable. 

En el 2018 los mejores discos de rock pujante que pude escuchar fueron los de los Pestilence y los Voivod, discos de veteranos del metal ya lejanos de sus puntos más altos musicalmente hablando, los Judas Priest no pudieron hacer un disco ni por lo menos cercano a su legendario Painkiller, mientras que The Body probablemente creó el disco más aterrador, pero difícilmente se podría describir a I Have Fought Against It, But I Can´t Any Longer, como un disco de “metal”, claro, posee elementos del género, pero funciona como algo muy distinto, ni que decir de clásicos del género como Megadeth o Slayer, o de gigantes como AC/DC, Guns n Roses, Aersomith o Kiss (o mis adorados Hanoi Rocks), que ya desde años atrás dejaron de producir música relevante o realmente emocionante, hoy, esas dosis de adrenalina rara vez vienen del metal o del rock, vienen de bandas como los Sons of Kemet (jazz fiero de raíces Afro), de Kamasai Washington (¿The shape of jazz to come?), de los Silent Servant (electrónica combativa), o de Trent Reznor (quien ahora hace estupendos soundtracks), estoy por escuchar el disco nuevo de los The Struts, quienes me dicen, son mejores que los Greta Van Fleet (lo cual no sería muy difícil de lograr), pero tras un par de canciones no me parece nada relevante, lo cual confirma mi versión sobre la muerte del rock, la necesidad de inventar algo nuevo y la oportunidad de aprender algo a partir de géneros que fluyen paralelos al rock, pero que no son rock, eso lo supo Lou Reed desde hace mucho. 

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