Memoria Real Vs. Memoria Digital
Memoria Real Vs. Memoria Digital
Dispersión Caprina
Por: Erreh Svaia
Recientemente tuve una muy satisfactoria reunión con un par
de amigos que conocí en Facebook, posiblemente tenía cerca de un año
intercambiando artículos y opiniones con ellos, y finalmente tuve el enrome
gusto de conocerlos, de mi parte me sorprende la afinidad lograda con personas
que físicamente me eran desconocidos, pero con quienes había compartido
intereses y opiniones en línea ya por largo tiempo, y a pesar de todas esas
conversaciones, muchas de ellas memorables, nada supera la satisfacción de conocerles
en persona y de tener una platica real, la cual más allá de la satisfacción
resultó sumamente enriquecedora; Hoy por la mañana leía un artículo del economista
Tyler Cowen, para Bloomberg, que ya he compartido en su totalidad en éste blog,
en él, Cowen hace un análisis, tomando como base un par de conferencias del psicólogo-economista
Daniel Kahneman, ganador de un premio Nobel en Economía, sobre la felicidad, la
satisfacción y como las percibimos, puedo decir que a pesar de todas aquellas
incontables platicas e intercambios de opiniones, nada supera la experiencia física
de compartir con amigos en persona, de acuerdo a Cowen y a Kahneman, Twitter,
Facebook e Instagram pueden darnos cientos y miles de experiencias satisfactorias
gratuitas y en todo momento, pero probablemente ninguna de ellas tendrá una
trascendencia a largo plazo, la gran diferencia con la experiencia física es
que a pesar de no ser tan abundante o gratuita (como una visita a Disneylandia),
su efecto a largo plazo será difícilmente olvidada, y vaya que puedo
confirmarlo.
Y es así como nuestra memoria real empieza a entrar en
conflicto con nuestra memoria digital, la enorme cantidad de satisfacciones que
nos puede dar vagar por la red, inmersos en las redes sociales, y su poco
impacto posterior a largo plazo, que como seres humanos no nos llenará de la
misma forma en la que lo hacen muchos de nuestros recuerdos de la niñez,
nuestros padres, nuestros amigos, nuestra casa, nuestras mascotas, etcétera, parece
que el futuro nos depara recuerdos o memorias digitales que realmente nos
dejarán un vacío posterior y una falta de verdaderas experiencias y satisfacción
a largo plazo, lo cual resulta incluso escalofriante para muchos, ya que
realmente ninguna de esas experiencias en el ámbito digital son rivales para
las vividas experiencias de nuestra vida real, la satisfacción de llevar a cabo
un proyecto en el trabajo, la enorme satisfacción de conocer y hacer amigos, o
la inmensa dicha de criar hijos, experiencias que difícilmente nos abandonarán
en el corto plazo.
Kahneman es un psicólogo que ganó un Nobel gracias a sus investigaciones
sobre la influencia de la psicología sobre la economía, muchas veces he usado
sus argumentos para validar el porqué suceden algunos efectos económicos y como
es posible pronosticar e incluso provocar directamente algunos de ellos, también
me ha servido como argumento para aquellos que señalan que alguien que no es
economista no puede hablar apropiadamente sobre economía (discútanlo con
Kahneman el psicólogo, y su Nobel), Cowen es un economista que pareciera encontrar satisfacción
en “saltar” hacia áreas colindantes con la economía, y de ahí sus inusuales artículos
como el que compartí, al final, la economía nos habla de la escasez y de la satisfacción,
relacionadas con la oferta y la demanda, y a la vez se liga con nuestro deseo
de tener mayores experiencias y satisfactores, reales o digitales y de como ésta
oferta puede o no cubrir nuestra actual demanda de “buenos momentos”, al final,
cómo dicen, “lo barato puede salir caro”, mucho tiempo invertido en las redes
sociales nos traerá experiencias de corto plazo, más tiempo invertido en relaciones
reales nos traerá mejores experiencias, perdurables a largo plazo, demasiadas experiencias
reales, demasiado superficiales, como las noches de borrachera y libertinaje extremo
al final palidecerá ante experiencias edificadoras como tener pláticas reales
con amigos, con la familia y con nuestros hijos, mucho tiempo me sucedió en ésas largas noches "bohemias" rodeado mucha de gente, aparentemente "acompañado" cuando en realidad lo que quería era estar platicando con sólo un par de personas o estar con mi familia.
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