Una Nueva Crisis Energética
Una Nueva Crisis Energética
Dispersión Caprina
Por: Erreh Svaia
Una considerable parte de la energía eléctrica en el país se
produce a partir de combustóleo, material que es importado principalmente de
los EEUU, mientras gran parte de los países en el mundo buscan migrar su
dependencia del combustible mediante el desarrollo y búsqueda de materiales más
limpios como el gas natural o las llamadas energías limpias, por un tiempo, países
como China parecen ir en la ruta de retroceso buscando impulsar su inercia
productiva de la forma más barata y sin la dependencia del petróleo, todo esto
a costa de su calidad ambiental y nivel de bienestar, las cuales como sabemos
llegaron a límites dramáticos, abundan las fotografías en Internet y los
reportajes sobre la pésima calidad del aire en las ciudades chinas, una
escalofriante densidad en la contaminación ambiental, derivando en la necesidad
de uso de mascarillas por parte de la sociedad, extremos que han llevado a
China a considerar medidas de emergencia como la radical meta que se han fijado
de dar fin al ciclo del auto con motor de combustión y la firme intención de
cambiarlo por el auto eléctrico para el 2030, para aquellos países productores de
petróleo, la desaceleración en el crecimiento chino, y ésta drástica medida a
futuro, sin duda implican un fuerte golpe económico, que ha hecho que países
netamente petróleos, como Arabia Saudita, empiecen a buscar nuevos sectores
para mantener en pie su economía, alguna vez extraordinariamente rica.
En el caso de países como los EEUU, resulta aberrante que la
nueva administración a cargo de Donald Trump haya buscado re direccionar la
generación de energía a fuentes tan arcaicas como el carbón, aunque tal
decisión tiene más un fundamento político en lugar de un fundamento enteramente
racional, económico o científico, considerando el compromiso de campaña de Trump
con varios dueños de las concesiones de explotación de éstas minas, así como promesas
a trabajadores mineros de conservar sus empleos, de ahí que Trump tenga más la
mira en sus objetivos políticos que en temas ambientales, dirección confirmada
luego del rechazo de Trump hacia varios tratados ambientales en los que los
EEUU estaban suscritos y razón por la cual, la oposición de izquierda ahora ha
suscrito un llamado Green New Deal, el cual pone por delante la sustitución de
materiales como el carbón y el petróleo por energías limpias, idea extremista
que podría causar un desequilibrio fuerte en la economía estadunidense, pero
que en la era Trump, de prometer lo que sea para llegar al poder, parece estar
radicalizando a la izquierda, y creando una nueva burbuja política que podría
reventar ante su insostenibilidad, por un lado el regreso al uso del carbón, y
por otro, un fuerte giro total a energías limpias que implicaría la aplicación
de fuertes tasas de impuestos para llevarlo a cabo.
En México se parece ir gestando un grave retroceso en
material ambiental a medida que el gobierno actual busca dejar atrás la
dependencia energética, más por razones políticas, también, que por cuestiones
económicas, por temas más políticas, el histórico lastre nacionalista de la “soberanía”,
en el que se usa el cuento de romper con la dependencia energética con los EEUU
a través de la rehabilitación y construcción de plantas carboeléctricas con el
fin intensificar la producción de carbón, y explotar en mayor medida el uso de
éste material para la generación de energía, la cancelación de varios contratos
para la obtención de electricidad por parte del nuevo director de la Comisión Federal de Electricidad,
Manuel Bartlett, apunta en una dirección que no ayuda en nada, no sólo en temas
ambientales, sino en temas económicos y de abasto de energía, empezando a
gestarse la posibilidad de fallos generalizados en el suministro de electricidad
por la falta de planeación y ejecución de las estrategias correctas para
mantener el suministro, resulta preocupante por demás, que el presidente de la Comisión
de Energía en el Senado, sea Armando Guadiana, ex candidato por Morena (el
partido del presidente Andrés López) a la gubernatura de Coahuila, Guadiana es
un empresario Coahuilense que ha jurado “dar su vida” con tal de detener el “nefasto
fracking”, aunque las razones de Guadiana van mucho más allá de una defensa a
ultranza del medio ambiente, en primer lugar porque existen maneras de llevar a
cabo el fracking de manera que no genere tanto daño al ambiente, en segundo,
porque mediante el fracking, es posible obtener gas natural, uno de los
combustibles más limpios y económicos de la actualidad, y en tercer lugar, y
probablemente lo que más preocupa a Guadiana, es que el empresario posee concesiones
para explotar un grupo de minas de carbón en varios estados de la república, por lo que podemos
asumir, que lo que Guadiana realmente defiende son sus intereses económicos,
mientras que Bartlett y el presidente nos enfilan nuevamente a una crisis energética
de mayores dimensiones a las que provocaron al ocultar la mala planeación en la
compra de gasolinas tras la cortina de humo de una supuesta guerra contra el
robo de éste, nuevamente el error de siempre de los políticos nacionalistas en México, anteponer sus razones políticas a las decisiones económicas.
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