Bajo Presión




Bajo Presión

Dispersión Caprina

Por: Erreh Svaia

Como cuando Zapata pretendía luchar en contra de las reformas liberales de Benito Juárez, o levantarse en contra del gobierno “burgués” de Francisco I. Madero, así de incongruente es el pensamiento y el movimiento político detrás del presidente Andrés López, ya lo había señalado antes cuando de su sectarismo extremo, mostrado en las dos primeras compañas presidenciales que realizó, en el cual despreció a toda corriente que no se sometiera a él, como el caso de la socialdemócrata Patricia Mercado, cuyo millón de votos en el 2006, le hubieran dado el triunfo seguro a López frente a Felipe Calderón, pero en el caso de López, si no existe la sumisión de por medio, como lo vivió el PRD en el 2018, no hay posibilidad de “alianza”, aún así, resulta casi ridículo presenciar la coalición de irreconciliables con la que el hoy presidente consiguió el triunfo, primero, hablando de partidos políticos y sus ideologías, en las que tuvieron que convivir su partido (o plataforma política personal), Morena, que se debate entre la izquierda Bolivariana, el nacionalismo revolucionario, la izquierda progresista y la ultra derecha; el Partido del Trabajo, partido nacido como experimento de “izquierda” por parte del Salinismo (y su afición al Maoísmo durante la juventud, compartido por los hermanos Salinas y su gran amigo, Alberto Anaya, presidente perpetuo del partido), admiradores declarados de los regímenes dictatoriales de izquierda como el Cubano y el Norcoreano, además de una extraña afición por candidatos salidos de la Televisión, y por último, el PES, partido de ultra derecha, ultra conservador, con una fuerte influencia evangélica (su presidente es un pastor evangélico) y nacida en el centro del bastión PRIísta en el estado de Hidalgo, a esto tendríamos que sumar, hoy en día al siempre oportunista Partido Verde Ecologista de México, que de “partido verde o ecologista” no tiene nada, y que ha sido siempre satélite de la “mafia del poder” primero con el PAN y después con el PRI, hoy con Morena.

También hay que mencionar las corrientes progresistas y conservadoras, además de llanamente extremas dentro del partido, ante las cuales, el mayor talento de Andrés López ha sido el de no contradecir ninguna de ellas, y simplemente aprovechar la división, el caos y la confusión para mantenerse a la cabeza sin rival alguno internamente, así vemos a estátolatras como la presidente del partido Yeidckol Polevnsky, de raíces Maoístas, discípula y alguna vez protegida de Raúl Salinas, y alguna vez líder de la CANACINTRA (entidad que agrupa a participantes del sector industrial en el país), a Ricardo Monreal, excelso operador político moldeado en el viejo PRIísmo, Progresistas post Salinistas como Marcelo Ebrard u Olga Sánchez Cordero, ultra conservadores como Alfonso Romo (quien alguna vez mencionó ver en Andrés López, a un Álvaro Uribe, ex presidente de derecha conservadora en Colombia) y Manuel Espino (ultra conservador muy cercano al famoso Yunque en el PAN, y que ahora busca establecer su propio partido como sustituto del PES, como aliado de Morena), los ya mencionados “Bolivarianos”, como Enrique Dussel, John Ackerman, Héctor Díaz Polanco y Rocío Nahle, además de un bastión perteneciente a los sindicatos llamados “charros”, fuerte elemento de poder del viejo PRI, con personajes de gran poder como el senador Napoleón Gómez Urrutia (quién busca consolidarse como el nuevo Fidel Velázquez, al frente de un nuevo sindicato de aglutine masivo al estilo de la CTM) , Martín Esparza Flores (secretario general del SME, y de quien se dice financió por algún tiempo la campaña de López) y Elba Esther Gordillo, jugadora política de primer nivel, cuya influencia transexenal ha ayudado a llegar al poder a varios candidatos de diversos partidos, el último de ellos, Morena, a quienes prestó su enorme plataforma sindical como músculo electoral.

En ésta alianza “fijada con alfileres”, cabe señalar la fracción “progresista”, que llama la atención por sus “salidas en falso” con las rumoradas renuncias no aceptadas por parte de Olga Sánchez Cordero y Marcelo Ebrard, la primera, considerada como una de las cartas fuertes del gabinete presidencial, y el segundo, considerado como el posible “delfín” de Andrés López, ambos personajes de conocido poder político y que al parecer se han sentido “eclipsados” por el “hiper presidencialismo” de López, se antojan obvias las intenciones de abandonar el puesto ante la omnipresencia del presidente, y a la vez es una señal de lo frágil que resulta la línea “progresista” del proyecto, más dura y firme se vislumbra el ala “conservadora” apuntalada por todo el resto de la coalición que parece cada vez tomar más fuerza, con una Yeidckol cada vez más acorralada, con un Monreal siempre pragmático dispuesto a establecer un sinfín de alianzas con fin de alcanzar lo que ya habíamos vislumbrado y señalado antes, convertirse en el segundo abordo y en el posible sucesor de López, a costa de descarrilar a gente como Ebrard y Sánchez; ya se rumora en Nuevo León, la posible alianza de Monreal con el PAN, con el fin de imponer jugadores a su favor, y la pugna interna por golpear duro la candidatura a gobernador de Miguel Barbosa en Puebla, todo esto con el fin de establecer jugadores bajo su influencia y al final acotar el poder de Polevnsky.

Finalmente, la influencia más poderosa en el presidente, pero aún en construcción a lo largo del país, es la de los Bolivarianos, quienes buscan otro tipo de influencia, más allá de lo político, tratando de adentrarse en la educación, o en el sector laboral, intentando mermar a sus enemigos histórico, la clase empresarial y la clase media; aunque aquí, López se ha tratado de manejar más cauto, manteniendo su inclinación por crear un culto a su personalidad, revivir el nacionalismo revolucionario “re escribiendo” la historia, y creando una suerte de línea de sucesión “Peronista”, en tándem con su esposa (como hicieran los Kirchner en Argentina o los Ortega en Nicaragua), al final, parece que la oposición, más que en lo externo, se encuentra en lo interno, y pareciera que las ideologías salen sobrando cuando de lo único que se trata es, una vez alcanzado el poder, de conservarlo a toda costa, una vez que avance el tema de la Guardia Nacional con mando militar, la parte radical del partido oficial, empezará a florecer con más fuerza.        

Comments

Popular Posts