La Democracia es una Mujer




La Democracia es una Mujer

Dispersión Caprina

Por: Erreh Svaia

El proceso mediante el cual escribo es un poco anárquico y un poco testarudo, me obligo un poco a escribir algunas líneas de forma diaria, alguna conversación con mi esposa, mis hijos, alguna anécdota memorable sobre el día a día en el trabajo, después estás líneas se entrelazan con otras vivencias, después suelo encontrarles algún patrón que las lleve hacia algunas de las cosas que suelo leer, la verdad, acostumbro leer mucho y de todo, así que no resulta muy complicado encontrar esos eslabones entre mis recolecciones del día a día y mis lecturas, el siguiente paso es como el juego Tetris, en el que hay que encontrar la forma de posicionar las piezas que van cayendo para conseguir un avance uniforme de la base, así que el último eslabón es ligar mi escrito con alguna noticia o evento conocido por todos, el evento más reciente ha sido uno de mis hijos preguntándome ¿Qué es el liderazgo? Y yo tratando de responder acerca de la naturaleza y evolución de éste, desde los tiempos de la disciplina casi militar en las antiguas fábricas, que me contaba mi padre, cuando él fue gerente de varias plantas, hasta el liderazgo grupal, de persuasión, negociación y convencimiento, que muchos tratamos de buscar hoy en día.

Me encuentro más tarde, casi por casualidad, con el libro Old Dogs, New Tricks, del genial Warren Bennis, maestro del también genial Ken Blanchard, y resulta que ahí encuentro ideas para complementar sobre la plática que tuve con mis hijos, y sobre todo, me sirve para reafirmar mi teoría sobre la evolución del liderazgo, desde el liderazgo impositivo, brutal y en ocasiones hasta irracional de "la vieja guardia", hasta nuevos estilos de convencimiento y lo más importante, de involucramiento, llegando hasta los liderazgos grupales y hasta "democráticos" en base a consenso, que me resultan tan fascinantes hoy en día, y que me facultan a trasladarme hasta los titulares de hoy en día, resulta que el liderazgo a nivel naciones parece sufrir una suerte de regresión al viejo autoritarismo de hace décadas, ese de los "hombres fuertes", y es que el autoritarismo es machista, principalmente masculino, rara vez encontraremos "tiranas" o "dictadoras, y es que  a diferencia del autoritarismo, la democracia es femenina, la democracia es caótica, impredecible, y ¿Quién mejor para manejar el caos y la incertidumbre, que una mujer? Esas que pueden hacer varias cosas a las vez, esas de la vista periférica, esas que pueden maquillarse mientras conducen camino al trabajo, esas que pueden educar mejor que nadie a un grupo de niños revoltosos de pre escolar, nadie mejor que ellas para manejar el caos, tal vez por ello Angela Merkel, la canciller de Alemania se ha sostenido como la gran líder democrática de nuestros tiempos (Con una Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda, dando un soberbio ejemplo de como resolver una grave crisis, como pocos mandatarios han podido hacer), tal vez por ello, los líderes anti democráticos y autoritarios de hoy en día se presentan como "machos alfa", ahí están Putin, Duterte, Erdogan y Trump, representando ese machismo, inseguro en el fondo, que demanda predictibilidad, y que tan incómodo se siente ante la naturaleza femenina y ante la democracia.

¿Estará lejano el día que los EEUU se olviden de su machismo y tengan una mujer como presidente? ¿No es paradójico que dos fuertes exponentes del nacionalismo machista de hoy en día, Vladimir Putin y Donald Trump, se opusieran fuertemente a Hillary Clinton como candidato a presidente de los EEUU? ¿No resulta nada extraño que el rival más fuerte fuera de Rusia, para el mismo Vladimir Putin, sea Angela Merkel? ¿Y en México, para cuándo? ¿Impensable no? Y cuando hablo de mujeres, no hablo de meras comparsas, como lo fueron Cristina Fernández de Kirchner, o Dilma Rousseff, que no pudieron continuar el juego machista del autoritarismo, tampoco hablo de Rosario Murillo o de Beatriz Gutiérrez, que se ven a sí mismas como modernas “Evitas”, hablo de personajes como Patricia Mercado o Cecilia Soto, que se atrevieron a ir en contra de la corriente, y debieron ser mejor tomadas en cuenta.       

*Assange dejó hace tiempo de ser el Robin Hood de la red, extrañamente enfocó su ataque a los EEUU e ignoró a regímenes brutales como el chino y ruso, su suerte es la de muchos otros otros “idiotas útiles” que fueron instrumento de tiranos y después abandonados.

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