¿Le贸n XIV: El Contrapoder del Vaticano?
La reciente elecci贸n papal en el Vaticano, tras la muerte de Jorge Bergoglio (el Papa Francisco), ha generado una oleada de reacciones y teor铆as. Muchos, influenciados por pel铆culas como Los Dos Papas o la m谩s reciente Conclave de Netflix, ya ten铆an una idea —o al menos una fantas铆a cinematogr谩fica— de c贸mo se desarrollan estos procesos.
Pero nadie vio venir esto: Robert Francis Prevost, ciudadano estadounidense, ha sido elegido como el nuevo Papa. El primer Papa “gringo” de la historia. S铆, escuchaste bien.
Dicen que hasta 茅l mismo vio la pel铆cula Conclave antes del c贸nclave real. Ir贸nico o prof茅tico, el hecho es que su elecci贸n no es casualidad. El Vaticano no da puntada sin hilo, y esta decisi贸n parece tener implicaciones que van mucho m谩s all谩 de lo religioso.
Desde la segunda llegada de Donald Trump al poder, el clima pol铆tico global se ha tornado m谩s agresivo, m谩s ideol贸gico, m谩s polarizado. La Iglesia, que durante siglos ha jugado como un actor geopol铆tico silencioso, parece estar tomando cartas m谩s activas en el asunto.
Prevost, ahora llamado Le贸n XIV, no solo es el primer Papa estadounidense: es un s铆mbolo. Habla ingl茅s, conoce de cerca la cultura pol铆tica y religiosa de Estados Unidos y, adem谩s, vivi贸 a帽os en Per煤. Tiene ciudadan铆a peruana. Comprende Latinoam茅rica, su historia de luchas sociales, de teolog铆a de la liberaci贸n, de heridas abiertas.
Y no, no es una figura neutral.
Su elecci贸n del nombre Le贸n XIV no fue decorativa. Hace referencia a un linaje papal comprometido con los pobres, con la justicia social y con la defensa del cristianismo en su dimensi贸n m谩s humana. Es, en muchos sentidos, un Papa que se alinea m谩s con la visi贸n progresista de Francisco que con la rigidez conservadora de Benedicto XVI. Colaboradores cercanos a Donald Trump, c贸mo el estratega pol铆tico Steve Bannon, ya han manifestado abiertamente su disgusto por las ideas liberales de Prevost.
Algunos ya lo llaman “el Papa Yanqui”. Otros, “Daddy Yankee”. El apodo puede sonar gracioso, pero lo cierto es que su elecci贸n ya est谩 sacudiendo a los sectores m谩s duros de la derecha cristiana en EE.UU., particularmente aquellos alineados con Trump.
De hecho, poco antes del c贸nclave, el presidente comparti贸 una imagen generada por inteligencia artificial donde aparec铆a vestido como Papa. Broma o profec铆a, la realidad le jug贸 una vuelta inquietante. Trump acert贸 en parte, el nuevo Papa es de los EEUU.
La elecci贸n de Le贸n XIV parece un movimiento estrat茅gico del Vaticano. Una respuesta al avance del cristianismo ultraconservador, que busca convertir la religi贸n en herramienta de poder pol铆tico. La Iglesia cat贸lica, al parecer, quiere poner un freno a esta locura.
Le贸n XIV de origen es obrero, de Chicago, cuna del ex presidente Barack Obama y un reconocido basti贸n liberal. Su pasado, su formaci贸n, su idioma y su visi贸n lo convierten en una figura inc贸moda para quienes buscan un cristianismo autoritario. Lo acusan de comunista, igual que a Bergoglio, igual que a Obama.
Pero no se trata de etiquetas vac铆as. Se trata de una Iglesia que dice: basta de mezclar fe con propaganda. Basta de usar la religi贸n para justificar pol铆ticas discriminatorias o para jerarquizar el amor. Basta de nacionalismos disfrazados de espiritualidad.
Cuando alguien como el vicepresidente JD Vance dice: “Primero nuestra familia, luego nuestros conciudadanos, y luego los dem谩s”, Le贸n XIV responde: “No, se帽or. El amor no tiene escalafones”. Ese fue un mensaje claro que dio incluso antes de ser elegido Papa.
Ahora, con la guerra en Europa, con tensiones en Asia, con una pol铆tica migratoria cada vez m谩s hostil en EE.UU., el nuevo Papa parece dispuesto a jugar un rol activo. Apostando por la paz. Defendiendo a los migrantes. Y record谩ndole al mundo —y a los cristianos— que la fe no debe ser una herramienta de la pol铆tica.
El Vaticano ha lanzado su propio contrapeso. El yin frente al yang de Trump. El equilibrio de la fe moderada y tolerante, frente al desquiciado y fan谩tico culto. La Iglesia ha hablado, y lo ha hecho en ingl茅s.



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