¿Locura o Estrategia?
Hace unas horas, el reci茅n electo primer ministro canadiense, Mark Carney, se reuni贸 con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Carney, representante del Partido Liberal de Canad谩, lleg贸 a Washington como primer ministro designado para abordar temas urgentes que han estremecido la regi贸n: las amenazas arancelarias de Trump no solo hacia rivales comerciales como China y Vietnam, sino tambi茅n hacia aliados tradicionales como la Uni贸n Europea, Canad谩 y M茅xico.
Estas decisiones err谩ticas han sacudido fuertemente los mercados globales y desatado una ola de incertidumbre econ贸mica global. Trump, golpeado por la realidad, ha tenido que dar marcha atr谩s en varias ocasiones, luego de prometer lo imposible y chocar contra el muro de los hechos. Ahora, Carney busca calmar a los inversionistas, estabilizar la regi贸n y apagar el fuego que encendi贸 la ret贸rica trumpista.
Pero algo m谩s est谩 en juego. Trump insiste en un viejo delirio: la anexi贸n de Canad谩. Una idea absurda en apariencia, pero reveladora de una estrategia m谩s profunda. No se trata de tanques ni soldados; esto no es Rusia ni Canad谩 es Ucrania. Aqu铆, la invasi贸n no es militar, es econ贸mica, simb贸lica y geopol铆tica.
Lo que muchos no logran articular —ni siquiera Trump, aunque lo intuye— es que estamos presenciando el fin de la globalizaci贸n como la conoc铆amos. El nuevo paradigma es la regionalizaci贸n: bloques econ贸micos que buscan autosuficiencia, cerrando filas entre vecinos estrat茅gicos.
China ya teje alianzas con Jap贸n y Corea del Sur para reducir dependencias externas. Europa, aunque fragmentada, eval煤a posibles acercamientos (aun impensables) con Rusia. Mientras tanto, Trump avanza a su estilo: desordenado, impulsivo, pero con un objetivo claro. Quiere cercar el hemisferio.
Por eso habla de Groenlandia. No es una locura: busca control territorial en el norte para ganar ventaja en el 脕rtico, donde el deshielo abrir谩 nuevas rutas comerciales que hoy busca dominar Rusia. Quiere tambi茅n a Canad谩, no por su cultura, sino por su posici贸n geogr谩fica y estrat茅gica.
Y por eso, tambi茅n, ha estrechado lazos con Javier Milei en Argentina y con Nayib Bukele en El Salvador. Trump no piensa en t茅rminos diplom谩ticos, piensa en domin贸 geopol铆tico: quiere alinear, subordinar, controlar. Como quien mueve piezas en un tablero que s贸lo 茅l entiende.
Mark Carney fue claro: “Canad谩 no est谩 en venta, ni hoy ni nunca.” A lo que Trump respondi贸 con una frase lapidaria: “Nunca digas nunca.” En eso tiene raz贸n. En una negociaci贸n, siempre se deja un puente sin volar, por si se requiere cruzarlo despu茅s.
Trump ya gast贸 sus balas este a帽o. Los mercados lo han contenido. Pero el verdadero juego ser谩 en 2026: la renegociaci贸n del T-MEC (o NAFTA, como prefieran llamarlo). Y aqu铆 su apuesta ser谩 dividir y conquistar: romper el acuerdo trilateral para negociar uno a uno con Canad谩 y M茅xico. Desarmar la alianza que hist贸ricamente se un铆a para equilibrar el peso estadounidense en la mesa de negociaciones.
Si lo logra, EE.UU. tendr谩 ventaja total: m谩s poder, m谩s control, m谩s acuerdos hechos a su medida. Una regi贸n moldeada por y para los intereses de Washington. Y entonces s铆, podr铆amos hablar de una zona econ贸mica norteamericana unificada y subordinada.
¿Hasta d贸nde quiere llegar Trump? Ya tiene acuerdos con El Salvador y Argentina. ¿Sigue M茅xico? ¿Colombia? ¿Todo el continente? Tal vez. Aunque pa铆ses como Brasil, Chile, Bolivia o Nicaragua podr铆an resistirse, sus gobiernos divididos y econom铆as fr谩giles los hacen vulnerables.
脕frica, mientras tanto, parece el bot铆n que se reparten Europa, Rusia y China. Aunque no podemos dejar fuera la influencia de la inquietante India. Sudam茅rica podr铆a correr el mismo riesgo si no act煤a r谩pido, si no define un rumbo claro. La reconfiguraci贸n del tablero mundial ha comenzado. Y Trump, nos guste o no, lo sabe.
Mark Carney se movi贸. Fue a Washington. Se sent贸 a negociar. Mientras tanto, en M茅xico, no vemos a Claudia Sheinbaum hacer lo mismo. No sabemos cu谩l ser谩 su estrategia. Pero si sigue el estilo de su antecesor, es probable que prefiera ceder en lo oscuro antes que enfrentar con claridad.
La globalizaci贸n sigue muriendo. El orden qu茅 prevaleci贸 casi por 5 d茅cadas ha concluido. El futuro nadie lo sabe, sin embargo hay se帽ales de que la regionalizaci贸n ser谩 gran parte de 茅ste. Las piezas se est谩n moviendo y los jugadores analizan cada jugada. Trump parece torpe en su avance, sin embargo est谩 claro que hay una visi贸n superior de dominar la regi贸n tal vez de manera total. Asia se mueve r谩pidamente, sin embargo, el liderazgo chino en la regi贸n en alg煤n momento ser谩 confrontado por India.



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