Yo La Tengo- Fade (2013)

Yo La Tengo- Fade (2013)

No es novedad decir que el 2013 será un año difícil, la turbulencia del llamado “año del diablo” aún no nos deja y continua causando estragos, conflictos internos, conflictos entre naciones y la frágil economía del llamado “primer mundo” sigue siendo una sombra sobre todos, aún y que los llamados “países emergentes” parecen querer entrar finalmente a las ligas mayores.

Bajo este contexto es entendible que el 2013 será un año gris, un año para resolver conflictos, un año para reflexionar y buscar soluciones que finalmente nos puedan dar tal vez un 2014 más tranquilo y positivo, es tal vez por ello que los primeros discos que me ha tocado escuchar en este año me dan por alguna razón un tono deprimente, oscuro, la luz, la luz no ha brillado en toda su intensidad y parece que este 2013, ya no sea de turbulencia, pero si de neblina, sombras y tonos grises.

Veteranos de décadas, Yo La Tengo regresa con nosotros con un disco que en su titulo nos da a entender muchas cosas, Fade, producido por el Tortoise John McEntire tiene un sonido prodigioso y una fuerte carga de nostalgia que se deja sentir de inmediato, Ohm representa un estado meditativo, la banda se describe tratando de no perder el corazón o la mente, como nos hallamos todos, la producción hace de esta pequeña joya pop algo más complejo, YLT saben hacer buen pop con guitarras, y la producción sin duda les ayuda a tornar ese dulce sabor a pop en algo más áspero y musculoso, YLT adquiere un disfraz de chicos rudos solo en la superficie, Is That Enough muestra mucho corazón y un relato lleno de sentimentalismo, un tema que bien pudo haber hecho Iggy Pop en un momento muy sensible, con una sección de cuerdas oxidadas que sólo agregan más sentimientos encontrados al tema, la brillante combinación de melodías que chorrean miel y guitarras que rugen en el fondo nos engancha por completo, en un tema que por alguna razón me trae a la mente esos temas en que Buddy Holly se apoyaba fuertemente en las secciones de cuerdas, y esas guitarras que quieren ser escuchadas, odiosas y ruidosas de principio a fin, y esa triste y nostálgica pregunta.

Well You Better arranca con un tono bajo, la banda explayando una prodigiosa ejecución repleta de precisión, una batería que no baja el tono nunca y mantiene firme el paso, por momentos recordándonos el clásico Loaded de los Velvet Undergound, cuando Reed trató de que las masas le escucharan, aunque estas ya le detestaban de años atrás (y lo siguen haciendo).

Paddle Forward inyecta el sonido de garaje tan característico de los músicos del vecino país del norte, las guitarras se cubren de una rabiosa electricidad y los tambores no dejan de retumbar, al tiempo que la banda confecciona filosos temas de pop arriesgado que no pierde su encanto, que late con fuerza y que busca agradar, aún y que su sabor sea agridulce, Stupid Thing muestra unas guitarras “jangle” sumadas a un creciente ritmo krautrock, el gran acerbo musical de estos YLT sale de inmediato a flote y nos recuerda que a pesar de lo ligero de los temas, esta es una banda con una profundidad histórica, una banda que se declaraba seguidora por igual de la disonancia brutal de los Velvet, la explosividad alucinante de los Love y el pop trascendental de Brian Wilson.

En lo particular tengo muy buenos recuerdos de los YLT, son una banda de rock moderno que se ha convertido en clásica, pero que de alguna manera han sabido sortear la fama y quedarse en las sombras, manteniendo su sonido fresco, escapando el ser fácilmente etiquetados e invocando continuamente el espíritu de las viejas glorias ya mencionadas, además de la influencia de gente como los Big Star o Nick Drake.
Fade es prueba de que la banda continua tan creativa y tan vital como siempre, negándose a dormir en sus laureles, la banda continua perfeccionando su infeccioso pop, aunque sin dar pasos en otras direcciones, explorar nuevos territorios o alterar de manera notoria su propuesta, Ill Be Around es prueba de ello, la banda sabe como hacer canciones de sabor dulce y mantener el sonido oscuro y enigmático, y de vez en cuando disolverse en pura nostalgia cósmica como en Cornelia y Jane.

Two Trains y The Point Of It bajan la guardia, son puro corazón y el histrionismo eléctrico se deja a un lado, para después cerrar el disco con Before We Run, tema con una hermosa combinación de influencias de gente como los Velvet Underground y una línea de batería muy a la par del clásico Tomorrow Never Knows de los Beatles, aunque en este ultimo tema, la banda se sale un poco de su propia identidad y alcanza a arrastrar algo del sonido de los añorados Mercury Rev, para dar la patada de inicio de un año gris y cuesta arriba.
                                                                                                             

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