A Mi Padre Aquí en la Tierra



A Mi Padre Aquí en la Tierra

Saben hace unos meses una idea me daba vueltas en la cabeza, ¿Qué pasaría si Lou Reed muriera? ¿Cómo lo iría a tomar? ¿Cómo sería saber que no escucharía algo nuevo de Lou? Por alguna extraña razón llegue a pensar que Lou sería inmortal, después de todo, tanto Lou como Keith Richards desafiaron a la muerte tantas veces y ambos seguían aquí, muchos después de otros mucho más jóvenes, que les siguieron dejaron este mundo.

Pensé muchas veces en escribir sobre lo que sería un mundo sin Lou, y cosas así, en verdad, lamento no haberlo hecho antes, ya que estas cosas posteriores a la muerte de una persona que queremos o admiramos empiezan a salir sobrando, piren verdadera relevancia y se convierten en algo usual.

En esta ocasión no escribiré sobre Lou, sino sobre mi padre, la única persona que me ha acompañado desde mi primer respiro en este mundo hasta el día de hoy, tristemente con mi padre nunca tuve la mejor de las relaciones, antes de la muerte de mí madre, la relación con el siempre fue difícil, hasta comíamos a diferente horario porque no nos soportábamos el uno al otro, era un hecho que si ambos nos sentábamos en la misma mesa terminaríamos pelando y discutiendo de manera violenta, hoy tengo que admitir admiro su labor, miren que sacar adelante a alguien como yo, tan rebelde y mal agradecido, en aquellos años, tan terco (como él) negándose a ceder ni un centímetro en cualquier discusión que teníamos (el tampoco lo hacia), pero finalmente nuestras relaciones se relajaron, y la muerte de mi madre termino por unirnos de alguna extraña manera, él se convirtió en una persona muy distinta (supongo que yo también), una persona, que a pesar de todos los disgustos del pasado he llegado a querer en verdad, a respetar y a reconocer que muchas veces tuvo razón, y cuyas enseñanzas, el día de hoy debo reconocerlas, que no se ha equivocado y que muchos años atrás el sabía de lo que estaba hablando realmente y por mi inexperta juventud no supe escuchar y valorar.

No se si algún día pueda decírselo de frente, pero tenías razón papá, hay cuatro cosas que al día de hoy tengo que reconocerte que no te equivocaste, que acertaste en ellas al 100% y que gracias a ellas soy quien soy, y tengo lo que tengo, recuerdo que alguna vez me dijiste que en ningún hogar podían faltar tres cosas, comida, vestido y educación, y que si uno quería asegurar su destino, estos tres elementos tenían la clave, el destino me llevó a trabajar en la industria de los alimentos, y sigo ahí, y a pesar de las idioteces de nuestros gobernantes, la inestabilidad en el país, esta industria sigue adelante, no ha sido arrasada como otras, ya que alimentos, como tu dijiste, nunca podrán faltar en un hogar, pase lo que pase.

Recuerdo también que me dijiste aprende computación e ingles, y aprendí ambas cosas sin hallarles mucho sentido, hoy me doy cuenta nuevamente que tenias razón, sin las computadoras hoy no podríamos trabajar, no podríamos comunicarnos y simplemente estaríamos completamente obsoletos, si el día de hoy otros pueden leer esto, es gracias a lo que me enseñaste, me dijiste aprende ingles, y gracias a eso puedo hacerme entender con la mitad del mundo en español, y con la otra mitad en inglés, no poca cosa.   

Una tercer cosa que me enseñaste fue a aprender por mi mismo, la educación esta ahí afuera esperando por nosotros, hay miles de libros repletos de conocimientos esperando a ser devorados, no necesitamos gastar millones en una educación superior o terminar endeudados por esta, hoy gracias al ingles y la computación, ese conocimiento esta ahí, al alcance de la mano, muchas veces, inclusive, sin ningún costo, otra vez te adelantaste al futuro, a lo que vendría y hoy te lo agradezco, ya que gracias a esta enseñanza sigo aprendiendo, sigo avanzando, ya que pecado sería quedarme en el mismo lugar, sin moverme, oxidándome y volviéndome obsoleto, gracias a tu insistencia, sigo aprendiendo, como debe ser, todos los días, lo cual nos hace crecer y mantenernos de alguna manera jóvenes y vigentes.

La cuarta cosa que me enseñaste es que todo ser humano tenía tres áreas que trabajar o ejercitar para sentirse completo, la intelectual, la emocional y la física, la intelectual la he llenado mediante la lectura, mediante el deseo de seguir aprendiendo y no tener miedo a los cambios, la emocional la he llenado con mi familia y con el acercamiento que he tenido a Dios, a mi propio Dios, y la física se ha llenado con mi propio sistema de ejercicios que el mismo tiempo me ha dictado y me ha enseñado y que se ha ido perfeccionando para mis necesidades, al grado que me siento mejor hoy que hace 20 años.

¡Ah! Papá, una cosa más que me enseñaste y que apenas me di cuenta hace unos días, fue cuando me dijiste que cuando no sabías que hacer Dios hablaba por ti, y yo te dije que no fueras modesto, que eras tu y que no le adjudicaras a Dios ese logro, la vida me puso en una situación compleja, y la verdad me hallaba sin saber que hacer, le pedí a Dios, a quien me he acercado mucho últimamente por una respuesta, ¿Y sabes que? No me dio la respuesta, pero mejor aún, así como hace contigo, habló por mi, y en mis labios se escucharon mis palabras y gracias a eso saque adelante esa difícil situación, sólo puedo admitir que fue Dios quien me ayudo a ser entendido y dejar mi punto claro y proteger lo que debía ser protegido.            

Debo agradecer infinitamente a Dios que te haya puesto  mi camino, y que las cosas hayan sido tan difíciles entre nosotros, ya que esto sólo me ha hecho darme cuenta y apreciar más lo que me has enseñado, ojala algún día tenga el valor de decirte esto de frente, por lo menos hoy puedo reconocerlo, quiera Dios que algún día nuevamente el hable a través de mi y puedas darte cuenta que tus palabras no cayeron en saco roto.

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