Cuidado con las falsas promesas del anticristo



Cuidado con las falsas promesas del anticristo

“El dinero y la corrupción están arruinando nuestras tierras, políticos retorcidos traicionan al hombre trabajador, guardan las ganancias y nos tratan como ovejas, y estamos cansados de escuchar promesas que sabemos nunca cumplirán.”
Ray Davies 

Lo he mencionado varias veces, mi voto agradecido será cuando un candidato se pare en el podio y admita no tener las respuestas y humildemente pida la ayuda del pueblo, ese día algo habrá cambiado en verdad, habremos dejado atrás a los mesías y nos habremos convertido en hombres que reconocemos los retos y reconoceremos la necesidad de trabajar como un equipo para sacar adelante al país, temamos del hombre que se diga tener todos las respuestas y que se presuma capaz de resolverlo todo, hoy que el fantasma del populismo se yergue no solo sobre México, sino sobre el mundo es importante saber que las palabras que endulzan el oído no siempre son buenas y son ciertas, dicen que a las mujeres las mujeres se enamoran de lo que escuchan, por ello los hombres mienten, yo diría que las masas también se enamoran de lo que escuchan, por eso los candidatos mienten, y peor aún, las masas no tienen memoria, por ello a los candidatos poco les preocupa las promesas hechas, ya que rara vez esta mismas masas se lo recriminaran.       

Estamos en tiempo de debilidad, la desesperación ante lo que parece no funcionar hace del electorado una presa fácil de los lobos con piel de oveja, de aquellos que no tienen el menor empacho en prometer a diestra y siniestra, nuestras democracias se han convertido en meros concursos de quien promete más, ¡Que triste se ha vuelto nuestro sistema! ¡Qué gran decepción para los que lucharon por nuestro derecho a votar y a elegir a nuestros gobernantes! Cuando hoy en día sólo nos fijamos en los que nos hablan bonito y que carecen de los “pantalones” para cumplir a cabalidad su palabra, su “palabra”, hoy en día ¿Que es la “palabra” de un candidato? ¿Cuánto vale la palabra de los candidatos que conocemos?

Es un tema que hemos platicado en muchas ocasiones, pero que parece no detenerse, sigue avanzando y sigue representando una amenaza para los pueblos, vivimos en una época en que si nos atrevemos a imaginar más allá de lo real, el mismo anticristo se podría presentar ante nosotros, prometernos un mejor futuro y hacernos caer en la trampa, vamos, si a un pueblo ejemplar como el alemán, culto y educado fue engañado por un megalómano enloquecido, ¿Qué nos puede esperar a nosotros con nuestro atraso educacional? Por eso  muchos les conviene que el pueblo no se eduque, para que no aprenda de los errores del pasado y los siga cometiendo una y otra vez, estamos en un momento crucial para la humanidad, para nuestros pueblos, para la libertad y para la democracia, si es que esta última no es en realidad una utopía más, hay que aprender de las verdaderas democráticas, no de los Estados Unidos de América, gobernados por enormes corporaciones, que con sus colaboraciones económicas tienen maniatado al gobierno, ¿Qué pasa con los gobiernos del América del sur que nos ven cómo apestados? Saben que en México no hay una verdadera democracia, que el vecino del norte nos controla y manipula, y que la dictadura aquí la controlan los partidos políticos, es una dictadura más blanda que nunca, ya que a diferencia de la llamada “dictadura perfecta” del PRI, aquí no hay una continuidad, ni una dirección, ni una mano dura que guie, solo se trata de desangrar al país, pero, ¿Qué pasa en Venezuela? ¿En Cuba? ¿En Bolivia? ¿En Nicaragua? ¿En Argentina? 

Dónde los pueblos han sufrido y creido también en los discursos populistas, dónde el “socialismo” de Chávez significó entregar la riqueza de Venezuela a Cuba, dónde la gran revolución significó poner al `país en manos de la monarquía de los Castro, donde Evo busca como perpetuarse en el poder, dónde Ortega se ha convertido en el monstruo contra el que lucho en el pasado y dónde un pueblo culto y educado, repleto de recursos naturales y con un potencial enorme ha sido secuestrado por una dictadura familiar de un matrimonio.

Nos hemos convertido en corderos y los lobos andan sueltos, nos hemos convertido en ciegos, sordos y mudos, víctimas de unos cuantos que saben hablar bonito, queremos el paraíso, pero no queremos trabajar duro por él, creemos que hay que sufrir en vida, para tener la gloria en el más allá, ¿Y si no hay más allá? ¿Y si es otra promesa que no se cumplirá y solo sirve para tenernos quietos ante el sufrimiento? Necesitamos el paraíso aquí y ahora, no hay otra opción, y obviamente hay que empezarlo a pagar, nada en esta vida viene gratis, esa es la gran lección.                    
        

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