Opeth-Pale Communion (2014)
Opeth-Pale
Communion (2014)
“Creo que uno se va definiendo a si mismo mediante la reinvención, no
ser como tus padres, no ser como tus amigos, ser uno mismo, hacerse uno mismo
de origen.”
Henry Rollins
De entrada el nuevo disco de Opeth, Pale Communion me
pareció extraordinario, un inicio que me recuerda ese prog rock intenso estilo
King Crimson o Van der Graff Generator, dos de mis bandas favoritas del género,
aunque no podemos dejar aquí fuera el tema de un Steven Wilson aún presente, ya
no como producto, pero si a cargo de la mezcla, aún así la influencia de la
melancolía música de Wilson sigue presente sobre la banda y a pesar de los
elementos dinámicos, los pasajes llenos de oscura nostalgia se hacen presentes
muy seguido, como en ese primer tema Eternals Rains Will Come, ya de entrada la
imagen de la lluvia presentándose como esa opaca atmósfera que estos suecos han
decidido impregnar en su disco, para sus seguidores de antaño que añoraban un
regreso a la época death metal de la banda, Pale Communion será una gran
decepción, para los amantes de la buena música sin categorías, y sin
prejuicios, Pale Communion resultará delicioso de principio a fin, esta ese
trabajo instrumental impresionante en el bajo, batería y teclados de la banda,
que nunca deja dudas de su infinita calidad, adicional a esto, hay un
contrapeso en las guitarras y las vocales que mantiene la carga altamente
emotiva y melancólica de la grabación, un equilibrio que se antoja interesante
y dinámico, y que pareciera definirse aquí como la dirección definitiva de la
banda, esos teclados agresivos y punzantes estilo Deep Purple, desviaciones a
un jazz fusión asombrosas, una mezcla volátil que a la vez nos remueve las
entrañas.
Para el segundo tema, Cusp Of Eternity, las cosas se ponen
aún más movidas, la banda despliega un ritmo sumamente atractivo y la línea
melódica de las vocales tiene un elemento épico y a la vez accesible (la verdad
me recordó un poco a los Alice In Chains, lo cual es bueno), hay interesantes
cambios en los ritmos, una fuerte participación de los teclados y una perfecta
interacción entre bajo, guitarras y baterías, embonando de una manera sólida
que recuerda buenos discos de prog rock europeo de los 70s, sobre todo en su vertiente
italiana, hablando de bandas como Le Orme, o Il Balleto Di Bronzo por ejemplo,
habrá que agradecer a estos Opeth el salirse de los cánones comunes en el prog
rock como lo son Rush, Genesis o Yes, y beber de fuentes menos convencionales,
lo cual sin duda es parte de su oscuro atractivo.
Batería y bajo se conjugan de una manera asombrosa para Moon
Above, Sun Below, espectacular tema con una espectacular melodía vocal, con un
Mikael Akerfeldt estupendo sin duda, demostrando ser un mejor vocalista melódico,
que una bestia gruñona del death metal, un aplauso por encontrar su verdadera
vocación, y un aplauso a los inmensos teclados de Joakim Svalberg, aportando
una letal arma que suma potencia en demasía la ya de por si bien afinada y
letal descarga de la banda, perfectamente bien cimentada por Martin Méndez y
Martin Axenrot en bajo y batería respectivamente.
El punto tal vez más inesperado del disco podría ser el
intro de Elysian Woes, un poco Pink Floyd o tal vez un poco de folk, de ese en
su vertiente inglesa, un tema sereno, con placidas guitarras como guía
principal y un trabajo hermoso de bajo a cargo del ya mencionado Mèndez, quien
aquí se luce al lado del guitarrista Fredrik Akesson, el resto del tema, sigue
recayendo en el bajo y en la voz de Akerfeldt y el estupendo trabajo de
Svalberg, quien añade un cierto elemento etéreo que trae a la mente algunos de
los brillantes trabajos de los primeros King Crimson.
Parte de estas inusuales influencias es honrada de alguna
manera en el tema Goblin, legendaria banda de prog italiano de mediados de los
70s, parte de una estupenda mancuerna cinematográfica con el gran director de
cine de terror Dario Argento, serían los Goblin los encargados de proporcionar
la música a aquellas legendarias películas y al parecer los Opeth aquí no sólo
referencian a la banda en el título, sino que hacen un meticuloso homenaje a
esas dinámicas y oscuras composiciones de la legendaria banda del país de la
bota.
River es un tema que me desconcierta un tanto, ya que se
sale un poco del esquema prog y se adentra más en un profundo sonido de los
70s, en la onda de grupos como los Crosby, Stills & Nash, con melodías muy
acogedoras e introspectivas.
Pale Communion es un disco que se toma muchas oportunidades
y en todas ellas sale avante, desviación que toma la banda es perfectamente
utilizada para sumar, para enriquecer el sonido e ir definiendo a la perfección
lo que quiere la banda, descubriendo un “monstruo dentro del monstruo”, en
ocasiones como en Faith In Others demostrando una descargada admiración por
alguno de sus héroes, como en ese caso los Pink Floyd, pero realizado con
talento, sin afán de copiar, sino de llevar más allá aquel legendario sonido,
un Pale Communion que vale mucho la pena.
En un inicio no me había gustado nada. Lo tuve ahí ¿2 semanas? sin poder disfrutarlo. No porque fuese un mal disco! Es que me sonaba demasiado perfecto y cerebral, me faltaba la magia.
ReplyDeleteCon el pasar de los días fui bajando un poco la guardia y encontrando los matices. Al día de hoy me parece un trabajo magnífico, que si bien posee un guiño evidente hacia al progresivo setentero también se ha dado el tiempo de continuar esa senda oscura que trabajaron en "Heritage". Es un disco equilibrado y por sobretodo, hermoso. De los mejores del año para mi.
Saludos!
Esteban
http://politomusica.blogspot.com