Lana Del Rey- Ultraviolence (2014)



Lana Del Rey- Ultraviolence (2014)

“La nostalgia es un sentimiento poderoso, puede hundirlo todo.”
Terrence Malick

A su manera, Lana Del Rey ha conseguido materializar esa obsesión con el folclore estadounidense que Nick Cave ha presentado en algunos discos, hay ese toque de gótico americano que Cave ha sabido imprimir en sus discos inspirados en el oscuro folclore de los vecinos del norte, que mejor si ese lánguido y nebuloso horror es expresado a través de las surreales melodías de una “chanteuse” como Lana, que a su manera sabe cómo crear un turbio contra peso de pesadilla a las melodías soleadas de una Stevie Nicks.

Ultraviolence es un título que podría desorientar a cualquiera, poco o nada tiene en común con la célebre novela de Anthony Burguess, la enorme A Clockwork Orange, si hay una violencia, pero no una completamente expresa, sino sugerida muy sutilmente, y a pesar del uso de la palabra, si pudiera pensar en un título más acorde al trabajo de Lana en este disco sería Till I Die, como aquel tema del GRAN Brian Wilson que bordeaba en el suicidio y que pudo servir de tema para los títulos finales en la película imaginaria de la atribulada vida del buen Robin Williams (¿Cómo no sentir la muerte del buen Robin, como la muerte de alguien cercano, luego de tantas horas compartidas, el en la pantalla y yo enfrente de ella?), Lana ha conseguido traernos aquí una joya musical que comparte territorio en el surrealismo terrorífico de un David Lynch, quien comparte con Cave esa fascinación por el sol ocultándose, los grandes espacios desérticos y la vegetación solitaria del sur de los EUA.

Cruel World afirma lo anteriormente escrito, pareciera una carta de despedida de un suicida con una mente perdida hace mucho, la manera en que Lana interpreta cada una de las palabras es un instrumento en sí mismo, su manejo fantasmal de las vocales, enamora y a la vez asusta su voz es una orquesta en sí misma, una que se suma a esos escuetos arreglos orquestales (algunos teclados y secciones de cuerdas) que junto a una contundente batería y algunas tímidas líneas de guitarra me recuerdan esas grabaciones de los 50s en que con un pequeños conjunto de cuerdas y una batería podías crear sinfonías para adolescentes para dios.

En el siguiente tema, Ultraviolence que precisamente da nombre a este disco, el fantasmagórico sol que se oculta parece manifestarse a través de los intensos teclados que nos introducen al tema, Lana consigue forjar aquí una ensoñadora melodía, manteniendo ese ingrediente surrealista, una calma aparente que tras de sí lleva un ingrediente de peligro latente que podría manifestarse en cualquier momento, una sombra muy negra que Del Rey ha decidido poner sobre su cabeza, una dimensión con elementos del más allá, como Elvis, James Dean o la Monroe y que aquí quedan plasmados a la perfección, tal vez a la ultra violencia a la que se refiere Lana es la de la muerte prematura y la del olvido que trata de arrebatarnos a esas figuras, curiosamente el siguiente tema, Shades Of Cool, se nutre de un poco de influencia del neo soul inglés, de los últimos años, aunque nos presenta una muy pálida sombra de aquel fenómeno, en su lugar nutriéndose un poco de algunos elementos del doo woop o el góspel, con una mezcla tan difusa y tan diluida que no demerita en ningún momento la originalidad del trabajo de Lana, cuyo principal atributo consiste en oscurecer lo soleado del llamado “sueño americano”.

La gran sorpresa del disco es el viaje de lana a la costa este en el tema Brooklyn Baby, tema que para añadir a la tétrica mística del disco, Lana tenía programado grabar con Lou Reed el día del fallecimiento del gran poeta de Nueva York, lo cual con la colaboración que se está gestando en el nuevo disco de Brian Wilson la pondría en un lugar privilegiado entre los músicos actuales, pudiendo haber trabajado con dos monstruos de la música popular (¿Querrá trabajar en el futuro con Metallica en la segunda parte de Lulú?)
Para West Cost, Lana tiene algunas sorpresas rítmicas, hay una dinámica particular entre las guitarras y las baterías que se salen un poco de la línea del disco, pero cuya cadencia infecciosa funciona de manera maravillosa, y si muchos pensaban que Lana se desviaba un poco con este tema, reafirma la dirección con Sad Girl, tema de hermosa musicalización, cercana a un humeante blues con guitarras cuyos lamentos se liberan en cada nota.

No, Ultraviolence no es el tipo de disco que una escucharía en medio de la depresión, ya que el impacto de las oscurísimas y súper nostálgicas melodías de Lana podían arrastrarnos a la perdición total, pero hay que reconocer el enorme talento de Lana para crear estos temas perfectamente mezclados con la oscura y decadente atmósfera que envuelven este estupendo disco, no muchas grabaciones estos días nos hacen mencionar a David Lynch, a Nick Cave, a Brian Wilson o a Lou Reed en un mismo espacio, y si a eso le agregamos un tema llamado Fucked My Way Up To The Top y otro titulado Guns and Roses, Lana Del Rey se ha quedado aquí muy, muy cerca de crear un clásico moderno.    



    

                 

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