Matthew Shipp Trio.- Root Of Things (2014)
Matthew Shipp Trio.- Root Of Things (2014)
“Para mí, el piano mismo es una orquesta.”
Cecil Taylor
Dentro de las generaciones recientes de practicantes del free
jazz, uno de los talentos más interesantes en mi opinión es el prolífico
Matthew Shipp, aunque en el mundo del free jazz resultaría ser pecado no ser
prolífico, aunque en el último par de años sentí una especie de pausa y discos
de free jazz que se editaban constantemente repentinamente desaparecieron, y es
precisamente este disco, Root of Things un aparente regreso al vibrante mundo
del free jazz, esperemos que así sea y que sorpresivamente nos veamos inundados
una vez más por producciones de la música de fuego.
Matthew Shipp es un maestro en las teclas, heredero de lo
mejor de titanes del jazz y el free jazz en general como el ENORME Thelonious
Monk, Cecil Taylor o Ran Blake, hombres que lucharon de frente contra los
saxofones, el instrumento líder por excelencia en el free jazz y salieron
airosos por su acercamiento al piano, su meticuloso despliegue de notas, su
estudio casi matemático del teclado y esa manera densa de entretejer sus
escalas.
Shipp y compañía, un bajista y un baterista se entregan por
completo en este disco, desde el tema que nombre el disco, en el cual
apreciamos principalmente el estupendo trabajo de Shipp, tejiendo de manera
prodigiosa una estructura impresionante, al tiempo que Whit Dickey nos regala
un grandioso trabajo de fondo en la batería, retando una veces, otra veces
complementando con asombrosa visión el trabajo de Shipp quien tiene el don de
ser tan expresivo y abstracto a la vez en su instrumento, no tan lirico como
Blake y no tan explosivo como Taylor, pero muy cercano al hipnótico Monk, por
otro lado hay que señalar el ejemplar trabajo de Michael Bisio, sobre quien
recae la poco sencilla misión de proporcionar el elemento de cohesión entre
Shipp y Dickey, complicado, pero bien ejecutado por Bisio.
La chispa beat de Monk se hace presente desde las primeras
notas de Jazz It, con un Bisio estupendo en su instrumento, audaz como pocos,
tomando la iniciativa e incluso robando atención de sus otros dos compañeros,
con un Dickey acechando de manera espectacular y un Shipp descendiendo poco a
poco en una mar de locura disonante que sólo el mismo conoce la ruta y la transita
de manera asombrosa, es en esta pieza precisamente, dónde por momentos Shipp
saca su esencia explosiva y ataca despiadadamente las teclas de su instrumento,
creando momentos de exquisita tensión que Bisio y Dickey se encargan de
remarcar eficazmente, Shipp es un prodigio al tomar la iniciativa y atacar de
manera contundente su instrumento, dejando un trabajo complejo para sus
compañeros, quienes muestran talento puro para seguir el paso a Shipp, quien
definitivamente se mete en un entramado abstracto, por momentos impenetrable y
que termina resolviendo a la perfección al final.
El impulso inicial se rompe un poco con Code J, un tema
lento e intrigante, con estructuras muy abiertas por parte de Shipp, ataques
veloces repentinos y pasajes inmersos en la nostalgia, es aquí donde somos
repetidamente sacudidos por el trabajo brutal de Bisio, un hombre que no conoce
la piedad y ataca duramente su instrumento dándonos por momentos imágenes que
nos recuerdan el potente trabajo del GRAN Charles Mingus y precisamente sobre
las tremendas manos de Bisio recae el peso del inicio de Path, en el cual Shipp
hace muestra de humildad y entrega el tema al bajo de Bisio, quien logra un
amplio lucimiento de su técnica al ejecutar su instrumento, manteniendo ese
ataque cerebral tan inherente en el trabajo de Shipp.
Y nuevamente en Pulse Code, Shipp repite ese gesto de
compañerismo y humildad al entregar la batuta a Dickey quien se encarga de
crear una introducción alucinante en su batería para este tema, Dickey no será
uno de los bateristas más dinámicos con los que haya trabajado Shipp, pero su
característica principal es la fuerza increíble con que tortura sus tambores,
es un tipo brutal en su ataque y esto queda bien expresado en el tema.
Finalmente es la magia en el teclado de Shipp la que se
encarga de cerrar este asombroso capitulo, con una secuencia un tanto barroca con
una manera asombrosa de establecer un dialogo entre sí mismo atreves de las
teclas de su instrumento, por momentos, la pirotecnia de los dedos de Shipp pareciese
venirse abajo, Shipp sin duda toma un número interesante de riesgos, pero su
talento es tan grande que saca adelante su prodigioso fraseo, lo lleva a aun
lugar deseado por él y finalmente lo entrelaza con el trabajo de Bisio y de
Dickey, quienes aquí complementan a la perfección las complejas rutas que el
instrumento de Shipp decide tomar, en ocasiones acercándose peligrosamente al
caos, soltando las riendas, pero retomándolas en el momento que ellos lo
deciden, Shipp es un maestro de la tensión, sabe cuándo hacernos creer que todo
se vendrá abajo y en el último momento nos muestra que sabe cómo mantener todo
bajo control.
Shipp nos demuestra con su Root of Things que sigue siendo
el gran maestro del piano dentro del ardiente mundo del free jazz.
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