Lo Que Puede Pasar




Lo Que Puede Pasar

“El poder no es un medio, es un fin, uno no establece una dictadura para salvaguardar una revolución, uno hace la revolución para establecer la dictadura.”
George Orwell

En más de una ocasión me ha tocado escuchar recientemente voces que piden la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto, de sobra me he manifestado valorando las cosas buenas y malas de su mandato, ¿Malas? Muchos ya las conocen de sobra, una inseguridad que se le ha salido de las manos, el incumplimiento de las promesas de hacer mejor, lo que el partido anterior en el poder no pudo,  y un estancamiento económico que no se ve para cuando se pueda arreglar, ¿Buenas? Hay que reconocer que supo negociar y llegar arreglos para lograr la aprobación de reformas que  estuvieron atoradas por años, si, en parte las paralizó el PRI en sexenios anteriores, pero en este ni el PAN, ni el PRD pudieron aplicarlo contra EPN, por el contrario, supo cómo resolver, que es lo importante.
 
La renuncia en estos momentos, si esto se diera nos derivaría en dos posibles escenarios, uno en el corto plazo a unas nuevas elecciones, para las cuales, considero que el mismo PRI es el mejor preparado en la inmediatez, con un Eruviel Ávila, actual gobernador del estado de México listo para entrar en acción, repitiendo la misma fórmula de EPN y un joven Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas como emergente, por si fallase Eruviel o para sucederlo, el PRI, afrontémoslo, está listo para todo, un escenario de renuncia, nuevas elecciones, o como se rumora, de salida por enfermedad, el PRI lleva ventaja, no porque sean mejores, sino porque están planeando a largo plazo.

¿Podemos decir lo mismo de la oposición? Lo dudo mucho, en estos momentos el único que aparece con claridad en el horizonte es Miguel Angel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México, un hombre que ha mostrado sensatez, aunque le faltó mano dura durante las protestas de los maestros de la CNTE en la ciudad de México, y posiblemente su conexión, aunque no formal, con el PRD es un duro lastre que pudiese afectarlo, después de todo, cuando parecía que la izquierda progresista de México tomaba vuelo gracias a unas exitosas elecciones internas, llevadas a cabo democráticamente, los escándalos con respecto a la corrupción dentro del gobierno del estado de Guerrero, bajo mando del PRD, han puesto muy complicado el escenario para este partido, posible apuesta por la izquierda que hoy, simplemente se ha debilitado, peor aún el hecho de que el PRD quiera deslindarse de sus relaciones con los funcionarios de Guerrero, su falta de deseo de afrontar estar tormenta y admitir responsabilidades, le han creado un daño enorme.

De un proceso similar de zozobra entre escándalos y divisiones, el PAN, el partido de derecha del país, tampoco ha salido bien librado, la estrategia de su ex presidente, Gustavo Madero no ha sido clara, ni honesta, se ha dejado llevar por los poderes que traen beneficio al partido y no a México, ha anunciado elecciones democráticas para nombrar candidatos, pero en Nuevo León ha manifestado que este será elegido de manera directa por la dirigencia, no por elección, lo cual habla de un manejo mañoso de la democracia interna del partido, por otro lado, si se requiriera un candidato a la presidencia en el corto plazo, las opciones más viables serían un Gustavo Madero o un Rafael Moreno Valle, de sobra saldría mencionar lo errático que ha resultado Gustavo Madera en su manera de dirigir el partido, llevando de ser el partido oficial a un débil tercera fuerza, evidenciada como impotente y corrupta, por otro lado, Moreno Valle, aunque con fuertes bases, es conocido por su estilo de gobernar casi dictatorial y opresivo, que lejos de resultar una bocanada de aire para la democracia del país podría resultar todo lo contrario.

El siempre dispuesto, Andres Manuel Lopez Obrador, podría ser otra carta fuerte como candidato, de no ser porque su fuerza de hace dos elecciones se ha ido mermando, sus discursos ya los conocemos, radicales y populistas, dos adjetivos de no muy buena reputación, y si hablamos de su reputación, esta se basa en sólo criticar al gobierno, agitar en la sombras a las masas, prometer imposibles, deslindarse cuando sus conocidos son encontrados en escándalos de corrupción, convertir a Morena en su partido familiar (con sus hijos como posibles sucesores) y de esconderse sospechosamente cuando estalla la violencia en el país, este caudillo todopoderoso, sin duda ha perdido mucho de su brillo inicial.   

El peor escenario en estos momentos podría ser el de un estallido mayor de violencia y de protestas contra el gobierno, ¿Una revolución? Difícilmente nos beneficiaria, se crearía un vacío de poder y una posterior concentración de este que podría resultar perjudicial para el país, aprendamos de las verdaderas consecuencias de la revolución mexicana (que nos trajo al PRI), de la revolución rusa (que trajo al mundo a Stalin), de la revolución china (que trajo a Mao), de la revolución cubana (que nos trajo a la monarquía Castro), de la revolución egipcia (que puso a los militares en el poder), de la revolución chavista (que trajo a Chávez, a Maduro y a la escases e híper inflación que vive el país) una revolución violenta no es la solución, necesitamos partidos fuertes y comprometidos que metan presión al gobierno y que lo vigilen, no compinches debiluchos con más pecados que el partido oficial, necesitamos una prensa libre que nos informe y sirva de voz crítica al gobierno, y no una comparsa que manipule la información, y sobre todo, necesitamos entender que la democracia no es solo el derecho al voto, es también el derecho de exigir, de opinar, de criticar y de demandar lo que consideremos sea justo de los funcionarios que hemos puesto para que dirijan el país.      

No es de mi interés que renuncie EPN, es de mi interés que el gobierno reconozca sus errores, que el pueblo aprenda a opinar y a exigir y que se logren acuerdos para corregir lo que este mal, para generar propuestas y acuerdos y saquemos juntos adelante al país.

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