Primero Vivir Seguros




Primero Vivir Seguros

“La seguridad total no existe, solamente hay niveles variados de inseguridad.”
Salman Rusdhie

Tengo muchos y muy buenos recuerdos de mi niñez, jugar con mis primos en la calle hasta que oscurecía, futbol, en las bicicletas, a los soldados, en fin, la cuadra solía tener muchos terrenos baldíos y casas en construcción abandonadas que resultaban perfectas para imaginar que eran fortalezas, enormes tubos de concreto abandonados a un par de cuadras que servían como túneles a nuestra inocente imaginación, como niños, éramos los únicos dueños de la calle, no había quien nos molestara, no había quien nos amenazara, claro, sabíamos hasta dónde podíamos llegar, a que cuadras no acercarnos, pro en nuestros “territorios” nunca hubo una amenaza mayor a un buen raspón en la pierna, algo de tierra en los ojos o un piquete de abeja.

En esa misma casa en dónde pase mi niñez pase los primeros años con mi familia ya casado, y miren que lo que había vivido en mi niñez cambió de manera radical, esa sensación de vivir en un fortaleza cambió de la noche a la mañana cuando a esa casa, que yo consideraba impenetrable entro un ladrón solitario y robó varias cosas, la cuadra estuvo asolada por semanas, no pasaba un par de días sin que se suscitara un robo, gente extraña pasaba una y otra vez por la cuadra, gente ajena a nuestra calle, a mi padre alguna vez le robaron la batería del carro, a mí me llegaron a romper vidrios del carro, poca cosa a verdad, pero un día hubo una señal de que las cosas se iban a poner peor.     

Recuerdo estar en la cocina un fin de semana y ver a una persona parada afuera de la casa, me asome con cuidado y resultó ser un soldado parado a un par de pasos de dónde yo me encontraba, recuerdo que uno de mis hijas recién nacidas estaba en la cuna y lo alejamos de la ventana y nos fuimos a los cuartos de atrás, ese día no pasó gran cosa, salvo la captura del algún delincuente, pero a partir de ahí empezaron a ponerse complicadas las cosas, disparos solo me había tocado escuchar en las películas, en la televisión, hasta que una noche no sólo conocimos como se escuchaba un disparo, conocimos como sonaba una arma automática que disparaba una ráfaga de balas partiendo la mitad de la noche con su estruendoso sonido, después de eso, empezó a hacerse regular ese sonido por las noches, algunas veces en la lejanía, otras veces se escuchaba demasiado cerca, una noche que tuve que trabajar en el cuarto hasta tarde escuche aquellas ráfagas, a las que tristemente uno empezaba a acostumbrarse, pero esa noche parecía que la ciudad había entrado en guerra, una y otra vez las ráfagas sonaban furiosas, recuerdo que ese aterrador sonido me acompaño toda la noche y parte de madrugada mientras yo trabajaba, no me gustaría que mis hijas pasaran una noche escuchando esos sonidos, en verdad son traumáticos, te estremecen el alma.

Tristemente aquellos sonidos de armas automáticas no dejaron de sonar, y para acentuar la tragedia empezaron hacerse regulares en pleno día, si de por sí ya era muy peligroso salir en la noche, aquella violencia delincuencial amenazaba con apoderarse del día, las patrullas que dolía ver pasar, desaparecieron por completo dejándonos en manos de la delincuencia, esas noches tan divertidas que pase en la adolescencia con mis amigos tomando cerveza hasta la madrugada en la cochera, con la reja abierta y sin mayor preocupación, se volvieron un recuerdo muy lejano, ya que las rejas permanecían con candados todo el tiempo y las puertas con cerrojo, un día aquella violencia llegó hasta las mismas puertas de la casa, fui apuntado con un arma de fuego justo en la puerta de la casa, frente a mi esposa y mis hijas, no nos tocaba y ni fuimos asaltados, ni lastimados y aquel personaje armado simplemente se retiró, pero ya no había nada más de nuestra vieja seguridad y confianza que nos pudieran robar, otro de los recuerdos tristes que tengo de esa época, hace apenas un par de años fue regresar de una fiesta en casa de mis amigos a muy altas horas de la noche y presenciar alrededor de 100 soldados instalados en pequeños grupos en carias cuadras a la redonda de la casa, esa colonia que tanto me dio de niño, en la que tan seguro y feliz fui se había convertido en un campo de batalla, lejos de sentirme seguro con la presencia militar, me sentí triste de saber que antes la ciudad era segura por sí sola, ahora se requerían soldados para cuidar nuestros sueños y que a escazas cuadra de donde dormían mis hijas, estaban pertrechadas varias decenas de soldados.

Es muy triste cuando se escuchan disparos y tienes que mentirle a tus hijos y decirles que son fuegos artificiales, pero es más triste cuando al escucharlos, ellos se asustan, se abrazan de uno y ellos mismos te dicen que son disparos, ya saben cómo está el mundo y no puedes apartarlos más de esa triste realidad.
Hoy México sigue sin ser un lugar seguro para todos, la violencia sigue avanzando, anteriormente los medios inundaban los noticieros con noticias de la tremenda violencia desatada, buscando desestabilizar el gobierno, la paranoia era inevitable, hoy que hay un nuevo partido que ha pactado con los noticieros para que contengan las noticias de la violencia, te das cuenta hasta que niveles ha llegado, ya que ni ellos mismos la pueden contener, el Mexican Moment, no es la representación del despegue de México y de su economía, el Mexican Moment es cuando México se vuelve  famoso a nivel mundial por su nivel de violencia e inseguridad, que lejos de atraer a los inversionistas y a los visitantes, los aleja.
              
          
       
  

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