Neil Young- Le Noise (2010)
Neil Young- Le Noise
(2010)
“Es mejor quemarse
que apagarse lentamente.”
Neil Young
Este es uno de esos discos únicos, en verdad enigmáticos, que
para el recién llegado a la música de Young podría ser incomprensible, pero
para los veteranos seguidores de Young, es uno de esos discos en el que este experimentado
inconformista se lanza al vacío, se reta a sí mismo y demuestra una y otra vez
que sabe perfectamente lo que está haciendo, y que no importa la edad que
tenga, tiene el coraje y el valor para sacar adelante su desacato sonoro, además
de hacer que nos preguntemos: ¿Pues de que planeta viene Neil?; Lou Reed, uno
de mis músicos favoritos que tristemente se fue hace poco más de un año, creo
que pudo ser uno de los únicos personajes que nos pudo dar la respuesta, ya que supongo
que vienen del mismo lugar.
Daniel Lanois, al igual que Young es nacido en Canadá, inició
su carrera musical con algunos experimentos sonoros y como ingeniero de sonido
para los demos de varias bandas locales, curiosamente uno de esos demos llegaría
a manos y oídos del genial Brian Eno, quien fijó su atención en la manera en
que dicho demo había sido grabado, más que en la banda misma, de inmediato intrigado
por el artífice de dicha grabación, buscando de inmediato contactar a Lanois,
iniciando de esta manera una fructífera colaboración musical, Lanois,
desarrollando de esta manera un estilo muy propio, guiado por Eno, convirtiéndose
en un maestro del eco y de la vibración perpetua, proporcionándole mucho cuerpo,
permanencia y fondo a las grabaciones
que suele realizar.
Le Noise, como su nombre lo indica es una exploración de Neil
Young en el universo de Lanois, de alguna manera es un disco que conjuga d
forma muy particular elementos de minimalismo, drone y el estilo de rock experimental
del mismo Young, quien en la mayor parte del disco se aventura acompañado únicamente
de su guitarra eléctrica perfectamente distorsionada y bañada en incesantes y
masivos ecos por parte de Lanois, obrando magia en una serie de piezas únicas,
que parecieran mostrar un universo irónicamente contradictorio a esos discos
solistas, casi acústicos que Young hiciera en los setentas, aquí Young no está
en plan dolorosamente reflexivo, sino dolorosamente destructivo.
Walk With Me, que pudiese recuperar parte de uno de los títulos
de una película de David Lynch, de igual manera nos adentra en un mundo oscuro,
arrancando con una poderosa pared de sonido y la resonante voz de Young, quien
pareciera aquí, aunque tangencialmente explorar ciertos elementos del black
metal (empezando por el estilo de colores y estilo de letras en la portada),
permitiendo que el crudo sonido de su guitarra distorsionada a ensordecedores niveles
se vaya difuminando hasta perder la forma en medio de una pesada oscuridad que
pareciera querer devorarle, permitiéndose en momentos ser sumergido en medio
del feedback que adquiere dimensiones casi psicodélicas, capaces de alterar la
mente, que Lanois aplica de manera sublime en Young, para Sign Of Love, el
rasgueo principal del clásico de Young, Cinnamon Girl, parece ser rescatado
parcialmente para este tema, en el cual Lanois arropa a la perfección a Young
en medio de ásperas olas de distorsión pura que se hinchan constantemente, esto
mientras ecos de la voz de Young se repiten de manera continua consiguiendo un
asombroso y desconcertante efecto.
Someones Gonna Rescue You me trae a la mente la colaboración
entre Lou Reed y John Cale, Songs For Drella en homenaje al mentor de los
Velvets, Andy Warhol, el estilo parco y minimalista de Young se acerca un poco
a la desnuda guitarra de Reed en aquel asombroso disco, para Love and War,
Lanois abandona un poco la saturación y nos deja ver a Young a través de un
cristal bastante transparente, permitiéndonos constatar, que Young, aquel
hombre de voz vulnerable y melodías desgarradoras, sigue ahí, a pesar del paso
de los años, pero el respiro es sólo momentáneo, ya que la saturación de vibraciones
regresa furiosa para Angry World, y repite la ensordecedora furia para
Hitchhiker, en dónde los rasgueos de Young se vuelven rabiosos y persistentes, perfectamente
duplicados y triplicados por la enorme caverna de eco que Lanois ha creado para
Young, pero tanto Lanois y Young han guardado para el final la experimentación más
salvaje del disco, con Rumblin, en dónde Lanois satura por completo la atmósfera
y añade lenguas de fuego que flanquean a Young, para un catártico final de un
disco difícil de asimilar, pero que con el tiempo se va convirtiendo en algo
grande.
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