Neil Young-Storytone (2014)



Neil Young-Storytone (2014)

“No estoy en contra de la religión organizada, estoy en la creencia en una mayor fuente de creación, al darse cuenta que todos somos sólo una parte de la naturaleza.”
Neil Young 

Uno de los incansables veteranos dentro del mundo del rock, el siempre confiable Niel Young nos trae en esta ocasión un disco, cuyas inclinaciones orquestales no son del todo extrañas a Young, quien desde sus inicios como solista ya nos había entregado temas con densos arreglos barrocos, aquí el giro inesperado, algo que irónicamente siempre esperamos en la grabaciones de Young, es que sus composiciones son arropadas completamente bajo varios conceptos de ensambles, algunos de ellos ensambles orquestales con casi 100 músicos acompañándole, otros con Young coqueteando con el swing y las big bands, y otras con una descarada apreciación por un desparpajado blues.

La frágil voz de Young es la perfecta para los arreglos orquestales que dominan este Storytone, el cual abre con Plastic Flowers, aquí ese hombre sinónimo también de feroz distorsión nos muestra su lado más indefenso y sensible, no se lanza a la desnudez de sus clásicos discos intimistas de lo 70s, ya que aquí se deja arropar por los inmensos arreglos de cuerdas que resultan ser una comparsa prefecta para la aguda voz de Young, llama mi atención por momento  como la interacción entre Young y la orquesta consigue alcanzar momentos sublimes muy al estilo de Brian Wilson en su Pet Sounds, que resultaría algo cercano en espíritu a este Storytone.   

Pero en este disco, no todo es azúcar y miel, ya que para el siguiente tema, Young nos trae una canción estrujante, épico, Who`s Gonna Stand Up?, tema de verdadera conciencia ecológica, algo nada nuevo para el siempre campirano Young, aunque aquí su alegato por la madre tierra suena más poderoso que nunca, y hay que reconocer que pocos en verdad se han alzado de esta manera para crear conciencia, Young, lejos de sonar fuera de época, resulta más actual que nunca al abordar temas como el petróleo y el fracking, de una manera en verdad abrumadora, inteligente y exigiendo con tono imponente la importancia de salvar al planeta, nadie mejor que Young para dar voz a esto.

¿Pero que sería de un disco de Neil Young sin guitarras? Así que para i Want To drive My Car, las guitarras de Young rugen furiosas, abrazan el más descarado blues campirano haciéndose de un conjunto de metales para aumentar el swing y dar una cadencia más arrebatadora a cada tema, eso sí, sin dejar de lado esos solos ensordecedores a los que nos tiene acostumbrados este sublime experimentador, que como pocos sabe cómo lucir al máximo su talento aun en la situaciones más inusuales, siempre buscando la manera de mantenerse fuera de la amenazadora zona de confort de las que muchos ya no pueden salir.    
  
Hay temas asombrosos como Say Hello To Chicago, que me sorprenden no se hayan hecho en colaboración con alguien como el gran Tony Bennett, que supongo debió estar ocupado grabando con Lady Gaga, pero aquí Young y si guitarra se encargan de dejarse caer en el mundo del swing de Chicago, un gran homenaje de Young a este género, con todo y gran banda, difícil de digerir probablemente para los fans del Young rockero, pero sin duda un trabajo interesantísimo que muestra a un Young desenfadado, atrevido y sin límites para crear su arte, aunque rápidamente regresa aquí a ese intimismo de los 70s, mostrándose frágil y capaz de desgarrarnos el alma con su voz en u n hermoso tema como Tumbleweed, algo de lo que pocos en estas épocas serían capaces de lograr, conjuntar una indestructible carrera, con la capacidad de crear música tan arriesgada y a la vez ser capaz de alcanzar estos niveles de belleza.

Si Hugh Laurie se creía capaz de abordar el blues desde el exterior, Young se muestra mil veces más capaz, se adentra de una manera como pocas veces lo ha hecho y su acercamiento sin duda dejará complacidos a más de un amante del género, con un Young que verdaderamente sabe adentrarse en el personaje y salir bien librados, como pocos podrían.

Storytone no es un disco perfecto, pero esto no es del todo malo, Young rara vez hace discos perfectos, a Young parece encantarle el procesos creativo, le encanta meterse en problemas, ponerse en situaciones complicadas, le gusta ensuciarse mientras trabaja y esta honestidad al no esconderlo es algo que suele rescatarlo, pocos artistas más honestos que Young pudiéramos encontrar hoy en día (tal vez Lou Reed o Scott Walker), pero una cosa hay que reconocer por encima de todo, y esa es que sea cual sea la inquietud que arrastre creativamente a Young, es seguro que nos traerá un grupo de temas imposibles de ignorar y que seguramente en su mayor parte su genio habrá de brillar.   


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