Mr. Olympia: Entre el Arte y la Bestia
Lee Haney es, sin discusi贸n, uno de los m谩s grandes bodybuilders de todos los tiempos. Ganador del prestigioso Mr. Olympia en ocho ocasiones consecutivas, su r茅cord solo ha sido igualado —pero nunca superado— por el imponente Ronnie Coleman. Si el bodybuilding tuviera su propio Olimpo, Haney ser铆a su Michael Jordan, su Pel茅, su Tiger Woods. Pero tambi茅n es cierto: Haney pertenece a otra era. Una etapa de transici贸n entre la est茅tica dorada de los 70s y 80s, y la brutal explosi贸n de los mass monsters en los 90s.
Mi fascinaci贸n real por el bodybuilding comenz贸 precisamente en los 90. En 1991, Haney se retiraba del profesionalismo tras conquistar su octavo t铆tulo. Al a帽o siguiente, un brit谩nico de mirada g茅lida y entrenamientos despiadados tomaba el trono: Dorian Yates. Su ascenso marc贸 una nueva era. Representaba la filosof铆a del heavy duty de Mike Mentzer, pero llevado al l铆mite: f铆sicos colosales, hipertrofia por encima de la simetr铆a cl谩sica. Y con 茅l, se abr铆a la puerta a una nueva estirpe de titanes: Paul Dillett, Nasser El Sonbaty, Markus R眉hl, Big Ramy… y, por supuesto, Ronnie Coleman.
Muchos puristas rechazaron esta evoluci贸n. Alegaban que los mass monsters enterraban la est茅tica de leyendas como Larry Scott, Frank Zane o Arnold Schwarzenegger. Y aunque no les faltaba raz贸n, tampoco se puede negar que esa monstruosidad fue justo lo que el deporte necesitaba en los 90s para dejar el s贸tano del underground y empezar su ascenso al escenario global. Yates fue el punto de quiebre, pero Coleman y Jay Cutler entendieron perfectamente el nuevo juego: m谩s m煤sculo, m谩s impacto, m谩s espect谩culo.
Hoy, el debate entre est茅tica y volumen sigue tan vivo como nunca. De hecho, el surgimiento de la categor铆a Classic Physique responde directamente a ese llamado nost谩lgico por los cuerpos m谩s equilibrados de anta帽o. No obstante, incluso dentro de la categor铆a abierta, hay competidores que buscan revivir la armon铆a de figuras como Lee Labrada, Flex Wheeler o Shawn Ray.
En este panorama moderno, se pueden trazar paralelos fascinantes: Derek Lunsford como un nuevo Dorian Yates; Nick Walker como la reencarnaci贸n de Paul Dillett; Samson Dauda como un Chris Cormier moderno; y Hadi Choopan evocando la intensidad de Nasser El Sonbaty. Cada uno ha probado su val铆a en la tarima, pero Dauda ha marcado diferencia al priorizar la proporci贸n por encima del exceso. Aun as铆, el regreso de Lunsford y Walker a los primeros lugares —con Lunsford dominando el Arnold Classic de marzo y dejando claro que est谩 para recuperar la cima— anticipa una guerra sin cuartel por el trono de Mr. Olympia.
Parad贸jicamente, Lee Haney, quien alguna vez encarn贸 la evoluci贸n del volumen sobre la simetr铆a, se ha convertido en uno de los principales cr铆ticos de los mass monsters. Afirma que esos cuerpos extremos han alejado al p煤blico general, por parecer “inhumanos”. Aunque Haney ha sido un gran embajador del deporte, no han faltado sus momentos pol茅micos: desde comentarios insensibles hacia la comunidad LGBT, hasta cr铆ticas recientes a la direcci贸n del Mr. Olympia. Quiz谩s ser铆a momento de que dirigiera su mirada hacia Classic Physique, apoyando a atletas como Mike Sommerfeld o Urs Kalecinski. O tal vez, solo tal vez, Haney deber铆a recordar que 茅l tambi茅n fue un mass monster en su 茅poca, superando en tama帽o y masa a rivales como Mohamed Makkawy, Rich Gaspari, Lee Labrada y Vince Taylor. Su propio f铆sico, en su momento, fue considerado extremo. Y por eso gan贸 ocho veces.
No, Haney. El bodybuilding no necesita un “reseteo”. Lo que necesita es seguir diversific谩ndose. No se trata de frenar el desarrollo muscular ni de imponer una 煤nica visi贸n est茅tica. Se trata de abrir el juego, de presentar f铆sicos que nos desaf铆en desde lo anat贸micamente sublime hasta lo brutalmente descomunal. Y que gane el mejor.



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