Riffs, Revoluciones y Rock ‘n’ Roll: El Viaje Épico de The Cult, Rick Rubin e Iggy Pop



A mediados de los 80, la banda británica de rock gótico The Cult tenía un sueño ambicioso: cruzar el océano y hacer suyo el escenario estadounidense. Con su álbum "Love" (1985) bajo el brazo, ya eran estrellas en el Reino Unido, pero Ian Astbury, su carismático vocalista, anhelaba la fama en Estados Unidos. Inspirado por bandas como Love, The Doors, The Stooges y Aerosmith, Astbury sabía que el post-punk no sería suficiente para cautivar a una América que amaba el rock 'n' roll ruidoso y las guitarras estridentes herenciade bandas como Aerosmith y Kiss. El post-punk era, de hecho, todo lo contrario. Pero, a pesar de esto, Astbury conocía el respeto que bandas inglesas como The Fall, The Birthday Party, y especialmente Killing Joke, se habían ganado en el underground estadounidense de la época.

Así que Astbury y su cómplice, el guitarrista Billy Duffy, decidieron dar un giro radical al sonido de la banda. Querían riffs demoledores y baterías atronadoras. Para lograrlo, necesitaban a un productor audaz que entendiera su visión. Y lo encontraron: Rick Rubin. Proveniente de la banda underground Hose y con producciones para Run DMC y Slayer en su haber, Rubin estaba obsesionado con la simplicidad del rock de "chicos malos" al estilo AC/DC. Recordaba cómo Judas Priest, tras girar con AC/DC, había transformado su sonido con el exitoso "British Steel".

Rubin estaba convencido de haber encontrado la fórmula maestra para crear la mejor banda de hard rock de la historia: las guitarras del "Back in Black", los ritmos de "Highway to Hell" y la potencia vocal de Led Zeppelin. Desafió a The Cult: "¿Tocarán música inglesa pusilánime o harán verdadero rock 'n' roll?". La respuesta de The Cult fue un rotundo "¡Rock 'n' roll!". Así, Duffy se convirtió en una máquina de riffs al estilo de Malcolm Young, mientras Astbury exploraba las profundidades vocales de Jim Morrison y Steven Tyler. El resultado fue un disco que encendería la segunda ola de hard rock en Estados Unidos, una que sería comercialmente más exitosa que la primera, iniciada en Los Ángeles con bandas como Van Halen y Quiet Riot.

"Electric", producido por Rubin, se lanzó en 1987 y catapultó a The Cult al estrellato del hard rock en Estados Unidos. Su pasado post-punk quedó atrás, casi olvidado. Curiosamente, The Cult se convirtió en la banda que abrió las puertas para gigantes como Guns N' Roses, Metallica, Mötley Crüe y Soundgarden. Por si fuera poco, Astbury jugó un papel crucial en el regreso a los escenarios de dos de sus grandes ídolos: el padrino del punk, Iggy Pop, y uno de los pilares del punk rock, el ex guitarrista de los Sex Pistols, Steve Jones. "Electric" estaba repleto de piezas de hard rock poderosas como "Wild Flower", "Peace Dog", "Lil Devil" y "Love Removal Machine". 1987 fue, sin duda, el año en que el hard rock regresó a las listas de popularidad como nunca, con el álbum debut de Guns N' Roses y el regreso de Aerosmith.

The Cult estaba en la cima del mundo, y para su siguiente paso, decidieron trabajar con el ingeniero de sonido de sus admirados Aerosmith: Bob Rock. Este fue el salto de Rock a las grandes ligas como productor. Parte del renacimiento musical que The Cult detonó fue reintroducir elementos olvidados en el hard rock estadounidense, trayendo de vuelta el sonido de Led Zeppelin, Aerosmith y AC/DC. Además, conectaron con bandas underground que amaban el post-punk, como Jane's Addiction y Soundgarden, y lo más sorprendente de todo, volvieron a poner de moda a Steve Jones, a los Sex Pistols y a Iggy Pop, quien apenas comenzaba a salir del olvido de principios de los 80. Astbury fue fundamental para que Iggy Pop se reuniera con músicos como Jones y los Guns N' Roses. Después de estos encuentros, Pop decidió grabar dos discos: "Instinct" con Steve Jones y "Brick by Brick" con parte de Guns N' Roses.

Para 1988, Iggy Pop buscaba desesperadamente distanciarse de su asociación con David Bowie, quien se había metido de lleno en el mundo del pop comercial. Por eso, su mirada se posó en el mundo del hard rock. En ese momento, The Stooges habían sido reivindicados por bandas como The Cult, Guns N' Roses y Hanoi Rocks. Resultaba irónico que el pionero del punk rock se uniera al icónico guitarrista de los Pistols para crear un disco de hard rock con guitarras al estilo AC/DC. Bill Laswell, músico y productor de la escena experimental neoyorquina, fue el elegido para producir el disco, haciendo la colaboración aún más inusual. "Instinct" era un intento claro y descarado de posicionar a Pop en el mundo del hard rock de mediados de los 80, lo que hizo que el disco tomara lo mejor y lo peor de los elementos de la época. Sí, "Instinct" era un disco de hard rock, sin lugar a dudas, pero uno que ofrecía un contexto extraño al mismísimo padrino del punk rock.

Recuerdo perfectamente haber escuchado "Instinct" a los 12 años. Era la primera vez que oía hablar de Iggy Pop. Para entonces, ya escuchaba a los Sex Pistols, y Jones me había llevado directamente a ese disco. Recuerdo el video de "Cold Metal" en la televisión, y cómo anunciaban a Pop como "El abuelo del rock", un título que le llamó mucho la atención a mi padre. Mi padre creyó que esa presentación era para Mick Jagger de los Rolling Stones, así que se limitó a decir que Pop "era una copia de Mick Jagger". La verdad es que "Instinct" bien pudo haber sido un buen disco de Jagger. Sin embargo, algo también bastante inusual era el sonido de las guitarras de Jones, que ya no sonaba como un heredero de Chuck Berry. Ahora, Jones había adoptado el modus operandi de Billy Duffy. Ahora, Jones sonaba también como un heredero de Malcolm Young. Sin duda, la influencia de AC/DC era enorme en el hard rock estadounidense de ese momento.

Si Pop había tenido su oportunidad de regresar a mediados de los 80, de la mano de The Cult, Guns N' Roses y Steve Jones, ¿por qué el propio Jones no podría? Jones había producido "Mercy" en 1987, pero no era un disco de rock duro y había dejado a muchos confundidos. Los ensayos con Pop para "Instinct" avivaron el fuego dentro de Jones, y para 1989, estaba listo para volver a las guitarras estridentes. Ian Astbury en persona se encargó de producir "Fire and Gasoline" para Jones. Miembros de The Cult y Guns N' Roses respaldaron al ex Pistol. El sonido ya no era una sorpresa: guitarras al estilo AC/DC eran el ingrediente principal de un interesante disco de hard rock que pasaría casi desapercibido en la época, a pesar de que Jones había grabado un año antes una versión de "Anarchy in the UK" con Megadeth, y un par de años más tarde, Mötley Crüe haría su propia versión. Me llama la atención cómo Jones entró al mercado estadounidense tan fácilmente, mientras que su ex compañero en los Pistols, John Lydon, por seguir practicando el post-punk, era completamente ignorado en Estados Unidos. De hecho, bandas admiradas por Rubin, como Flipper, lanzaban discos burlándose de la banda de Lydon.

"Fire and Gasoline" es un disco disfrutable, pero genérico. Es evidente que Jones estaba adoptando, al igual que Pop, un sonido que no era del todo suyo. Resulta asombroso cómo The Cult, Pop y Jones usaban la misma fórmula que Judas Priest había aprendido de AC/DC: ritmos simples, guitarras básicas y buenos coros. Directos y estridentes, aunque sin la genialidad original de los hermanos Young. AC/DC, por su parte, lanzaba entonces el extraordinario "Blow Up Your Video", sabiendo que su sonido original dominaba el mundo del hard rock, y por eso regresaban a sus productores originales: Vanda & Young. Para entonces, The Cult ya tenía un nuevo productor y quería hacer hard rock aún más tradicional de la mano de Bob Rock. Y Rubin, mientras tanto, buscaba a su nueva banda "perfecta de rock", aplicando la misma fórmula que con The Cult, aunque mejorada. Las guitarras y baterías al estilo AC/DC se mantenían, pero Rubin había encontrado a un vocalista, también de orígenes punk, que sonaba más a Jim Morrison que el propio Astbury. Así, Rubin se encargaría de producir el primer disco de Danzig, una banda surgida del underground estadounidense, que de igual manera abandonaba el rock gótico para abrazar con entusiasmo el hard rock.


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