Nick Cave y la Guitarra del Diablo: El Rugido Primitivo que Salv贸 su Alma
En 2006, algo cambi贸 dentro de Nick Cave. Una urgencia primitiva lo invadi贸: necesitaba componer con una guitarra entre las manos. No importaba que no fuera precisamente un virtuoso del instrumento. Lo que importaba era esa brutalidad honesta, ese estilo primitivo y espont谩neo que hab铆a desarrollado y que le abr铆a una ventana creativa completamente nueva.
Cave se encontraba en una encrucijada. Despu茅s de a帽os perfeccionando el sonido sofisticado de los Bad Seeds, sinti贸 el llamado hacia algo m谩s crudo, m谩s directo. Necesitaba un enfoque minimalista y brutal que lo obligara a despojar su m煤sica de cualquier ornamento innecesario. Para lograrlo, tendr铆a que concebir un proyecto completamente alejado de su banda principal. As铆 naci贸 Grinderman.
La nueva banda beb铆a directamente de las fuentes m谩s primitivas del blues, especialmente de gigantes como Howlin' Wolf. El estilo rudimentario de Cave en la guitarra lo llev贸 por dos caminos fascinantes: por un lado, se acercaba al sonido estridente y visceral de los Stooges; por otro, abrazaba la cacofon铆a experimental de los Suicide.
Los cr铆ticos no tardaron en hablar de un "regreso" al sonido de The Birthday Party, la anterior banda de Cave y verdaderos amos legendarios del post-punk. Sin embargo, la realidad era m谩s compleja. Grinderman solo compart铆a con aquellos pioneros brutales la cruda intensidad y esa volatilidad que electrizaba cada actuaci贸n.
Para m铆, Grinderman representa algo espiritualmente similar al fallido experimento de David Bowie llamado Tin Machine. Bowie buscaba distanciarse de la m煤sica pop, reencontrarse con sus ra铆ces en el hard rock y tender puentes hacia la m煤sica experimental de bandas como Sonic Youth y los Pixies.
Tin Machine termin贸 siendo un disco audaz pero un fracaso rotundo. Ni los hermanos Sales —que hab铆an acompa帽ado a Iggy Pop en el legendario Lust for Life— ni el guitarrista fuera de serie Reeves Gabrels pudieron catapultar el proyecto a las ligas mayores.
Pero aqu铆 es donde Cave demostr贸 su genio. Grinderman no buscaba alejarlo de los Bad Seeds; buscaba rejuvenecerlo para regresarlo con energ铆as renovadas. El proyecto se convirti贸 en una reconexi贸n brutal con sus influencias primigenias: el blues desgarrador de Howlin' Wolf, la locura experimental de los primeros discos de John Cale, la brutalidad y el humor negro de las letras de Leonard Cohen, el salvajismo compacto de garage del primer disco de los Stooges, y quiz谩s la din谩mica delirante de Bo Diddley.
Lejos de hundirse como Tin Machine, el proyecto de Cave se elevaba de forma descomunal.
La audiencia se divid铆a en dos bandos. Algunos esperaban las baladas estremecedoras que Cave hab铆a perfeccionado; otros anhelaban ver regresar al sujeto peligroso e inestable que hab铆a sido durante su juventud salvaje.
Con Grinderman, Cave logr贸 algo asombroso: satisfizo a ambos bandos sin traicionar a ninguno. Recuper贸 esa peligrosidad magn茅tica de sus primeros a帽os sin sacrificar la profundidad emocional que hab铆a desarrollado con el tiempo.



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