Burzum-Fallen

Luego de su liberación las expectativas por el nuevo disco de Burzum eran altas, me supongo que el conde Grishnak prefirió ocupar su nuevo tiempo libre en otras cosas y no meterse nuevamente de lleno a grabar, como persona debió cambiar y obviamente tenía mucha tarea para ponerse al corriente musicalmente, nos poníamos a pensar, Burzum regresará a sus raíces? Se meterá de lleno en lo ambient y en la electrónica? Se aliará con las nuevas generaciones de Black metal como Xasthur o los Pyramid de Denton, Texas..?

Las expectativas eran muchas y obviamente lo que saliera a la luz se terminaría quedando corto, Belus venía precedido de la controversia por su nombre originalmente concebido, The White God, “racismo”, gritó más de uno esperando obtener alguna reacción por parte de Vikerness, esperando que la vieja serpiente escupiera algo más de veneno, pero Vikerness en un arranque de madurez, o en un afán de que la música fuera la que hablara por si misma, optó por un cambio de ultima hora en el nombre del disco, Belus vio la luz como una colección de riffs bastante comunes y bien delineados, la sensación de momentos no carentes de cohesividad, grabados de manera poco ordenada y poco enfocada, momentos intensos y momentos que no nos traían nada nuevo, aún así un disco que marcaba una nueva era para el black metal, la vieja guardia estaba de vuelta y en buena forma.

Finalmente las vendas caen y uno se da cuenta la clara dirección que la carrera de Varg Vikerness ha tomado, si bien, con el Belus, el timón parecía indeciso y tímido, y el disco no mostraba una coherencia real con las anteriores etapas de Burzum (el black metal, el ambient, el minimalismo y la electrónica), ahora nos encontramos con un nuevo disco llamado Fallen, dónde de una manera sublime finalmente estos estilos parecen converger con sutileza.

Vikerness no pierde sentido del drama y agrega introducciones y salidas a su disco, un sorprendente murmullo guía el primer tema, Vikerness agrega aquellos conocidos elementos de minimalismo que ya conocíamos, su batería vuelve a sonar cacofónica y poco elaborada, pero no digo esto en un sentido degradante, sino de una manera para regocijarse ya que finalmente Burzum ha retomado su legado y nos da un disco coherente con su estilo y con lo que ya conocemos de él, Xashtur debió saberlo y por eso anunció su retiro hace unos meses, Fallen se adentra en los confines del metal vikingo, de ese con el que Bathory nos deleitara en el Blood Fire Death, una mezcla de la oscuridad del Black, el metal épico, el drama antiguo y la mitología nórdica, dónde termina el Black y empieza el sonido vikingo, quien sabe? Al igual que Bathory en su tiempo (allá por el 88) Burzum prefiere dejar los límites en la ambigüedad.

Algo que siempre me gustó en la música de Burzum (además de esa batería que sonaba a alguien aporreando una caja de zapatos) era la guitarra, esa que estaba poco definida y que parecía de esas pinturas de infantes, dónde el color rebasa las líneas limite de los dibujos, la guitarra de Vikerness rebasaba esas limitadísimas fronteras del metal y se adentraba en algo que conocimos a través de gente como los Magazine, Joy Division y Bauhaus, una densa neblina post punk algo de psicodélia que sin duda conectaría con géneros como el shoegaze.

Pues regocijémonos el conde esta de vuelta y lo hace en excelente forma, un disco ordenado, coherente y lleno del estilo que ahora si, fuertemente nos pone a Burzum de regreso en territorios conocidos, este si es el retorno, esperamos el próximo lo ponga una vez más, al frente del movimiento que ayudó a crear.

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