Daños Colaterales (Opinión)
Desde hace varios meses en la revista The Wire, algúnos editorialistas invitados han expresado sus opiniones con respecto a la propagación de las decsrgas digitales de música y de como este fenómeno ha afectado fuertemente a la industria discográfica, algunos puntos de vista muy acertados y radicales han surgido así como otros que encuetro de verdad absurdos, incomprensibles e hipócritas.
Posteriormente llegaron épocas más radicales, quería escuchar a Carcass, a Morbid Angel o a Deicide e incluso en las tiendas grandes de discos, el material de estos grupos era dificil de conseguir, despúes comienzas a indagar más, tus gustos se vuelven más refinados, pero discos de Jacques Brel, de Tim Hardin o de Love, dónde los puedes encontrar.
En verdad, extraño el encanto de ir a una tienda de discos y dedicarle horas a estar viendo en los estantes, y la sorpresa, ese shock que se recibe cuando encontramos un disco en especial, es como una recompensa, como encontrar un pequeño tesoro, lo siento por las futuras generaciones, que ni sabrán de que hablo, que no conoceran las lugubres tiendas de discos de antes, que no disfrutarán de esas épicas portadas, de esos estantes interminables de cassettes o de la sorpresa de las re ediciones de discos compactos que no podrán disfrutar, bienvenido el futuro.
Descargo música por necesidad, porque nunca tuve la oportunidad de tener frente a mi discos de Big Star, de Repulsion, de Discharge o de Sun Araw, porque las disqueras no hicieron su trabajo, o porque ellos quieren controlar lo que escuchamos, porque en las tiendas de discos no encuentro lo que quiero escuchar, no hay discos de Ornette Coleman o de Peter Brotzmann y porque los dos otres discos compactos que puedan encontrarse de free jazz en la ciudad, fue porque yo los pedi y el encargado pidió una copia adicional, porque cuando pregunté al especialista en música porque no tenía discos de Sleep, me conetstó que porque "a esos no los conoce nadie", descargo música, porque yo soy ese nadie, y pago por las decargas, cuando una pequeña disquera se atreve, y pone disponible música para las minorías, música libre, porque me molesta que por años la industria discográfica nos explotó, abusó y nos hizo pagar costos exagerados por un disco que no lo valía, y que usó estrategias sucias para vender, rellenando estantes de discos que no se vendían y que despúes los remataba, todo una bofetada para el fan dedicado que lo compró desesperadamente y que meses despúes encontró su inversión a mitad de precio, y si sigo pensando en todo esto más coraje me da, y más reclamo el que exista una industria discográfica.
Porque Chris Cutler de mis admirados Henry Cow se queja de que las descargas ilegales le afectan, pues que se entere que los dos discos que he comprado de los Henry Cow, fue porque los conocí a través de las descargas digitales, que los discos que compré de Magma, fue porque los conocí mediante las descargas digitales, porque los discos que compré de Big Star fue gracias a las descargas digitales, y que si no hubiera sucedido eso, no les conocería, y no arriesgaría mi dinero, cada vez más dificil de ganar y que cada vez vale menos en algo que no conozco.
Por un lado estoy de acuerdo en que las decsrgas no legales han afectado fuertemente a la industria, si, a una industria miope que jamás vislumbró venir todo esto, una industria que por mucho tiempo monopolizó el acceso a la música y dictó que escucha el pueblo y que no, sólo los artistas internacionales gozaban de la oportunidad de tener un dsico editado aqui en el país, recuerdo de niño ver las portadas de los discos de iron Maiden, Kiss o Ac/Dc, todo un sueño para un infante y despúes progresar a los cassettes y escuchar música de Metallica, Slayer, Anthrax o Megadeth, pero yo también quería escuchar a Exodus, Death Angel o a Dark Angel, talentos similares cuya difusión era escasa o nula, tuve que aprovechar los continuos viajes de unos vecinos para entregarles listas enormes de discos que ellos me hacían favor de conseguir, me hubiera gustado ver la cara del dependiente de la tienda de discos cuando la señora de 40 años le preguntara por un disco de Death Angel, gracioso no?
Posteriormente llegaron épocas más radicales, quería escuchar a Carcass, a Morbid Angel o a Deicide e incluso en las tiendas grandes de discos, el material de estos grupos era dificil de conseguir, despúes comienzas a indagar más, tus gustos se vuelven más refinados, pero discos de Jacques Brel, de Tim Hardin o de Love, dónde los puedes encontrar.
En verdad, extraño el encanto de ir a una tienda de discos y dedicarle horas a estar viendo en los estantes, y la sorpresa, ese shock que se recibe cuando encontramos un disco en especial, es como una recompensa, como encontrar un pequeño tesoro, lo siento por las futuras generaciones, que ni sabrán de que hablo, que no conoceran las lugubres tiendas de discos de antes, que no disfrutarán de esas épicas portadas, de esos estantes interminables de cassettes o de la sorpresa de las re ediciones de discos compactos que no podrán disfrutar, bienvenido el futuro.
Descargo música por necesidad, porque nunca tuve la oportunidad de tener frente a mi discos de Big Star, de Repulsion, de Discharge o de Sun Araw, porque las disqueras no hicieron su trabajo, o porque ellos quieren controlar lo que escuchamos, porque en las tiendas de discos no encuentro lo que quiero escuchar, no hay discos de Ornette Coleman o de Peter Brotzmann y porque los dos otres discos compactos que puedan encontrarse de free jazz en la ciudad, fue porque yo los pedi y el encargado pidió una copia adicional, porque cuando pregunté al especialista en música porque no tenía discos de Sleep, me conetstó que porque "a esos no los conoce nadie", descargo música, porque yo soy ese nadie, y pago por las decargas, cuando una pequeña disquera se atreve, y pone disponible música para las minorías, música libre, porque me molesta que por años la industria discográfica nos explotó, abusó y nos hizo pagar costos exagerados por un disco que no lo valía, y que usó estrategias sucias para vender, rellenando estantes de discos que no se vendían y que despúes los remataba, todo una bofetada para el fan dedicado que lo compró desesperadamente y que meses despúes encontró su inversión a mitad de precio, y si sigo pensando en todo esto más coraje me da, y más reclamo el que exista una industria discográfica.
Porque Chris Cutler de mis admirados Henry Cow se queja de que las descargas ilegales le afectan, pues que se entere que los dos discos que he comprado de los Henry Cow, fue porque los conocí a través de las descargas digitales, que los discos que compré de Magma, fue porque los conocí mediante las descargas digitales, porque los discos que compré de Big Star fue gracias a las descargas digitales, y que si no hubiera sucedido eso, no les conocería, y no arriesgaría mi dinero, cada vez más dificil de ganar y que cada vez vale menos en algo que no conozco.
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