Mamaleek-Kurdaitcha
Y porque no hablar sobre ese extraño disquito que me ha estado dando vuelta por la mente las últimas semanas?, si bien, no es un disco para todos, cumple con mis soñadas expectativas, no, no es el disco de la década, tampoco el próximo “Nevermind” (que todos sabemos fue un fiasco, les vendieron a una generación sedienta de “rock rebelde” un mero Cheap Trick con fuzz), el único disco memorable que conozco de Nirvana es el Bleach, de ahí en más la banda perdió su alma y aunque en In Utero (lo cual me hace pensar en el título) trataron de recuperarla se perdieron por siempre.
Kurdaitcha es un disco hecho por Mamaleek, supuestamente un dúo de hermanos radicados en San Francisco, si esto es verdad o no, desconozco, ya saben que a los Black metaleros de los estados unidos les da por inventarse historias y por hacer grupos de uno o dos miembros (vaya antisociales), sólo se es Black metal y a la vez no lo es, como decía Siouxie, la cantante de los Banshees en sus inicios: “Me han acusado de no hacer música realmente punk, y eso es más un halago para mi, que un insulto.”, podemos inferir que si a los hermanos que forman Mamaleek les dicen que esto no es Black metal se sentirán agradecidos, halagados y satisfechos (como no lo estaba Mick Jagger), porque definitivamente, su música es algo más que BM.
El ritmo casi optimista con que inicia el disco nos deja las cosas en claro, una batería que bien podría estar programada, y que nos ofrece algo muy distinto a los “blast beats” que podríamos esperar de una banda de black, lo cual ya es de por si algo grande, en un genero que fácilmente se va hacia los clichés, o que se presta para absurdas versiones de este como los cradle of filth o dimmu borgir (burger?, Black pop?), es mejor irse con cuidado cuando algo suena distinto y no dejarse llevar por las apariencias, en el Black metal nada es accesible, ni el sonido, ni las letras, ni nada, por ello me recuerda mi adorado free jazz de los 60s.
En sueños, he tendido visiones de una banda que fusione el black metal y el dubstep, y es que ambos géneros tienen ciertas connotaciones en común, un aura misteriosa, una naturaleza fantasmal, esa identidad hasta cierto punto antisocial, porque no imaginarlos fusionandose?, no, no he tenido la suerte de encontrarla propiamente o de escuchar algo cercano, pero Mamaleek bien podría ser lo más cerca que he estado de escuchar directamente ese sueño, cabe mencionar que aunque algunas piezas en ocasiones suenen un tanto convencionales, con los ritmos rápidos, las guitarras nunca caen en el cliché de los sonidos de “sierra eléctrica” y pareciera que el “ruido” viene más de la herencia shoegaze de unos My Bloody Valentine que de Venom, tal vez ese sonido punzo cortante de Bathory en sus inicios podría ser una comparación un poco valida para sólo una parte del sonido de este proyecto.
My Body Rock Long Forever me deja completamente me deja completamente anonado con sus ritmos casi grime, sus pianos y sus coros de iglesia ortodoxa, en ocasiones entran los gruñidos del vocalista y nos recuerdan que este es un disco de música extrema, pero no nos deja del todo claro si es metal o que es? Un misterio que Sinner Wont Die No More incluso no nos ayuda a resolver, ya que nos pone frente a un pariente amenazante del Metal Machine Music, Sonic Youth (de los inicios) y el espectralismo de Iancu Dumitrescu.
La pieza You Can Bury Me In The East es finalmente lo más próximo a dubstep mezclado con música extrema que he escuchado, con los ritmos fracturados y zig zagueantes y vocales guturales, pero a la vez agrega un elemento más, la admirada vuelta de tuerca que se niega a revelar toda la verdad de un golpe, una guitarra con marca influencia del norte de África.
En entrevistas Dylan Carson, líder de los Earth manifestó repetidamente la influencia que bandas del norte de África, habían tenido sobre su nuevo disco, específicamente mencionó a Tinariwen, y es que ya tenemos un tiempo dándonos cuenta que es de África de dónde la mejor nueva música ha estado saliendo y de dónde las ideas verdaderamente originales han estado dejándonos boquiabiertos (no por nada ese cuate de apellido Yorke, que quizá quisiera apellidarse Bjork, se vive fusilando riffs de los músicos tuaregs, además de los ritmos de Flying Lotus, etc.).
Una cosa si es segura, la propuesta de Mamaleek es de lo más original que he escuchado desde que los Pyramids de Denton, Texas sumergieron el Black metal en un colorido arco iris shoeagaze y nos dieron una verdadera joyita hace un par de años, si bien, Mamaleek tardará uno o dos discos más en darnos una verdadera joya de peso, su sonido ya es relevante, ya se define como una entidad con identidad propia, como una fuerza futura a surgir como un concepto completamente redondo, que como todo, no tardarán mucos en imitar y a explotar con mejores resultados monetarios, pero hey! Aquí esta la oportunidad de que digan lo escuche primero y lo escuche del original!
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