Factory Floor-ST (2013)
Factory
Floor-ST (2013)
Y el regalote cumpleaños de los dioses del
olimpo llegó en forma de un disco de Factory Floor que me ha dejado
boquiabierto, ¿Para que estresarse con los banales coqueteos descarados de
Trent Reznor con las masas, si tenemos un disco tan hermoso como el que estos
ingleses nos han traído?, de una manufactura impecable y de un sonido en verdad
impresionante, y lo mejor de todo, no habremos de escucharlo en la radio, o el
MTV, no por lo menos en esta dimensión..
Factory Floor es un trío inglés que en
estos últimos años se ha hecho de una carrera bastante respetable, trabajando
sus conexiones con otros músicos contemporáneos, iniciando el camino dónde
bandas como Throbbing Gristle o Cabaret Voltaire lo dejaron pendiente, cercanos
a miembros de los TG en discos que se han vuelto favoritos de muchos en fechas
recientes.
Este disco de debut (ya tenían varios EP)
resulta enigmático y perverso, como los ya mencionados Throbbing Gristle, e
hipnótico y altamente rítmico como los legendarios CAN, una banda que ha
decidido tomar el toro industrial por los cuernos y domarlo a su manera y
utilizarlo para sus fines artísticos, como dejan claro en Turn It Up, que abre
el disco y que nos destruye el cráneo con la insistencia inusual de sus temas y
esas vocales oníricas y desconcertantes, imposible perder el ritmo aquí y
escapar de ser atrapado por la fantasmal atmósfera que estos tres pueden crear.
Temas como Here Again combinan de manera
triunfal los duros sonidos industriales con la frialdad del techno, pero aquí, rara vez
encontraremos algo que nos ponga en hielo, ya que por el contrario, los sonidos
brillantemente concebidos pondrán la sangre a circular a gran velocidad y a
dispersar el calor de estos ritmos tan bien ensamblados, una banda que sabe
conjurar sonidos sintéticos, con algo que definitivamente es humano, pero no
consciente, que nos envuelta, que nos llena y que nos pone de inmediato en
sintonía con lo que estamos escuchando.
FF nos bendice en Fall Back con acidísimas
líneas de bajo, y un contundente tom
al piso, al cual al momento de agregársele los platillos nos pone en una
inmediata y alocada locomoción, una voz femenina, grave y fantasmal, como Nico
de regreso de la tumba para asustar a los trasnochados turistas en las noches
disco de Ibiza hace su aparición, en un tema que derrocha dinamismo y talento
al por mayor, una banda que no se anda por las ramas y que sabe que nos tiene
que sacudir con sus percusiones de alto impacto (cortesía la mayor parte de
ellas a un baterista real, Gabriel Gurnsey) y atravesarnos con sus vibraciones
de otra dimensión, en su mayoría conjuradas por Dom Butler en los
sintetizadores.
El tercer miembro de este trío, Nik Void no
se queda atrás de sus compañeros y se hace presente tras de sendas ondas
devastadoras de castigada guitarra eléctrica, muy en el espíritu del legendario
Thurston Moore y sus Sonic Youth, con una Void abusando salvajemente de su
instrumento en el primero de los dos, curiosamente, temas titulados Two, para
el segundo somos atacados nuevamente por un ritmo intenso y demoníacamente
adictivo, difícil escaparse al trabajo sònico
de estos tres, hijos del genio Tesla, creando maravillas extraídas de la más
pura y chispeante electricidad, el segundo tema titulado Two, es un prodigio de
sonido, sumando esas vocales gélidas similares a las de la gran cantora que
solía acompañar a los Velvet en su primer disco.
¿Se habrá obsesionado la banda con el
número dos? Ya que nuevamente lo incluyen en el titulo de otro tema, Two
Different Ways, en el cual un implacable bajo sintetizado combinado con las
vocales de una estatua de hielo se fusionan, trayéndonos un ejercicio bailable,
nostálgico y hasta fantasmal, una banda que suena pesada, sin serlo y que se
mantiene en constante movimiento sin demasiado alarde, pequeños detalles son
los que van llenando de energía rebosante estas grabaciones, que resulta un
verdadero gusto poder escuchar.
La numerología nos lleva a Three, dónde la
banda frena un poco el ataque, se muestra de inicio minimalista, y ciertos elementos
que recuerdo de los ENORMES Kraftwerk se hacen presentes, la banda va
construyendo y elaborando su complejidad a pequeños pasos, nada en extremo
radical o innovador, pero lo que hay que subrayar aquí es el entusiasmo que
aplica la banda, que de inmediato nos lleva a Work Out nuevamente, frenéticos,
para después cerrar con el vibrante Breath Out.
Factory Floor, el disco es un disco sobrado
de energía, dinamismo y sonidos sintetizados que se impactan contra nosotros de
frente, es un golpe de sonido que se disfruta de principio a fin, se agradece
en ocasiones como esta que bandas sean tan directas, que dejen las
abstracciones de lado, por un momento y nos brinden un espectáculo de sonido de
este calibre.
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