Una Revolución
Una
Revolución
Una revolución se hace con la mente, con el
corazón y con el espíritu, no con las manos, las uñas, los pies o las tripas,
no nace del coraje y la frustración, sino del deseo de hacer las cosas mejor,
no hacer las cosas mejor que los demás, hacerlas mejor de lo que las hicimos
nosotros mismos antes, la revolución que nace del individuo, que nace de cada
uno, no de masas manipuladas y dirigidas por seres de corazones corrompidos y
mentes que odian.
Si necesitamos una revolución, pero una que
proponga soluciones y no una que enfrente hermanos, una que busque mejorar la
educación, y no una que la empeore y la estanque en beneficio de unos cuantos,
una que ponga la educación de primer nivel en manos de todos, sin excepción, no
una que sea mediocre y que empantane el desarrollo de lo más valioso que
tenemos, nuestra juventud, una que enaltezca la excelencia y no la mediocridad,
si necesitamos una revolución energética, una que entienda que la era del
petróleo ya se acabó, que entienda que necesitamos mejores fuentes de energía,
limpia, eficiente y económica, que nos libere y no que nos esclavice, que nos
ponga a parte de los que han devastado la salud del planeta y que nos ponga a
la vanguardia de los que quieren sanarlo y volverse uno con la Tierra , porque sólo con
ella vamos a poder permanecer, en contra de ella pereceremos.
Si necesitamos una revolución hacendaría,
pero no una que nos castigue, y cuyos beneficios terminen en las bolsas de unos
cuantos corruptos y podridos del alma, sino una que reparta de manera
equitativa las riquezas de la nación y las oportunidades que ofrece, una que
ayude a los que menos recursos tienen, pero que les sobre capacidad y ganas de
salir adelante, una que ayude a los que más tienen a cumplir con su
responsabilidad de sacar adelante a los más desvalidos.
Necesitamos una revolución que en verdad
nos haga HUMANOS y que nos haga EVOLUCIONAR.
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