El Futuro
El Futuro
Dispersión Caprina
Por: Erreh Svaia
Nuestra nueva realidad es “líquida”, me atrevo a afirmarlo apoyado
en los trabajos filosóficos de Zygmunt Bauman y los escritos geopolíticos de Moisés
Naím, la realdad cambia de forma constante y es mejor acostumbrarnos a los cambios
constantes y buscar la manera de sentirnos lo más confortables posibles con
ello, el poder incluso, como lo ha señalado Naím, hoy en día es fácil de
alcanzar, pero muy difícil de mantener, vimos a un PAN que pudo romper la
hegemonía del PRI en el 2000, luego de 70 años de la llamada “dictadura
perfecta”, que sólo pudo conservar de manera precaria el poder por 12 años,
mientras que el PRI, a su regreso en el 2012, sólo pudo conservarlo 5 años, el
último año del ex presidente Enrique Peña, básicamente dejó al país casi a la
deriva, hoy en día, el partido en el poder, Morena, enfrenta ésta difícil realidad,
podemos decir que la entrada del nuevo oficialismo ha sido una de las más
agitadas en décadas, con una intensa agenda de “shock” que busca consolidar el
nuevo régimen antes de los seis meses, y es que cuando el presidente López
habla de que su gobierno empezará a “andar” en seis meses, no se debe a que
permanecerá estático, sino que espera en ese espacio de tiempo poder consolidar
las condiciones que le permitan conservar el poder por más tiempo que sus
predecesores, lo que López intentará hacer, es buscar una “nueva-vieja” forma
de gobierno “antiliberal”, pensar en gobiernos dictatoriales al estilo de los
Castro en Cuba, los Assad en Siria o de los Kim en Corea del Norte, es difícil de
pensarse hoy en día, la cantidad de presión que tendría que soportar un régimen
que busque permanecer más tiempo en el poder, se antoja insostenible y muy
costosa.
Pero casos como el del Zar ruso Vladimir Putin, es una magistral
clase de como los modernos antiliberales efectúan su “trampa” para conservar el
poder, en el caso de Putin, explotando la popularidad del gobernante, después
maniobrando a través de las grietas constitucionales mediante un títere en el
poder, y finalmente yendo de frente contra la propia constitución, el ejemplo
lo han seguido, con sus diversas adaptaciones, gente como Evo Morales, de
manera exitosa en Bolivia, el tándem Tabaré Vázquez y José Mújica en Uruguay, y
de forma menos afortunada Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Lula Da
Silva y Dilma Rousseff en Brasil y el matrimonio Kirchner en Argentina, para el
caso de México, estará por verse en un par de años cuál será la estrategia del
hoy presidente Andrés López para conservar el poder, ante una oposición ajena
que se encuentra hoy en día poco enfocada, para López los primeros tres años le
servirán para definir su futura estrategia, en caso de que su enorme
popularidad sobreviva éste tiempo sin venirse abajo, veremos si considerará
ejercer el poder a través de su persona, mediante alguna modificación a la
Constitución, lo cual en lo personal no condeno, siempre y cuando el presidente
haya ejercido un estupendo trabajo comprobable con números, con aprobación de
mercados, con mejoradas condiciones sociales y con apoyo popular, lo que sería
terrible sería que sin mejora en números o en las condiciones del país, y a través
de la construcción de una enorme red clientelar, el hoy presidente pretenda re
elegirse.
Esos número de mitad de sexenio nos dirán si el hoy
presidente usará su persona, o muy posiblemente la de alguien más, la de un
títere, la de un delfín al que posiblemente López, regresando a su papel de presidente
de Morena, tendrá bajo su control, no sería nada extraño considerando que ese
juego se ha aplicado en Rusia, en Uruguay, en Venezuela y en Brasil, y no sería
extraño considerando las implicaciones históricas de personajes afines a López,
Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, personajes que usaron a otros para
perpetuarse desde las sombras en el poder, la otra estrategia podría ser la del
tándem matrimonial al estilo de los Kirchner, usando la figura de su esposa, a
la cual López ha buscado cuidar de la sobre exposición, como una carta bajo la
manga que podría funcionarle en un momento dado, la opción más desafortunada, y
que hemos visto en Venezuela, por ejemplo, sería la de elegir a un sucesor “incondicional”
de su persona, sin la preparación o la estatura para ejercer el papel, lo cual
sería una completa desgracia.
Será interesante presenciar los eventos a suceder en los
siguientes 80 días, camino a primera consolidación del gobierno que López
quiere, después presenciar el estado en el que el presidente llegará a la mitad
de su sexenio, de ahí, se empezarán aclarar muchas de éstas importantes dudas
acerca del futuro del país.
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